Paso a transcribirles una parte de la entrevista. Pablo
Motos: “Le vais a subir los impuestos a los grandes empresarios”. Iñigo Errejón: “Sí”. Pablo Motos: “Los grandes empresarios son los que
generan el mayor número de empleos”. Errejón: “En realidad en nuestro país son
las pequeñas empresas y los autónomos los que generan una buena parte del
empleo. A mí no me parece mal que haya grandes empresarios que facturen
muchísimo dinero, pero lo único que estamos diciendo es,..” Motos: “Los que
facturan muchísimo dinero también dan muchísimos puestos de trabajo,…Amancio
Ortega, por ponerte un ejemplo, un empresario grande, grandioso, unos de los
más importantes del mundo, español, ¿va a poder seguir viviendo en España si
gobierna Podemos o se va a ir porque le vais a meter tantos impuestos que dirá
pues me voy a la India?” Errejón: “Yo creo que los grandes empresarios no
siempre se van de los países que son un poquito más exigentes; porque si no, no
habría ningún gran empresario ni en Alemania, ni en Noruega, ni en Francia, yo creo que también buscan
otras cosas: buenas infraestructuras, trabajadores mejor cualificados,..”
Pablo: “Ganar pasta, los empresarios no
hacen las grandes empresas, que siempre empiezan siendo pequeñas, para pagar
muchos impuestos, la hacen para ganar pasta; y si les aprietan, desplazan los
puestos de trabajo a otros sitios donde les aprieten menos, como haríamos tú y
yo”. Errejón: “Pero yo creo que también ganarán más pasta si la población
española tiene más capacidad de comprar y…” Motos: “Aclárame este punto: ¿A
partir de cuánto dinero para Podemos una persona es rica?” Errejón: “<Rica>
es una categoría subjetiva. Nosotros decimos que hay que mantener los impuestos
o bajárselo a la gente que más se ha apretado el cinturón, y que desde 61.000
euros al año hacia arriba, hasta llegar a los 300.000 euros hay que subirles
paulatinamente los impuestos, que ya está bien; …que si se los ha ganado, bien
ganados están,…”.
Podemos ha sido una de las fuerzas políticas que más ha
denunciado la mayor de las desigualdades que ha generado la globalización: el 1
% de la población posee la mitad de la riqueza mundial. Amancio Ortega
pertenece a ese 1 % y está situado a la cabeza. Su patrimonio en el año 2015
ascendió a 65.000 millones de euros, y durante ese año su patrimonio aumentó en
un 17 %, esto es, durante ese año ingresó más de 10.000 millones de euros, esto
es, ganó en un año lo que ganan en el mismo periodo de tiempo 700.000
trabajadores con un salario mensual de 800 euros. Y poniéndoselo Pablo Motos en
bandeja para formular una crítica dura a esa oligarquía a la que pertenece
Amancio Ortega, Iñigo Errejón no dijo nada, no aprovechó la oportunidad. ¿Cómo
puede Errejón incurrir en este despiste? Respuesta sencilla: por falta de
conciencia. O mejor: en su sentimiento no está que hay que denunciar sin tregua
las riquezas desproporcionadas. La extrema pobreza de muchos está estrechamente
vinculada con la extrema riqueza de unos pocos. La economía capitalista y más
en su época globalizadora es un sistema. Y en un sistema todo está
interconectado con todo. De manera que la extrema riqueza acumulada por Amancio
Ortega es inexplicable sin su vinculación con el resto de los mecanismos del
sistema económico capitalista. En la conciencia, al decir de Hegel, el objeto
está fuera de la conciencia, pero en el sentimiento está íntimamente unido al
sujeto. De ahí que la extrema riqueza solo exista para Errejón en su conciencia
y no en su sentimiento. Y lo que no está en el sentimiento es muy fácil que se escape
de la conciencia actuante, de la conciencia vigilante, de la conciencia en
lucha. De ahí igualmente su debilidad ideológica.
Pablo Motos está dominado por entero por la
ideología capitalista –detesto esa complacencia de Pablo Motos con la enorme
desigualdad capitalista y que considere natural un hecho tan oprobioso como la
extrema riqueza–, pero a Errejón le sucede lo mismo. El aparente lenguaje
radical de Errejón, que solo sale a relucir en ocasiones o en textos teóricos,
está totalmente divorciado de su conciencia práctica. No de otro modo podemos explicarnos que
afirme que “ser rico” es una categoría subjetiva. Si “ser rico” es una
categoría subjetiva, también lo será su contrario “ser pobre”. Así que no habrá
manera objetiva, de acuerdo con el pensamiento de Errejón, de determinar
quiénes son ricos y quiénes son pobres.
