martes, 17 de noviembre de 2015

Vida genérica y ser genérico: aclaraciones conceptuales

Diego, lector de mi blog,  en relación con mi elaboración teórica titulada Trabajo enajenado: graduaciones de la enajenación, plantea la siguiente cuestión: “Dices que la vida genérica es la vida dentro del ámbito del trabajo, mientras que la vida individual se desarrolla fuera de ese ámbito. Sin embargo, Marx en la cuestión judía dijo: “La vida genérica misma, la sociedad…”. Por eso tengo entendido que la vida genérica es la vida social, es decir, la que se desarrolla fuera del trabajo. Me gustaría que lo aclararas”.

Hablemos un poco de filosofía del lenguaje. Las palabras en su función denotativa, significativa y conceptual no se dejan atrapar entre cuatro paredes. Los propios diccionarios siempre nos ofrecen varias acepciones de una misma palabra. La razón estriba en que los hablantes usan las palabras en relación con campos de referencia continuamente cambiantes y en relación con otras palabras igualmente cambiantes, produciéndose así cambios denotativos y conceptuales. Son las relaciones de sentido, las relaciones que mantienen unas palabras con otras, las que modifican de forma más profunda y compleja su función conceptual. Pero los teóricos deben actuar con rigor, no pueden mezclar constructos teóricos y campos de referencia distintos, deben ser más precisos. En cada constructo teórico deben señalarse cuáles son las categorías principales y cuáles son sus relaciones mutuas. Así que la función conceptual de las expresiones “ser genérico” y “vida genérica” es distinta según sea el campo referencial en el que se muevan y según sean las categorías con las que se relacionan.
Hablemos primero de las ideas formuladas por Marx sobre la cuestión judía contenidas en la obra teórica titulada La Sagrada Familia. Ahí las categorías principales son “sociedad civil”, “Estado”, “emancipación política y emancipación humana”. Y el campo de referencia histórica es la revolución burguesa, en concreto: la transformación del Estado feudal religioso en Estado burgués laico. Escuchemos a Marx en la obra reseñada: “El Estado político acabado es, por su esencia, la vida genérica del hombre por oposición a su vida material. Todas las premisas de esta vida egoísta permanecen en pie al margen de la esfera del Estado, en la sociedad civil, pero como cualidades de esta. Allí donde el Estado político ha alcanzado su verdadero desarrollo, lleva el hombre, no solo en el pensamiento, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida, una doble vida, una celestial y otra terrenal, la vida en la comunidad política, en la que se considera como ser colectivo, y la vida en la sociedad civil, en la que actúa como particular,…”. Como puede observarse Marx habla de que el hombre lleva una doble vida: como miembro del Estado o comunidad política y como miembro de la sociedad civil. Como miembro del Estado todas las personas son iguales, pero como miembros de la sociedad civil son desiguales: unos son capitalistas y otros trabajadores, unos arquitectos y otros peones, unos religiosos y otros ateos,… Y en tanto miembros del Estado, Marx afirma que los hombres son seres colectivos, mientras que como miembros de la sociedad civil actúan como particulares. Así que concluimos que cuando Marx habla de vida genérica, en este marco teórico, se refiere a la vida de las personas en tanto miembros del Estado o comunidad política. Aquí la vida genérica se opone a la vida material. El concepto de vida genérica en este marco teórico no debe entenderse en otro sentido.
Hablemos ahora del concepto “ser genérico” en el campo de referencia del trabajo enajenado. En la sección de El Capital dedicada al proceso de trabajo, Marx se expresa en los siguientes términos: “En primer lugar, el trabajo es un proceso entre hombres y naturaleza, un proceso en el que, mediante su acción, el hombre regula y controla su intercambio de materias con la naturaleza”.  Es en este campo referencial concreto, el trabajo entendido como un proceso entre hombres y naturaleza, donde hay que situar el concepto “ser genérico”. Y este concepto nada tiene que ver con el concepto de vida genérica, que pertenece a otro campo referencial: el de las relaciones entre sociedad civil y Estado en la época del capitalismo. Pues bien, en el campo de referencia del trabajo enajenado, Marx afirma, entre otras cosas, lo siguiente: uno, la naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre, dos, que el hombre vive de la naturaleza quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el cual ha de mantenerse en proceso continuo para no morir. Y el contenido del concepto de vida genérica no es otro que el que expuse en Trabajo enajenado: graduaciones de la enajenación, y que tomé de Marx: “La vida genérica del hombre, tanto en el hombre como en el animal, consiste físicamente, en primer lugar, en que el hombre (como el animal) vive de la naturaleza inorgánica, y cuanto más universal es el hombre que el animal, más universal  es el ámbito de la naturaleza inorgánica de la que vive”.  Pero para que el hombre pueda vivir de la naturaleza inorgánica, tiene que trabajar. De ahí que el ser genérico del hombre se manifieste en el trabajo. También dice Marx lo siguiente: “Así como las plantas, los animales, las piedras, el aire, la luz, etc., constituyen teóricamente una parte de la conciencia humana, en parte como objeto de la ciencia natural, en parte como objetos del arte, así también constituyen prácticamente una parte de la vida humana y de la actividad humana”. Así que la relación del hombre con la naturaleza se manifiesta en parte como conciencia teórica y en parte como práctica sensible. Y ahondando más en esta aseveración diremos que la naturaleza es objeto de la ciencia, del arte y de la actividad económica. Y repito: es en este campo referencial y marco teórico donde debemos incluir y entender el concepto de ser genérico. Todos los conceptos deben ser estudiados en determinados constructos teóricos y no de forma aislada. No podemos pretender tener un concepto que pueda servir para todos los campos referenciales y para todos los sistemas conceptuales. Si lo pretendemos, lo único que obtendremos será lo que nos proporcionan los diccionarios: significados generales coagulados, petrificados, rígidos.
 
 
 

1 comentario:

  1. Como continuación al comentario que ya expuse en "Trabajo enajenado: graduaciones de la enajenación", y a la par de su actual prolongación, añadiré que:
    No se puede ir muy lejos, por coherencia teórica, cuando el discurso se construye desnaturalizando, o mal interpretando, las bases sobre las que dice asentarse.
    Habría que explicar que "el trabajo enajenado" de los MANUSCRITOS se asienta en el doble carácter del trabajo determinado por la mercancía. Este asunto da la sensación de que es considerado una banalidad teórica de Marx, pues es muy poco tenido en cuenta de manera general.
    Contrariamente a lo que pretende el marxismo tradicional, Marx no hace de la propiedad privada medios de producción (que no son causa sino consecuencia de que la actividad social tome forma de mercancía en la sociedad capitalista) su caballo de batalla (situándolos en el espacio de lo jurídico y de la distribución). Es, en primera instancia, el modo de producción capitalista la clave, y lo que hay que superar, pues es él quien causa le pérdida del ser genérico, haciendo al hombre extraño a sí mismo y a su esencia humana, es decir a su carácter universal y colectivo, a su necesidad de vínculos, de actividad creadora, de conocimiento, de conciencia de sí mismo y de su hábitat, en fin, de su capacidad para proyectarse en el futuro. Es pues la estructura social de dominación abstracta lo que es constitutivo del trabajo enajenado -forma propia de la actividad humana en la sociedad capitalista-, lo que arrebata al hombre el objeto de su producción y su vida genérica, su verdadera objetividad genérica.

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