domingo, 23 de mayo de 2004

La filosofía analítica

Una cosa es anunciar supuestas ideas valiosas y otra bien distinta es demostrar su eficacia y verosimilitud. La Filosofía  analítica defiende las siguientes tesis: una, los problemas filosóficos consisten en confusiones conceptuales, dos, las confusiones conceptuales  se derivan de un mal uso del lenguaje ordinario, y tres, la solución consiste en una clarificación del sentido de los enunciados donde se formulan los problemas filosóficos. Esto es lo que anuncia la Filosofía analítica. Pero hay que exigirle que lo demuestre. Te hago una propuesta: seleccionemos un texto filosófico determinado, por ejemplo, la exposición sobre el ser por parte de Hegel en su Lógica. Ahora la Filosofía analítica debería demostrar lo siguiente: cuáles son los errores conceptuales en los que incurre Hegel, de qué mal uso del lenguaje ordinario se derivan sus errores, y cómo quedan clarificado los enunciados que constituyen dicho texto. Si quieres seleccionar otro texto filosófico para demostrar la sapiencia de la Filosofía analítica, lo acepto y quedo a la espera.


Escuchemos una de las tesis de Popper, uno de los afamados filósofos analíticos, cuando arremete contra los defensores del historicismo dialéctico: “La historia del hombre no tiene un sentido concreto; el único sentido que posee es el que el hombre le dé”. No me cabe en la cabeza cómo ideas de este género,  pobres y carentes de sentido elemental,  sean aclamadas como grandes ideas. En la historia del hombre debo incluir al propio hombre, y no ponerlo fuera o al lado, como hace Popper. Y si incluyo al hombre, debo incluir lo que quiere y lo que puede, su conciencia y sus ideales, sus necesidades y sus satisfacciones, su alegría y su dolor, su riqueza y su pobreza, el estado y las luchas sociales, la paz y la guerra. Es un verdadero absurdo presentar las cosas como si por un lado estuviera el sentido de la historia del hombre, y por otro lado, el sentido que le da el hombre. Y a continuación afirmar que la historia del hombre no tiene sentido concreto porque es el hombre el que le da el sentido. Todo un sinsentido. ¿Alguien en su sano juicio puede decir que la historia de la banca mundial en los últimos diez años no tiene sentido concreto porque el sentido se lo proporcionan los banqueros? Yo creo que no. ¿Alguien que no esté alejado del sentido común puede afirmar que la guerra de EEUU contra Irak carece de sentido concreto porque una parte  de su sentido se lo ponen los grandes amos del petróleo? Creo igualmente que no.

¿Cómo es posible que los filósofos analíticos lleguen a tales descabellados pensamientos? Por dos razones: por un lado, porque cuando miran al mundo exterior sólo confían su conciencia a la Física y a la Geometría, y por otro lado, porque cuando miran al hombre y a su compleja conciencia sólo confían en la Lógica Matemática. Como comprueban que el mundo exterior no coincide con la representación lógico-matemática que se han hecho del mundo, declaran al mundo que está más allá de la  física como un mundo carente de sentido e inaccesible al pensamiento científico. Así que, de acuerdo con esta filosofía,  el estado, el mercado mundial y la guerra entre naciones son realidades metafísicas carentes de un sentido concreto. Toda una miseria de filosofía, toda una pérdida de corazón, todo un abandono de la crítica al estado de cosas existentes. Todo un extremado conservadurismo y una apología encubierta del sistema capitalista mundial.

16 de abril de 2004.

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