¡Qué desliz mental! ¡Cómo se puede ser tan inconsecuente y tan
inconsciente! Esta clase de pensamientos no lo defienden ni los economistas de
derecha. Tampoco lo defienden los neoliberales. Y cualquier persona sabrá que
midiendo el patrimonio y el nivel de ingreso anual se podrá establecer con
total objetividad quiénes son ricos y quiénes pobres. Y de lo que no hay duda
es que Amancio Ortega es extremadamente rico.
Cuando Pablo Motos refiriéndose a Amancio Ortega
dice que este monta su gran empresa para ganar pasta, Iñigo Errejón lo secunda
diciéndole que ganaría más pasta aún si los trabajadores tuvieran mayor poder
de compra. (Y anteriormente había afirmado que no le parecía mal que los
grandes empresarios facturen muchísimo dinero). ¿Cómo es esto? Iñigo Errejón
quiere incluso que Amancio Ortega sea aún más codicioso, quiere convencerle que
el aumento de los salarios le favorece, que le hará ganar aún más dinero.
¡Cuánta falta de conciencia teórica marxista tiene Errejón! Beneficios y
salarios son polos opuestos. Los salarios solo pueden aumentar de una manera
efectiva si los beneficios disminuyen. Hay que luchar contra las rentas de
capital injustas. ¿Y cuáles son las rentas de capital injustas? Aquellas que
obtienen los que poseen mucho capital y aquellas que obtienen quienes ingresan
en concepto de interés, beneficio o renta del suelo porcentajes demasiado altos
en relación con el capital invertido. ¡Qué hermosa oportunidad ha perdido
Errejón de denunciar la explotación capitalista! Estos grandes capitalistas
como Amancio Ortega explotan no solo a los trabajadores, sino también a las
pequeñas empresas y a los autónomos. Los grandes capitalistas se hacen tan
extremadamente ricos porque por miles de medios hay trasvases de ingresos de
las pequeñas empresas y autónomos hacia sus ensanchados bolsillos.
Pablo Motos afirma que los grandes empresarios son
los que generan el mayor número de empleos. Errejón no le responde desmontando
la falacia de esa afirmación y atacando a su esencia ideológica capitalista,
sino que responde con la afirmación que todo el mundo sabe: que son las
pequeñas y medianas empresas las que crean el mayor número de empleos.
Reflexionemos entonces sobre la esencia ideológica de la afirmación de Pablo
Motos. El capital, para conservar su valor y multiplicarlo, necesita del
trabajo. Capital sin trabajo es imposible. Un marxista debe afirmar que el
capital necesita del trabajo para ser tal capital, mientras que un apologista
del capitalista afirma que el capital crea puestos de trabajado. Y hay una gran
diferencia esencial entre las categorías “necesitar” y “crear”. Afirma Pablo
Motos que todas las empresas empiezan siendo pequeñas, pero Errejón debió
señalarle que desde el principio el capital de esas empresas necesitó del
trabajo. Y cuanto más crecían, más trabajo necesitaban. Y claro, si el capital necesita del trabajo
para multiplicarse, el capital tiene que crear puestos de trabajo. La creación
de puestos de trabajo es una consecuencia de la necesidad que tiene el capital
de trabajo si quiere conservarse y multiplicarse.
Cuando Pablo Motos afirmó que si subían muchos los
impuestos Amancio Ortega terminaría por trasladar sus empresas a la India,
Errejón debió responderle con total dureza. ¿Por qué se iría Amancio Ortega a
la India? Por dos razones: porque los impuestos serían más bajos y porque los
salarios sería más bajos. Impuestos bajos significan una sanidad y una
enseñanza de baja calidad. Y salarios bajos significan un nivel de vida bajo
para los trabajadores. Así que Pablo Motos quiere darle legitimidad a la
actuación capitalista de Amancio Ortega propia de hace un siglo. Pero Iñigo
Errejón, con una falta de conciencia teórica marxista enorme, lo dejó estar.
Así que sobre la decepción se amontona más decepción. Y secundo a Cayo Lara: “me
va a costar votar estas elecciones”.
El Capital es necesario, no el caníbal, se debería buscar un equilibrio.
ResponderEliminarEl capitalismo es tan "necesario" que(sobre)vive gracias a la extracción de valor del trabajador y a la explotación de éste, así que lo de buscar un "equilibrio" entre capitalistas y trabajadores, explotadores y explotados, me parece de las actitudes más reaccionarias para abordar esto. Es como decir que en el esclavismo los esclavos tienen que seguir siendo esclavos pero sin que sus amos les den latigazos. Además de que el famoso "capitalismo bueno" o "capitalismo de rostro humano" ya se ha hecho esa experencia que fracasó porque era incompatible con la dinámica de acumulación capitalista. Además de que la triada de capitalismo-democracia-DD.HH forman una unidad complementaria, o al menos, no se contradicen entre ellos.
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