domingo, 15 de diciembre de 2019

El todo y las partes, lo simple y lo complejo, y la armonía (3)


Aconsejo al lector que lea previamente la aportación de Ramón Galán al número dos de esta serie. Si no lo leyera, no entendería el sentido de este trabajo. El aporte de hoy afecta al método. Si bien en el primer trabajo de esta serie se abordó los tres aspectos que figuran en el título, en el segundo trabajo me centré solo en el problema teórico del todo y las partes. Y el problema específico era el siguiente: Según Ramón Galán, en su primera aportación, cuando nos encontrábamos con el caso de que un todo solo tuviera una parte, entonces el todo sería  igual a la parte. La objeción teórica que observé desde el principio era la siguiente: en tal caso no habría modo de diferenciar el todo de la parte y no tendríamos una definición del todo que no fuera la suma de las partes. Como no quería seguir en el ámbito de la lógica pura, puse un ejemplo: el de la caja de cartón con una sola ventana sin hojas. Ramón Galán no abordó este asunto. Así que advierto que es decisivo, bajo el punto de vista metódico, tener claro dónde nos encontrábamos en nuestras pesquisas conceptuales y no perder de vista el objetivo teórico planteado y que debemos resolver.


Hay otro aspecto a tener en cuenta sobre todo en el ámbito de los conceptos abstractos: la necesidad de poner ejemplos particulares que nos sirvan de ilustración. En estos casos el criterio metódico consiste en no poner muchos ejemplos, lo más conveniente es poner uno solo, y no multiplicar el número de aspectos a tener en cuenta en dicho ejemplo. Por esa razón yo simplifiqué el ejemplo: una sola materia, el cartón, dos estados del cartón, sin armar y armado como caja, y una sola parte: una venta sin hojas. La aportación de Ramón versó sobre ejemplos ilustrativos de las relaciones entre las partes y el todo, de lo simple y lo complejo, y la armonía, situándose teóricamente en el primer trabajo de esta serie y no en segundo. Habló del valor económico y de la caja de cartón bajo el punto de vista geométrico. Este aporte tiene validez, repito, bajo el punto de vista de la ilustración de los conceptos, pero no bajo el punto de vista de la comprensión abstracta del concepto.

Así que bajo el punto de vista conceptual estamos como nos quedamos con la cuestión planteada en el segundo trabajo de esta serie: ¿Cuándo el todo tiene una sola parte, el todo es igual a la parte o el todo sigue conservando su identidad, y por tanto, su diferencia con respecto a la parte? Hemos de buscar una salida a este atolladero. Podemos emplear si se quiere la intuición, esto es, la aproximación a la solución con poca claridad, pero evitando cambiar el objetivo teórico. Sería un error de método.


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