Ante la actual crisis financiera, BBC mundo plantea que ha entrado en crisis una particular visión del mundo. Los rasgos esenciales de esta visión del mundo son los siguientes: todo el poder al sector privado, el mercado como medio de racionalidad económica, y el individualismo más descarnado como principio ético ordenador. Y del análisis de esta crisis BBC mundo identificó cinco consecuencias filosóficas. Dicho texto fue publicado por Rebelión el 25 de julio de 2009.
Someteré a crítica las cinco consecuencias filosóficas y las enumeraré con la misma nominación empleada por BBC mundo.
De forma general la crítica elaborada por BBC mundo no se sale de la concepción capitalista del mundo. No critica el sistema capitalista en sí, sino una forma particular de construirlo. Puesto que no quiere derrocar el orden capitalista existente, sino reformarlo.
1. Filosofía política económica
Según BBC mundo, la ley de la oferta y de la demanda ejerció un reinado absoluto en la formulación de la política económica de las últimas tres décadas. Añade que la oferta y la demanda constituye un perfecto sistema homeostático que tiende al equilibrio perfecto y cuenta con un regulador infalible: el precio. Pero a su juicio la crisis financiera ha puesto en jaque esta teoría. Las burbujas demuestran que no existe tal regulación. Y de ahí extraen la siguiente conclusión: demanda, oferta y precio forman parte de un mecanismo económico-social más complejo que esa crasa simplificación que se ha aplicado durante tanto tiempo.
Antes que nada he de señalar que esa conclusión es débil y abstracta. No señala ningún aspecto de la complejidad que echa en falta. No obstante, lo positivo es que destaca el carácter simplista de la concepción económica dominante. Lo consecuente sería denunciar a la economía convencional por causa de su simplicidad como economía vulgar. ¿Cuál es el rasgo esencial de la economía vulgar? Los economistas vulgares se limitan a traducir a un lenguaje doctrinal las ideas de los capitalistas, cuyo interés teórico sólo alcanza a la superficie de las cosas. No están interesados en indagar las conexiones internas del sistema económico. Para los capitalistas la clave está en enriquecerse cuanto puedan y las causas últimas que hacen eso posible les importa un bledo. Y los economistas vulgares reflejan esa mentalidad y esa limitación.
Pero ¿siempre ha sido así? ¿Siempre los economistas burgueses se han preocupado en exclusividad por las conexiones externas de las cosas? Pues no. La época de la economía clásica no fue así. Adam Smith y David Ricardo indagaron, por una parte, la concatenación interna entre las categorías económicas o la trabazón oculta del sistema capitalista, y por otra parte, la concatenación externa que aparentemente se dan en los fenómenos de la competencia. La inconsecuencia de ambos economistas estriba, a juicio de Marx, en que no supieron enlazar las conexiones internas del sistema capitalista con sus conexiones externas. Esa tarea sí la cumplió satisfactoriamente Marx. Así que si se quiere superar el simplismo de la economía convencional sólo hay una opción: recuperar a Marx para la ciencia económica oficial. Y de esa manera se recuperará a Smith y Ricardo.
2. Crisis del racionalismo de mercado
Según BBC mundo la premisa fundamental de la ley de la demanda y de la oferta es el racionalismo de los mercados. Pero la crisis financiera actual, añade, ha demostrado que el mercado tiene la misma dosis de irracionalidad, capricho e imprevisibilidad que cualquier individuo o grupo humano. Y de ahí extrae la siguiente conclusión: Si los mercados o el Estado no son la base de un funcionamiento socio-económico racional, ¿quiere decir que estamos a merced de los elementos?
Esta conclusión, como la anterior, es débil y abstracta. Una primera cuestión aclaratoria: ¿Es correcto hablar de mercado a secas o sería más apropiado hablar de mercado capitalista? Creo que lo correcto sería hablar de mercado capitalista. Y una segunda cuestión: ¿Es correcto hablar del mercado como sujeto o lo correcto sería señalar como sujeto a los agentes que mandan y dominan ese mercado? Creo que lo correcto sería lo segundo. El mercado mundial está en manos de los grandes bancos y de las grandes compañías transnacionales. La irracionalidad que BBC mundo atribuye al mercado es en verdad la irracionalidad que cabe atribuir a los amos del mercado mundial.
