martes, 26 de diciembre de 2023

Escritor, narrador y ficción

 

 

Ayer tuve una discusión acalorada con un amigo que se dedica a la literatura. La base de la discusión estribó en que yo le manifesté que me parecía ideológicamente incorrecto que empleara la palabra “bollera”. Él insistía en su libertad y derecho en emplear esa palabra. Creo que no está al tanto de los rasgos esenciales del mundo de hoy. El movimiento feminista en España ha trasladado la lucha feminista al uso del lenguaje. Y creo que es un acierto. Hasta no hace mucho yo solía hablar, cuando me movía en el plano general, del hombre. Hoy día ya no lo hago. Hablo de personas, de seres humanos o digo hombres y mujeres. Las líderes de Sumar no cesan de hablar en términos de “todos” y “todas”. Digamos, de forma resumida, que el lenguaje se ha feminizado. El presidente del Gobierno también hace uso de un lenguaje “no machista”. Mi amigo no es consciente de este hecho y carece de la sensibilidad feminista que exigen los tiempos actuales.