sábado, 20 de julio de 2002

Vivencia y significación

Un león aparece en el campo referencial de un mono. Una vez que el mono percibe al león se pone a saltar, a gesticular, a gritar, al tiempo que huye hacia lo alto de un árbol. El resto de la manada imita al mono que los alertó, saltando, gesticulando,  gritando, y huyendo hacia lo alto de un árbol. No vieron al león pero si vieron y oyeron al mono que los alertó. Analicemos este fenómeno bajo el punto de vista semiológico. En primer lugar, el valor referencial cromático del león ha saltado desde su propio cuerpo a los ojos del mono avizor. El león no es un mero objeto de la percepción del león, sino que esté representa un papel determinado en la vida de aquel: su depredador.


De manera que debemos distinguir aquí dos cosas: por un lado, la percepción del león por parte del mono, y por otra parte, la vivencia del mono tras la percepción: el miedo que experimenta el mono ante la presencia del león. Sus saltos, gestos y gritos son, por una parte, la manifestación externa de su vivencia, de su miedo al  depredador. Por otra parte, sus gritos, gestos y saltos funcionan como manifestación de la presencia del león, funcionan como signos externos que alertan a sus compañeros de manada. Como los gestos, gritos y saltos del león son la manifestación externa de la presencia del león, podemos afirmar que esos gestos, gritos y saltos significan al león.

Esta distinción ya la estableció Husserl en su obra Investigaciones Lógicas: la existente entre el contenido notificado y el contenido significado. Los gestos, saltos y gritos del mono avizor, por una parte, notifica su vivencia de miedo, y por otra parte, significan la presencia del león. Es necesario destacar que entre las manifestaciones del mono y la presencia del león media la percepción del león por parte del mono.

Julio 2002

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