Te has dedicado a escribir. Narras historias. Escribes muy bien. Pero algunos críticos dicen que eres muy externo. Piensa primero en la historia que vas a contar. A lo mejor el error primero que cometes está en la historia que cuentas. Tal vez la historia sea muy corriente y poco significativa. No ocurren grandes cosas. Piensa en las obras de Shakespeare. Grandes acciones, enormes dramas, desgarradoras pasiones. Dedica más tiempo a seleccionar historias que cuenten cosas más impactantes: una mujer atropelló a una pareja vecina y la golpeó con una piedra hasta desfigurar sus caras. Investiga qué llevo a esa mujer a cometer esos asesinatos. Por muy exterior que seas, las acciones llevadas a cabo por esa mujer asesina ya expresan por sí mismas interioridad.