domingo, 4 de junio de 2000

Sobre la teoría de las necesidades humanas

En la carta de hoy quisiera referirme a otra de tus afirmaciones de tu trabajo “Aproximación crítica a la teoría del valor de Marx”: “En los textos de Marx, y quizás con mayor profusión en sus escritos tempranos, se apuntaba una teoría de las necesidades humanas que no acabó por cuajar en un completo cuerpo teórico. Una teoría sólida de las necesidades humanas constituye una pieza esencial para orientar las soluciones a los problemas de la desigualdad en la distribución del bienestar”.

.) Antes de avanzar en una propuesta de este tipo, deberías hacerte dos preguntas: por una parte, si las necesidades humanas constituyen un objeto o una parte de un objeto, y por otra parte, si la economía es la ciencia que debe abordar el estudio de este objeto o si es otra la ciencia a la que le correspondería dicha misión.
En primer lugar, te diré que las necesidades humanas es una parte de un objeto y que es a la Antropología a la que le compete estudiarlas. Y en segundo lugar, te diré que la satisfacción de las necesidades humanas es un caso especial de la satisfacción de las necesidades animales y que, en consecuencia, el estudio general de las necesidades compete a la Animalogía y no especialmente a la Economía. (Tal vez puedas llegar a la conclusión de  que para que la Economía sea una ciencia más efectiva necesite mayores fundamentos antropológicos y animalógicos.)
En toda ciencia o rama especial de una ciencia debe establecerse las premisas y conceptos básicos. Pero las premisas y conceptos básicos deben elaborarse a partir de hechos sensibles y que estén a la vista de todos. Así que hablemos, por ejemplo, del guepardo y de su vida. Un guepardo para estar vivo necesita satisfacer un conjunto de necesidades. Para simplificar el análisis vamos a ocuparnos solamente de las necesidades alimenticias. Estudiemos ahora todos los momentos que integran el proceso de satisfacción de las necesidades alimenticias del guepardo.
Primer momento. Debemos suponer al guepardo echado y sintiendo hambre. La necesidad de alimentos provocará en el guepardo la representación interna de sus alimentos habituales: impalas, gacelas, etc.  Lo primero que debes observar es que los ingredientes naturales que constituyen la dieta del guepardo son muy pocos, al contrario del hombre. Escucha lo que dice a este propósito Hegel en la página 268 de sus Principios de la Filosofía del Derecho: “ 190. El animal tiene un círculo limitado de medios y modos para satisfacer sus necesidades igualmente limitadas. Incluso en esta dependencia el hombre muestra al mismo tiempo que va más allá del animal y revela su universalidad, en primer lugar por la multiplicación de las necesidades y los medios para su satisfacción, y luego por la descomposición y diferenciación de las necesidades concretas en partes y aspectos singulares, que se transforman de esta manera en distintas necesidades particularizadas y por lo tanto más abstractas”.
Segundo momento. El guepardo se levanta y va en busca de su alimento. Aquí debemos observar dos cosas: primera, si no supusiéramos que el guepardo tiene una representación interna de sus alimentos habituales, no tendríamos manera de explicar, por un lado, el movimiento del guepardo, su puesta en acción, y por otro lado, la dirección de su movimiento, se dirige hacia unos determinados y contados ingredientes naturales. Y segunda: cuando el guepardo sale en busca de alimento pone en tensión máxima su olfato, su oído y su vista. (Para simplificar el análisis vamos a suponer que primero huele a la presa, luego la oye  y por último la ve)
Tercer momento. El guepardo localiza un determinado alimento, una manada de impalas. Aquí debemos observar dos cosas: primera, el órgano de los sentidos que lleva la batuta es la vista, y segunda, el guepardo lleva a cabo un proceso de selección de la presa: prefiere las jóvenes frente a las adultas, y a las viejas o lisiadas frente a las jóvenes y en plena forma. Selecciona la presa que menos dificultad le presente capturarla.
Cuarto momento. El guepardo persigue a la presa seleccionada, la alcanza, la derriba y le da muerte por el cuello. (Este es el trabajo de cacería estrictamente hablando)
Quinto momento. El guepardo, ayudado por sus garras y fauces, se come una parte de la carne del impala. Desde que llegan los animales carroñeros y pueblan el lugar, hienas, buitres, etc., el  guepardo cesa de comer y abandona el lugar.
Sexto momento. El guepardo vuelve a la posición inicial, a la posición de estar echado, aunque con la necesidad alimenticia satisfecha.

Reflexiones
1)    Como podrás observar la necesidad alimenticia del guepardo forma parte de un proceso de vida concreto, compuesto por nada menos que seis momentos o fases sucesivas. Sólo así, sólo estudiando la necesidad como parte de un objeto concreto o proceso concreto, se puede evitar los errores del pensamiento unilateral.
2)    En todo proceso es necesario comparar el momento inicial con el momento final. El momento inicial y el momento final tienen una cosa en común, el guepardo está echado, pero hay una diferencia cualitativa entre ellos, a saber, la diferencia entre la necesidad insatisfecha y la necesidad satisfecha.
3)    Este proceso tiene carácter cíclico, pues debe repetirse todos los días.
4)    Entre la necesidad alimenticia y su satisfacción media el trabajo útil de la cacería. El impala libre y vivo es objeto de la necesidad alimenticia del guepardo, pero no es apto para el consumo, no es valor de uso. Para que el impala se transforme en un valor de uso, en un objeto adaptado al consumo, tiene que experimentar un cambio en su forma de existencia: de ser libre y vivo a ser capturado y muerto. Este cambio de forma que experimenta el impala es el resultado del trabajo de cacería del guepardo.
5) En cada momento del proceso tanto el guepardo como el impala existen en unos determinados modos del ser. En el primer momento, el guepardo existe como ser necesitado y como representador, mientras que el impala existe como objeto de la necesidad y objeto de la representación del guepardo.
En el segundo momento, el guepardo existe como perceptor olfativo y perceptor auditivo, mientras que el impala existe como objeto de la percepción olfativa y objeto de la percepción auditiva del guepardo.
En el tercer momento, el guepardo existe como perceptor visual y seleccionador, mientras que el impala existe como objeto de la percepción visual y objeto de la percepción selectiva del guepardo.
En el cuarto  momento, el guepardo existe como cazador y el impala seleccionado como presa.
En el quinto momento, el guepardo existe como consumidor y el impala como medio de consumo.
Y en el sexto momento, el guepardo existe como ser satisfecho y el impala deja de ser objeto de la atención del guepardo.
6) Es evidente que estudiar el proceso de las necesidades de los animales es muchísimo más fácil que estudiar el proceso de las necesidades humanas. Todo está a la luz, no hay mediación lingüística, y las confusiones son pocas. No obstante, cuando analizas el proceso de las necesidades de los animales observas que está lleno de detalles y que es rico en determinaciones. Así que con el estudio de estos procesos relativamente tan simples, se te abre la posibilidad de establecer las determinaciones más universales y genéricas de las necesidades humanas, estableciendo con rigor los fundamentos de una teoría de las necesidades humanas, que es lo que tú persigues. (Cuando digo “genérico” me refiero a que el género es el animal y cuando digo “especie” me refiero a que la especie es el hombre. Y aquí, en este análisis, la especie guepardo figura representando al género animal)

26 de junio de 2000





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