Pero ¿es apropiado hablar de racionalidad o irracionalidad en este caso? Sin duda que lo racional y lo irracional está presente en todos los actos humanos, pero ¿no habrá otra categoría que exprese mejor lo que sucede en los mercados? Sí la hay: los intereses de las clases dominantes. La racionalidad y la irracionalidad están al servicio de los intereses económicos. Lo que mueve a los agentes económicos son sus intereses y no la racionalidad. De manera que la irracionalidad, la locura y el desafuero que hemos observado en los mercados, en especial en los mercados financieros, es fruto de los intereses desmedidos de la clase capitalista.
3. Consecuencia axiológica: teoría de los valores
Según BBC mundo desde los años ochenta, y más especialmente desde la caída del muro de Berlín, se impuso un individualismo a ultranza que se basaba en una teoría del egoísmo como valor organizador ideal de una sociedad. Ayn Rand, añade, planteó que el egoísmo –la búsqueda ciega del propio beneficio- era el fundamento de la civilización. Y la conclusión que extrae BBC mundo de todo esto es la siguiente: El consenso hoy es que la búsqueda desenfrenada del propio beneficio ha sido determinante en las dos megacrisis mundiales de los último ochenta años –la gran depresión y esta crisis. ¿Se necesita alguna otra prueba que el impacto devastador de estas dos debacles?
El lenguaje en ocasiones es una trampa. Es vieja la oposición entre el interés común y el interés individual y entre el egoísmo y el interés por los demás. Se presentan como lados opuestos que se niegan uno al otro, cuando en verdad se presuponen y se engendran mutuamente. Por mucho individualismo que se haya promocionado, ningún capitalista ha renunciado a defender sus intereses comunes como clase. Y ha institucionalizado y objetivado esos intereses comunes. Las organizaciones empresariales, las empresas privadas y el propio Estado capitalista es la expresión objetiva de los intereses comunes de la clase capitalista. Es más: la defensa del egoísmo es la defensa del interés común de la clase capitalista. No hay contradicción entre los intereses individuales y los intereses comunes de la clase capitalista. Y a mayor desarrollo individual de los miembros de una clase, mayor desarrollo se produce del interés común de los miembros de dicha clase. Y al revés: a mayor desarrollo de los intereses comunes de una clase, mayor desarrollo se produce de los intereses individuales.
El problema no está en el beneficio ni en la búsqueda del máximo beneficio, el problema está en quiénes son los dueños de ese beneficio y cuánto es el monto total que un individuo se puede apropiar de la riqueza producida por una nación. No hay riesgo alguno en enarbolar la bandera de que cada cual sea lo más egoísta que pueda. Mientras se ponga un tope superior al enriquecimiento personal, ese egoísmo no dañara los intereses sociales. Así que el problema ético no está en la posibilidad subjetiva de que alguien sea desmedidamente egoísta, sino en la posibilidad objetiva de que los individuos se enriquezcan de forma desproporcionada. Y esa posibilidad objetiva la genera el capitalismo.
4. Azar, causalidad, incertidumbre
En esta sección BBC mundo plantea la contradicción entre lo que decimos y la realidad. Argumenta que supuestamente debería haber correspondencia entre ambos aspectos, pero la crisis actual ha cuestionado esa correspondencia. Para fundamentar esta argumento recurre primero a las ideas de George Soros, que acaba de publicar sus conclusiones en “The Crash of 2008”. Según Soros pretender que los mercados financieros reflejen la marcha de la economía real y se manejen por la oferta y la demanda es desconocer el papel fundamental que cumple la subjetividad y un proceso que llama reflexividad. Y recurre después a Nassim Nichlas Taleb, que publicó en 2007 “El cisne negro”, texto en el que se concluye que sólo podemos predecir lo obvio y jamás el cambio. Y de todo esto BBC mundo extrae la siguiente conclusión: Desde el advenimiento del cristianismo hasta la caída del comunismo y los atentados del 11 de septiembre, sucedieron sin que nadie los anticipara, aunque a posteriori se construyó una narrativa explicativa llena de causas que volvían inevitables estos fenómenos. Si no podemos anticipar lo más importante, ¿qué sabemos?
