sábado, 29 de diciembre de 2012

Una parada y un cambio de rumbo

Hoy he empezado a escribir esta reflexión sin ponerle aún un título.  Se lo pondré al final aunque ustedes lo lean al principio. Llevo algún tiempo sin publicar. Me sentía saturado por todo lo que tiene que ver con la economía. La repetición de las mismas ideas sobre la crisis me genera un cierto aburrimiento intelectual. Se vuelven las cosas de color gris y el estímulo para pensar decae estrepitosamente. Se desciende en el nivel intelectual y sobreviene el descontento. Pero ante estas situaciones reacciono con premura: cambio de tercio. Me refugié en principio en una obra de Vygotsky: La imaginación y el arte en la infancia. Me recuperé un poco. Luego salté a una obra de Jerome Bruner: Actos de significado. De ahí, y porque Jerome Bruner lo citaba, pasé a una obra de John Dewey: El arte como experiencia. Ya me sentí más liberado. Recuperé el tono intelectual. Y desde ahí he saltado a una obra de Roger Fry: Cézanne: un estudio de su evolución. Ya empiezo a estar contento. Estoy estudiando con más ritmo y nuevas ideas me afluyen a la mente. Me he hecho con más textos, siempre quiero disponer de todos los textos que necesito, todo autor que leo hace referencia a otros autores que me llaman la curiosidad y el interés. Tengo en lisa los siguientes textos: Diario de un bebé de Daniel N. Stern; La elaboración del sentido de varios autores; Realidad mental y mundos posibles de Jerome Bruner; La víspera de Santa Inés de John Keats; y Giotto de Roger Fry. Y tengo en mi libreta más anotaciones de nuevos libros que quiero comprar. Amo a los libros. Son mi vida. Quiero reflexionar en estas próximas semanas sobre filosofía del arte  y sobre psicología del conocimiento. No sé cuánto durará este cambio de rumbo. Tampoco me importa. Para mí lo importante es trazar siempre metas y objetivos; pero si después de haber planeado todas las metas tengo que cambiar al día siguiente de rumbo, lo hago sin sombra de duda. Ilích Ulianov tenía una gran destreza en los cambios de rumbos si la situación así lo exigía.  
No quisiera despedirme sin transcribirles una pequeña cita, de las tanto que marco, de Roger Fry contenida en su obra Cézanne: un estudio de su evolución: “Pero todo artista que está destinado a llegar a las verdades más profundas, un Rembrandt, un Velázquez, o un Daumier, requiere una humildad excepcional”. Sólo basta con subrayar dos sintagmas, “las verdades más profundas” y “humildad excepcional”. Jamás había oído esta última expresión. Parece que la humildad es una virtud que también hay que trabajar y que no todas las personas pueden poseerla de forma excepcional. Les transcribo otra cita del mismo texto: “Así, tenemos a la vez la noción de excepcional sencillez en el resultado general y de variedad infinita en cada parte. Es esta calidad, infinitamente cambiante, del propio material de la pintura lo que transmite una sensación vital tan intensa”. Interesantísima me resulta esta apreciación de la pintura de Cézanne por parte de Fry. Lograr una variedad infinita en cada parte al tiempo que obtener una sencillez excepcional en el resultado. A eso deberíamos aspirar todos.  

3 comentarios:

  1. Gracias Paco por este artículo. Con él se aprende lo importante que es alejarse de la rígidez personal para mantener siempre el estímulo por el estudio y la creación intelectual. Un artículo, como tantos otros que escribes, que me libera de prejuicios y cargas personales. Gracias de nuevo.

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  2. Estimado Francisco, este nuevo rumbo me parece de lo más interesante. Estos temas me servirán de estímulo para leer y escribir y para ser más humana. GRACIAS.

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  3. Francisco siempre agradeceré, por lo que me toca, tu amplia obra ensayística sobre cualquier campo de producción de la conciencia humana. Por mi parte es correspondido decirte que eres para mí un maestro en el amplio sentido de la palabra y la pena que llevo es no tenerte más cerca para seguir creciendo intelectualmente.

    Un abrazo.

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