Nos encontramos en el apartado 2 de la introducción
de Lecciones sobre la estética de G.W.F. Hegel. Expondré uno
de sus fragmentos, donde se explica los diversos modos en que puede
relacionarse el espíritu con lo sensible. La clave para aprender el pensamiento
de Hegel es pensar como él lo hizo, esto es, pensar con sus categorías. Durante
la exposición iré intercalando algunas aclaraciones sobre el contenido de las
categorías que Hegel pone en circulación en su discurso. Al mundo exterior lo
denomina de tres modos: lo sensible, ser ahí y ser ahí sensible. Al hombre lo
denomina como espíritu, que para nosotros será equivalente a pensamiento y
lenguaje. Diremos que el hombre es un ser espiritual en tanto está dotado de
pensamiento y lenguaje. Como el ámbito donde Hegel va estudiar estos problemas preferentemente
será el de la percepción, presentará al hombre en cuanto singular y a las cosas
también en tanto singulares. Al hombre no solo lo presentará en cuanto singular
sino también en cuanto singular sensible. No hay dos personas iguales como no
hay dos mesas iguales. En ese sentido entenderemos lo de singular.
¡Aviso importante! Hasta ahora cuando se pinchaba en las etiquetas no aparecían todos los trabajos publicados bajo dicha etiqueta. Ahora hay paginación y se puede acceder a todos los trabajos publicados. Otra cuestión: Soy Ingeniero Técnico y Licenciado en Filosofía, pero de forma general me considero un Investigador Independiente.
domingo, 27 de octubre de 2013
lunes, 14 de octubre de 2013
jueves, 3 de octubre de 2013
La percepción enriquecida
Ayer, 2 de octubre, celebramos una reunión de
trabajo en el Cekam que tenía por objeto de la reflexión El nacimiento de Venus de Botticelli. Para no quedarnos en meras
impresiones y juicios de valor carentes de conceptos, primero leímos la
descripción común sobre el cuadro, y luego leímos lo que dijeron Hesiodo y
Homero sobre Afrodita. Esta literatura es todo un disfrute. Hay belleza léxica
y hay belleza sintáctica. Gracias a dichos textos conocimos un poco mejor a
Afrodita. Si fuéramos plenamente sinceros, deberíamos decir que de Afrodita
sólo conocíamos su nombre y que era la diosa del amor. Pero gracias a aquellos
textos conocimos cómo nació, quienes le acompañaban y el impacto que causaba
entre los inmortales.