1. No soy de la opinión de que en la lucha de ideas la clave esté en que uno luchadores trate de convencer al otro de sus ideas. Todo lo contrario: creo que la lucha de ideas sirve para que cada cual desarrolle y fortalezca su propio sistema de ideas.
2. Aunque hagamos uso de los mismos conceptos, cada uno de nosotros prestará más atención a un contenido conceptual que a otro. La atención selectiva de unos contenidos respectos de otros depende de la trayectoria intelectual de cada cual.
3. Parto de la base de que cada persona tiene su punto espiritual propio y este punto de vista espiritual propio tiene que reflejarse ineludiblemente en sus escritos teóricos.
4. Cada pensador debe seguir su propio camino, tanto en el estudio de los textos teóricos de los clásicos como en la elaboración teórica de sus propias ideas. Si un pensador no tiene todavía suficiente autonomía, lo más recomendable es que siga los pasos de cualquier otro penador con el que se identifique.
5. Ningún pensador debe depositar sus propias expectativas en otro pensador. Esto le pasa muy a menudo a los marxistas de Europa occidental: depositan la esperanza del futuro del socialismo en pueblos extranjeros.
6. Todas las personas, incluso las que se inician en el estudio de El Capital, llevan una parte de verdad en lo que dicen. Ningún texto teórico puede considerarse ni absolutamente falso ni absolutamente verdadero.
7. Incluso el juicio falso puede ser útil en el proceso de conocimiento de una cosa. Puede desvelar un aspecto no visto o un aspecto con escaso desarrollo.
8. Considero El Capital como una mina de donde pueden extraerse ideas sin cesar. Aprecio en esa obra teórica especialmente su lado filosófico.
9. Igual que los individuos somos pasajeros, nacemos y morimos, mientras que la especie permanece, del mismo modo creo que las causas del socialismo y del marxismo permanecen y nosotros, sus defensores y representantes, somos pasajeros.
10. Considero el socialismo y el marxismo como dos grandes ríos de la historia, donde nadie tiene el derecho a decir estos ríos son míos y sólo se bañan en ellos los que yo creo que lo merecen.
11. Creo imprescindible, en el momento actual de la historia, tener un espíritu amplio y generoso con todas las corrientes de izquierda; y condenar sin paliativos el sectarismo. El sectarismo es la peor enfermedad que han padecido siempre los marxistas: no los deja crecer.
12. Creo que siempre hay que estar agradecidos a todos los miembros del foro, porque todos aportan algo y porque todos son necesarios.
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