martes, 27 de mayo de 2003

Peirce -Las fotografías como signos icónicos

1.     Aunque los conceptos elementales, primeros y básicos de la teoría semiótica de Peirce son ampliamente conocidos, con ello no se asegura que sean claros y estén bien fundamentados. Sólo basta recordar lo que pasó con los conceptos de espacio y de tiempo de Newton. Hasta una fecha determinada la gente los tenía por conceptos sólidos, inamovibles, después de la mano de Einstein se probó su falta de solidez y de claridad. Con este debate pretendo que entre todos aclaremos y fundamentemos el concepto de icono de Peirce. Pero para que seamos más concretos propongo que nuestro debate se centre sólo en una clase específica de iconos: las fotografías.  De este modo, al seleccionar sólo un objeto de estudio, todos los miembros de este foro podrán formular sus  propios juicios desde distintos puntos de vista y desde distintas esferas de saber.

2.     En su último mensaje Aldo introduces una definición de icono distinta a la que yo seleccioné (“se llama icono a un signo que tiene en sí alguna cualidad que su objeto también tiene”). No digo que tu definición sea errónea  o que no sea complementaria de la que yo seleccioné, sino que sencillamente aumenta el número de aspectos que debemos debatir. Tampoco niego que sea interesante y que a mí me gustaría debatirla. Pero por cuestión de método debemos escoger una u otra definición como punto de partida. Yo te propongo, si no te disgusta, que sea la que yo seleccioné.
3.     También introdujiste en tu último mensaje muchos ejemplos de iconos, índices y símbolos. No digo que esos ejemplos no sean interesantes, sino sencillamente aumenta el número de casos particulares que debemos estudiar y someter análisis. Pero por cuestión de método, como ocurría en el caso anterior, creo que será más provechoso centrarnos en un solo ejemplo: las fotografías. Al aumentar el número de ejemplos que cae bajo un concepto aumentamos su extensión en detrimento de su intensión. Esto no supone que no tenga interés, y más que interés, en analizar algunos de los casos particulares que pusiste, como el del león. Pero al mismo tiempo no podemos debatir de todo, prefiero las cosas paso a paso y una por una.
4.     Centremos pues nuestro debate en las fotografías como ejemplo de signos icónicos. Según traducción de Uxía Rivas, Peirce dice:
“2. Hay tres clases de signos. En primer lugar hay semejanzas o iconos; que sirven para transmitir ideas de las cosas que representan sólo imitándolas”.
“4. Semejanzas. Las fotografías, especialmente las fotografías instantáneas son muy instructivas, porque sabemos  que en ciertos aspectos son exactamente como los objetos que representan. Pero este PARECIDO es debido a que las fotografías son producidas bajo tales circunstancias que están físicamente obligadas a corresponder punto por punto a la naturaleza. En este sentido, pues, pertenecen a la segunda clase de signos, los de la conexión física”.
Aldo afirma que yo presupongo que las fotografías son predominantemente iconos. Y añade: Peirce, sin embargo, no pone las fotografías como ejemplos de iconos, sino que explícitamente las usa como ejemplos de índices. Pero de acuerdo con la segunda cita de Peirce (“4. Semejanza...”), creo no estar en un error. Las fotografías es el primer ejemplo que pone de signo por semejanza. Y a este respecto afirma que las fotografías SON EXACTAMENTE COMO los objetos que representan. Otra cuestión distinta es la pregunta implícita que hace Peirce después de su primera afirmación: ¿a qué se debe este PARECIDO entre las fotografías y los objetos que representan? Y responde: a que las fotografías son producidas bajo tales circunstancias que están físicamente obligadas a corresponder punto por punto a la naturaleza, y en este sentido son índices. Podemos afirmar entonces que las fotografías son iconos por causa de que son índices. O también: las fotografías en el momento de realizarlas son índices, puesto que hay conexión física entre el objeto fotografiado y el emulsionante fotosensible de la película fotográfica; pero después de la impresión y más tarde del revelado se convierten en iconos, pues ya ha cesado la conexión física entre el objeto fotografiado y la fotografía. Si, como tu mismo admites, las fotografías pueden ser estudiadas como índices y como iconos, lo que yo te propongo es que la estudiemos sólo como iconos.
5.     Las imágenes visuales. Al igual que las ondas luminosas de un objeto se reflejan en la                emulsión fotosensible de la película fotográfica, del mismo modo se reflejan en la retina del ojo o en el cristal de un espejo. En toda imagen debemos distinguir como mínimo dos aspectos: el material del que está hecha la imagen y el órgano o mecanismo que la produce. Así, por ejemplo, la imagen visual, la imagen fotográfica y la imagen especular de la mesa en la que escribo son iguales bajo el punto de vista de la materia: las tres están hechas de color. Pero son distintas bajo el punto de vista del órgano o mecanismo que las produce: el ojo, la cámara fotográfica y el espejo respectivamente. Y hay diferencias esenciales entre ellas: una, la imagen visual no es pública, mientras que las imágenes fotográficas y especulares sí lo son, y dos, el espejo no fija las imágenes y necesita de la presencia constante del objeto que refleja, mientras que en la fotografía la imagen queda fijada y se necesita  la presencia del objeto representado sólo por unas milésimas de segundo. Si sólo al estudiar una clase especial de semejanzas o iconos, las imágenes cromáticas, observamos diferencias esenciales entre ellas, imaginémonos el número de diferencias esenciales que encontraríamos si habláramos de todos los casos que abraza el concepto de semejanza o icono en Peirce. A mi juicio los conceptos de Peirce son exageradamente extensos.
6.     Detengámonos un poco en el contenido del concepto de icono de Peirce aplicado al caso concreto de las fotografías. La fotografía representa al objeto fotografiado. La fotografía es una imitación del objeto fotografiado. La fotografía es en ciertos aspectos exactamente como el objeto fotografiado. Entre la fotografía y el objeto fotografiado hay un gran parecido. Fijémonos en los términos que expresan la relación entre el objeto fotografiado y la fotografía: representar, imitar, ser exactamente como, y parecido. Creo que esos términos que expresan la relación entre el objeto fotografiado y la fotografía le dan al concepto de icono de Peirce una cierta vaguedad. Pensemos en otros conceptos con menor extensión y usemos la representación tradicional. Y diremos: en toda relación de reflejo hay que distinguir  tres factores: el objeto reflejado, el reflector y la imagen. La imagen es el resultado de la relación entre el objeto reflejado y el reflector. ¿No es cierto que el concepto de objeto reflejado es menos extenso que el concepto de objeto representado? ¿No es cierto que el concepto de imagen es menos extenso que el concepto de semejanza e icono? ¿Es suficiente que una cosa sea parecida o semejante a otra para que aquella se convierta en signo de ésta? Como observarán, sólo pretendo que en nuestros debates nos manejemos en principio con conceptos de la menor extensión posible y  sobre la base de muy poquitos ejemplos.
10 de enero de 2003.



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