sábado, 6 de junio de 2009

La disolución de la teología en antropología

Les transcribo las dos primera tesis de “Principios de la Filosofía del futuro” de Ludwig Feuerbach:




1



La misión de la época moderna fue la realización y la humanización de Dios –la transformación y disolución de la teología en antropología.



2



La manera religiosa o práctica de esta humanización fue el protestantismo. El Dios que es hombre, el Dios humano, es decir, Cristo –sólo él es el Dios del protestantismo. El protestantismo ya no se preocupa, como el catolicismo, de lo que Dios es en sí mismo, sino únicamente de lo que Él es para el hombre; de ahí que ya no tenga, como aquel, ninguna tendencia especulativa o contemplativa; el protestantismo ya no es teología –en lo esencial, no es más que cristología, es decir, antropología religiosa.





Este cambio de visión de Dios por parte del protestantismo ha terminado por alcanzar al catolicismo. Ya ningún cristiano se preocupa de lo que Dios es en sí mismo. La teología ha perdido su peso, su valor, su utilidad. A todos los cristianos lo único que les preocupa y les interesa es lo que Dios es para el hombre. Pero Dios hecho hombre, Dios humanizado, es Cristo. Así que la religión cristiana actual es, como bien destaca Feuerbach, cristología, es decir, antropología religiosa.



Y sobre Cristo no se plantea el problema de si se debe creer en su existencia o no, puesto que fue un personaje histórico real y no debe haber duda a este respecto. Y es ese personaje y su misión ética en el mundo lo que importa a los cristianos de la actualidad. De ahí que todos esos esfuerzos que se hacen desde las ciencias naturales para demostrar que la creencia en Dios es una irracionalidad y contrario a la ciencia  tengan tan poco éxito.



La mejor manera hoy día de criticar a la religión cristiana es criticar a las personas que supuestamente son cristianas, esto es, seguidores de Cristo. Y demostrarles que de cristianos tienen muy poco o nada. Son cristianos por costumbre y por necesidad. Que se bauticen y se casen por la iglesia es una cuestión de costumbre, no de fe en Dios. Y la creencia en un Dios que los espera en el cielo es una cuestión de necesidad egoísta: anhelan la vida eterna. Así que la inmensa mayoría de los cristianos nada tienen de cristianos: no se ponen del lado de los pobres para luchar contra el poder dominante.

 29 de marzo de 2009.








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