Es una evidencia que tú estás en el mundo, pero a lo mejor el mundo no está en ti. Más acertado sería preguntar: ¿Cuánta parte del mundo está en ti? Quizás haya en ti pocas partes del mundo. ¿Por qué? Porque el mundo es muy complejo, compuesto de muchas partes interrelacionadas, y cambia de forma incesantemente. Hay una fuerza económica dotada de un inmenso poder: las fuerzas productivas. Bajo el capitalismo, y mucho más en la etapa de la globalización, no cesa de desarrollarse. Hace avanzar al mundo a una velocidad de vértigo, pero por otra parte genera destrucción: del planeta y de todo lo que hay en el planeta, incluido los seres humanos. Pensemos en los pobres del mundo, en los países menos desarrollados, aquellos a los que el incesante desarrollo de las fuerzas productivas deja en los márgenes de la historia. Según leo en la red, 8.500 niños mueren cada día de desnutrición. Es evidente que gran parte del mundo no está en estos niños. Son seres humanos que con pocos años de vida son expulsados del mundo. Quedan fuera de él.