No creo que Soros haya descubierto nada nuevo. Ya Marx en “El Capital”, en el capítulo titulado “El papel del crédito en la producción capitalista”, decía lo siguiente: “Como la propiedad existe bajo la forma de acciones, su movimiento y su transferencia se convierte en mero resultado del juego de la Bolsa, donde los peces chicos son devorados por los tiburones y las ovejas por los lobos de la Bolsa”. Así que de acuerdo con Marx el movimiento y las transferencias de las acciones es obra del juego. Y en el juego está presente el engaño, la arbitrariedad, el azar y la incertidumbre. También es claro que la Bolsa no refleja siempre de modo fiel la economía real, fundamentalmente porque es consustancial a ella la especulación.
Para que el lector le quede más claro la contradicción a la que nos enfrentamos aquí, le transcribo una cita tomada de un trabajo mío publicado en Rebelión bajo el título “la crisis capitalista según Marx”: “¿Por qué el valor de mercado de las acciones es en parte especulativo? Porque su valor no viene determinado por los dividendos que arrojan en la actualidad, sino por los esperados, por los que han sido calculados de antemano. Y los vendedores de estos títulos siempre están dispuestos a exagerar los futuros resultados con el fin de que el precio de mercado suba. Pero supongamos que la valorización del capital de las acciones que lo representan sea constante: el 5 %, esto es, una acción de 100 euros arroja un interés de 5 euros. Si el tipo de interés sube del 5 al 10 %, resulta que la acción que garantiza un dividendo de 5 euros sólo representa un capital de 50 euros. Y si el tipo de interés baja del 5 al 2,50 %, resulta que la acción representará un capital ficticio de 200 euros. Por lo tanto, el valor de mercado de las acciones aumenta y disminuye en relación inversa con el tipo de interés. Cuanto más bajo sea el tipo de interés, el valor de mercado de la acción aumentará; y cuanto más alto sea el tipo de interés, el valor de mercado de la acción disminuirá.
En todo caso, el valor de mercado de la acción es siempre el rendimiento capitalizado, esto es, el rendimiento calculado a base de un capital ilusorio o ficticio de acuerdo con el tipo de interés vigente. De ahí que en tiempos de crisis el precio de las acciones baje por dos razones fundamentales: una, porque el tipo de interés sube, y dos, porque todo el mundo quiere desprenderse de las acciones para obtener dinero. Y esta depreciación no sólo se produce para las empresas malogradas, sino también para las que están arrojando aceptables dividendos. De manera que una vez que ha pasado la crisis, el valor de las acciones de estas últimas empresas vuelve a subir. Por último, hay que señalar que la depreciación del precio de mercado de las acciones durante la crisis se convierte en un poderoso mecanismo para la centralización de las fortunas en dinero. Puesto que quien compró la acción a bajo precio en tiempos de crisis, la vende después de la crisis a un precio más alto”.
De todos modos, cuando BBC mundo se pregunta al final de esta sección ¿qué sabemos? Podemos decir que algo sabemos con absoluta claridad: sabemos las personas que se han enriquecido y en que cuantía lo han hecho y sabemos igualmente las personas que se han hecho pobre y en que cuantía lo han hecho. No podemos predecir la especulación, pero si sabemos que la especulación es consustancial al sistema de crédito. Y esta verdad que Soros la quiere presentar con aíres nuevos y místicos bajo el predicado de la subjetividad -cuando no hay acción humana libre de subjetividad, ya podemos oírla de los labios de Marx en el capítulo de El Capital titulado “Capital monetario y capital efectivo I”: Pero es evidente que a medida que se desarrolla la fuerza productiva del trabajo y, por la tanto, de la producción a gran escala, 1) los mercados se extienden y se alejan del lugar de producción, 2) por eso tienen que prolongarse los créditos y, por tanto, 3) el elemento especulativo tiene que dominar cada vez más las transacciones”. Así que repito y afianzo la idea anterior: la especulación es el reino económico de la subjetividad y es inseparable del sistema de crédito.
