lunes, 20 de agosto de 2018

Pensamiento, alienación e imagen


Primero las cosas cobran vida en el reino de la existencia y después viene solícito el pensamiento a saber qué son. Los seres humanos no se reúnen previamente para decidir entre todos qué tipo de relaciones sociales quieren establecer, sino que primero se establecen esas relaciones sociales y después los seres humanos se preguntan por qué pasa lo que pasa. Esta circunstancia, que primero las cosas son y después se piensa qué son, es la causa que impide controlar la generación de la enajenación. (Por enajenación entenderemos que los seres humanos no controlan ni dominan las relaciones sociales que crean). Y esto ocurre sobre todo en el mundo capitalista, donde se invierte la relación racional y justa entre lo individual y lo social y se sustituye por una relación perversa: en vez de que en la actuaciones individuales prime el interés social, y tendríamos así una sociedad socialista, ocurre lo contrario: los productos sociales se utilizan como un medio para la realización del interés individual, teniendo así una sociedad capitalista. Esta relación perversa entre lo individual y lo social, esta relación que convierte lo social en medio del interés individual y que es engendrado por el mundo mercantil-capitalista, es la principal fuerza económico-social que fortalece la enajenación de las grandes masas sociales.