lunes, 21 de mayo de 2001

Crítica a Karl Popper -La hisotoria no tiene sentido-

Dice Popper: “La historia no tiene sentido, ésa es mi tesis”. La historia a secas, la historia  sin más, no es más que un nombre. Y nada sé de una cosa si sólo sé su nombre. Lo que sé de una cosa lo sé por el predicado. Pero si lo que se  predica de la cosa es que no tiene sentido,  se esté predicando lo que no tiene la cosa y no lo que tiene. De manera que con la tesis de Popper nada sabemos mediante el sujeto y nada sabemos mediante el predicado. Lo cierto es que la historia es siempre la historia de alguien o de algo: de un pueblo, de un  estado, de una clase. La historia no es sujeto sino lo que hace un sujeto. Por lo tanto, la tesis de Popper no es más que un pensamiento vacío.


Dice Popper: “A pesar de que la historia no tiene ninguna finalidad última, podemos imponerle, no obstante, nuestros propios fines; y aunque la historia no tiene ningún sentido, podemos otorgarle nosotros un sentido”. Aquí Popper separa la historia de los hombres que la hacen,  pone en un  lado a la historia sin hombres y en el otro lado a los hombres sin historia. Y de la historia sin hombres predica que carece de fines y de sentido, y de los hombres fuera de la historia  predica que tiene fines y sentido. Y la relación es que los hombres introducen en la historia los fines y el sentido como se introduce el pan en una talega. Es obvio que estos pensamientos son pura metafísica, puesto que la historia no es más que la historia de los hombres. De manera que si de la historia afirmo que no tiene fin ni sentido, lo mismo debo afirmarlo de los hombres que la hacen. Pero si afirmo que los hombres  tienen fin y sentido en lo que hacen, entonces debo afirmar que la historia tiene  fin y sentido.

Popper dice: “Las instituciones humanas, como el Estado, no son racionales, pero podemos decidirnos a hacerlas más racionales”. Si Popper afirma que los hombres pueden decidirse a hacer  “más racional” al Estado, entonces es que esta reconociendo que el Estado tiene cierto grado de racionalidad. Pero él afirmó que el Estado no es racional, luego debió haber propuesto que los hombres  podrían decidirse a hacerlo “racional” y no “más racional”. De todos modos, si Popper afirma  que el Estado no es racional, está afirmando que el parlamento, el poder ejecutivo, el sistema judicial, la hacienda pública, la policía y el ejército no son racionales. Si afirmo que el Estado no es racional, estoy afirmando que los hombres que constituyen el Estado no son racionales. Pero si Popper reconoce que los hombres son racionales, debe reconocer que las obras de esos hombres, entre las que se encuentra el Estado, también serán racionales. Pensar que seres racionales se objetiven en entes irracionales, como supone inconscientemente Popper, es un verdadero disparate mental.

Resumamos los errores de Popper: uno, concibe la historia sin sujeto, dos, separa la historia de los hombres que la hacen, y tres, presenta una de las objetivaciones más importantes del ser social del hombre,  el Estado, como un ente irracional. No cabe duda de que los pensamientos de Popper son enormemente superficiales  y metafísicos. Sin embargo, en la cultura occidental se hace pasar a Popper como científico  y a Marx como metafísico. Una total inversión de cómo son las cosas en la realidad: tres páginas de El Capital de Karl Marx tienen más ciencia y saber riguroso que doscientas páginas de Popper. Así que más Marx y menos Popper.

02.11.01

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