5. Consecuencia ontológica
Según BBC mundo, después de todo lo dicho cabe formularse la pregunta central de la ontología: En este universo económico-social: ¿qué existe?, ¿qué es real? Plantea BBC mundo que si bien es fácil fundamentar la realidad de la producción y el consumo, es mucho más complejo fundamentar el status existencial de instrumentos financieros como los famosos activos tóxicos o los derivados. Y esta duda existencial alcanza al propio dinero: “El dinero no es algo completamente real. El dinero es la promesa de que uno va a poder comprar algo. Igual que el dinero que uno tiene depositado en el banco. Uno tiene una promesa de que el banco va a pagar. Si el banco quiebra, la promesa deja de existir”, explicó a BBC mundo Jon Danielson de la London School of Economics.
Cuando se producen crisis económicas tan profundas como la del año 2008, es inevitable que algunos pensadores y analistas se inclinen hacia el idealismo. El dinero se tiene o no se tiene. Los muy pobres no tienen dinero y, por eso, se mueren de hambre. Esta es una verdad ontológica incuestionable. Después en los que tienen dinero habría que distinguir entre los que tienen mucho y en exceso y los que tienen poco. Los que tienen dinero en exceso hacen una vida de lujo y los que tienen poco viven satisfaciendo las necesidades básicas. Esta es una segunda verdad ontológica igualmente incuestionable.
Hablemos ahora de los derivados. Si un productor de café vende su cosecha anticipadamente en el mercado de futuros, lo hace para asegurarse un determinado precio y unos determinados ingresos en el futuro. Si resulta que el día de la cosecha el precio del café se ha triplicado, el comprador del contrato de ese futuro se embolsará una ganancia especulativa enorme. Esta es también una verdad ontológica incuestionable: el especulador extrae ganancias extras de los vaivenes de los precios del mercado mundial.
En contraste con las consecuencias ontológicas idealistas extraídas por BBC mundo de la crisis económica de 2008, disfrutemos de un poco de materialismo de la mano de Marx: “Como en determinadas funciones el dinero puede ser sustituido por simples signos de sí mismo, surgió el otro error, el de que no es más que un signo. Por otro lado, se intuía ya que, bajo la apariencia de un objeto exterior, el dinero oculta una relación social”. Así trata la economía convencional, y el propio BBC mundo, a las categorías económicas: las considera conceptos sobre objetos y no sobre relaciones sociales. Pero el dinero, como el lenguaje, es un producto social. Circunstancia distinta es que bajo el capitalismo los productos sociales sean utilizados para que sirvan a los intereses privados. También los derivados, las opciones y los futuros, son productos sociales y reflejan relaciones sociales. Lo que sucede es que se utilizan para el enriquecimiento privado.
Algunas conclusiones
Afirmé en la introducción que en su crítica de la crisis económica actual BBC mundo no se salía de la concepción capitalista del mundo. Después de haber reflexionado críticamente sobre las cinco consecuencias filosófica podemos saber por qué mi afirmación es certera. Podemos valorar de lo que habla y de lo que no habla, de lo que pone en primer plano y de lo que ocultan. ¿De que habla? Del mercado, del egoísmo, de la incertidumbre y de la naturaleza ideal de ciertas formas del valor como el dinero, las acciones y los derivados. ¿Y de que no habla? De las siguientes contradicciones: de la existente entre propiedad privada y propiedad pública, entre riqueza y pobreza, y entre capital y trabajo. BBC mundo ha escamoteado las contradicciones fundamentales que están en el fondo de esta crisis. Reclama en su primera conclusión filosófica una visión más compleja del mundo y del sistema económico, pero ella misma no escapa a la visión simplista del mundo. Me despido, como no puede ser de otro modo, con una cita de uno de los grandes pensadores de todos los tiempos, tomada de una obra teórica cuyos rasos esenciales son la complejidad y la profundidad: “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviesen más límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad”. Karl Marx. El Capital.
27 de julio de 2009.
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