El significante como expresión de la igualdad entre lo real y lo ideal

Al comparar la manzana que estaba fuera del espejo con la manzana que estaba en el espejo, observábamos una diferencia cualitativa en su modo de existencia: el valor referencial de la manzana que está fuera del espejo existe en forma real porque existe en su propio cuerpo, mientras que el valor referencial de la manzana que está en el espejo existe en forma ideal porque existe en cuerpo ajeno. De esta manera distinguíamos de un modo objetivo la existencia real de los objetos del mundo exterior de su existencia ideal o en imagen.

Pero observemos el significante o valor referencial sonoro [mesa] en su forma escrita. Carece de cuerpo, es un puro valor referencial y sólo puede usarse como valor referencial. Observemos ahora al valor referencial sonoro [mesa] en forma escrita existiendo en nuestras retinas. No ha sufrido modificación alguna, su modo de existencia, sigue siendo un puro valor referencial cromático. A la misma conclusión llegamos si comparamos si comparamos el valor referencial sonoro [mesa] en forma sonora, como sonido interior y como sonido exterior. La existencia exterior del valor referencial sonoro [mesa] y su existencia interior, su existencia real y su existencia en imagen son iguales. Esta es la  gran ventaja y la gran magia de los significantes: no sufrir ninguna modificación en su existencia al pasar de lo real a lo ideal, y a la inversa, de lo ideal a lo real.