Estoy harto y hastiado de tanta superficialidad. La
publicidad se ha adueñado de nuestras
vidas: es fuente de financiación de las televisiones, de los clubes de fútbol,
del tenis y del deporte en general. La publicidad es causante de las desigualdades
más evidentes y hace que personas como los deportistas de élites y las
influencers se enriquezcan de manera irracional y desproporcionada. Facebook se
alimenta en lo fundamental de la publicidad, y así todas las llamadas redes
sociales. Y la publicidad es donde la imagen, lo más superficial, predomina
sobre todas las cosas. Hasta los actos de solidaridad, los socorros a las
millones de víctimas de la deshumanización, están determinados por la
publicidad. Es un mundo odioso.