Además de esto, Diego Guerrero defiende las dos siguientes posiciones:
1. No está de acuerdo con las distintas formas de personalización del capital.
2. El capital no es sino un conjunto de estructuras, de leyes impersonales.
En su texto hay más cosas, pero para centrar la discusión basta con las dichas.
Creo, antes que nada, que habrá que distinguir con claridad cuál fue la tarea central de Marx, elaborar El Capital, de la tarea central de Ilích Ulianov: construir un partido bolchevique y dirigir la primera revolución socialista. Creo que la tarea central de Marx fue eminentemente teórica y económica, mientras que la de Ilích Ulianov fue práctica y política. Creo igualmente que si no se hubiera producido la revolución soviética, el marxismo no tendría la trascendencia teórica y práctica que tiene. Tampoco se puede desvincular la revolución soviética y el nombre de Lenin de la primera guerra mundial, la expresión más desarrollada y dura de la lucha de clases.
Coincido contigo, estimado Diego, en la crítica a los enfoques hiperpolíticos y maniqueístas de ciertos sectores de izquierda. No obstante, sigo manteniendo mi posición en torno a que hay que seleccionar los blancos de la lucha de clases. No creo que sea práctico plantear la lucha como una lucha contra el sistema, en vez de una lucha contra determinados sectores de la clase dominante. Al menos eso ha sido así de acuerdo tanto con la experiencia de la revolución bolchevique como con la de la revolución china. Mao Zedong hizo siempre lo imposible por ganarse la confianza y la alianza de la burguesía nacional china y oponerse con dureza y firmeza a los terratenientes y a la burguesía burocrática (burguesía aliada al capital internacional).
En la sección “El proceso de intercambio” de El Capital, Marx se expresa en los siguientes términos: “En general, a lo largo de nuestra exposición veremos que las distintas máscaras de las personas no son más que personificaciones de las relaciones económicas, encontrándose unas ante otras en calidad de portadoras de ellas”.
Como puede observarse, de acuerdo con lo dicho por Marx, las relaciones económicas son relaciones entre personas, como no puede ser de otro modo. Cosa bien distinta es que las personas tienen determinadas máscaras económicas: comprador, vendedor, financieros, especulador, etcétera. Y esas máscaras económicas son personificaciones de las relaciones económicas. Así que no creo que sea acertado presentar el capitalismo como un sistema impersonal de relaciones económicas.
Creo también que no es acertado defender que se debe luchar contra el sistema capitalista en su conjunto y en abstracto. Eso significaría disparar hacia nadie. Pero en todos los estados hay determinados partidos políticos que representan a determinadas clases sociales o a determinados segmentos de capas sociales. Y dentro de cada clase social es necesario distinguir determinados sectores y determinadas capas. Y dentro de estas determinadas capas y sectores habrá que distinguir a determinados individuos. ¿Cómo se podría negociar entonces alianzas si no tienes personas en concreto con las que llegar a acuerdos? ¿Cómo podrían las bases luchar por determinados objetivos si no le señalas instituciones y personas en concreto a las que oponerse?
En la lucha de clases es necesario particularizar al máximo. Si no tienes un blanco claro y preciso al que disparar, las flechas se perderán en el infinito cielo. Y los hedge funds son unas determinadas instituciones financieras. Es una forma particular de existencia del capital y son una de las principales instituciones financieras responsables de la volatilidad en el mercado financiero. El hecho de que cualquier capitalista tenga fondos para especular, no resta nada al hecho de que el especulador existe de forma particular. Y la particularización tiene grados: los hedge funds son uno y otro, por ejemplo, es George Soros. Si en la lucha de clases no se particulariza, no habrá manera de dar un paso.
Creo, Diego, que una cosa es hacerse con la representación económica del capitalismo, una tarea eminentemente teórica, y otra muy distinta es transformar el capitalismo en socialismo, una tarea eminentemente práctica. Para la primera tarea la particularización, incluida la personalización, no es necesaria, pero para la segunda es imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario