Jonathan Lowe, en su obra Filosofía de la mente, en la página 43, editada por Idea Book 2000, dice lo siguiente: -Vamos a comenzar por el examen de los estados mentales que los filósofos gustan de denominar estados de actitud proposicional. Se incluyen entre ellos creencias, deseos, intenciones, esperanzas y temores, por mencionar sólo algunos. Un rasgo común de tales estados es que podemos atribuírselo a los sujetos de experiencia utilizando enunciados de la forma “S f que p”. Aquí ‘S’ denota a un sujeto o persona particular, ‘p’ representan una proposición y ‘f ‘ representa a alguno de los llamados verbos de actitud proposicional, como puedan ser ´creer´, ´desear’ o ‘temer’. Se denomina ‘verbos de actitud proposicional’ a tales verbos porque se considera que cada uno de ellos expresa una actitud que un sujeto pueda tener ante una proposición. De modo que las oraciones siguientes pueden todas ellas utilizarse para atribuir actitudes proposicionales a sujetos: ‘Juan cree que está lloviendo’, ‘María desea que salga el sol’ y ‘Ana teme que va a mojarse’-.
Estas formas de reflexionar yo las llamaría formas del pensamiento aislado y del pensamiento enajenado de la práctica social. Dicho de otro modo, no se incluye la experiencia que tiene la gente cuando se elaboran esas reflexiones. Prestemos atención a uno de los ejemplos de estado de actitud proposicional puesto por Lowe: ‘Juan cree que está lloviendo’. Si alguien nos dijera por teléfono “creo que está lloviendo”, nosotros, siguiendo las pautas de la psicología popular, le diríamos: creer no es cosa cierta, o está lloviendo o no está lloviendo. Si alguien dice que cree que está lloviendo, será porque está situado en un lugar donde sólo puede oír que llueve y no ver que llueve, y no está seguro de que la configuración sonora que oye pertenece a la lluvia o a cualquier otro evento. Si, por el contrario, tuviera la ventana abierta y viera llover, diría ‘está lloviendo’ y no ‘creo que está lloviendo’. De manera que no creo que sea suficiente emplear un verbo de actitud proposicional para explicar el estado mental de actitud proposicional, será necesario además saber por qué razón una persona cree que algo sucede y si tiene medios de transformar esa creencia en una certeza. Lo mismo ocurre con la proposición ‘Ana teme que va a mojarse’. Si Ana teme mojarse, se deberá a dos razones: una, porque teniendo que salir a la calle está lloviendo o va a llover, y dos, porque no tiene paraguas o chubasquero. El temor tiene que estar fundado en algo y no colgado en los aires. Creo que el error de Lowe está en no situar los estados proposicionales en las situaciones concretas donde son vividas.
No quisiera despedirme sin hacer mención al trazo idealista en el que incurre Lowe en su exposición. Les recuerdo lo que decía. “Se denominan ‘verbos de actitud proposicional’ a tale verbos (creer, temer,...) porque se considera que cada uno de ellos expresa una actitud que un sujeto pueda tener hacia una proposición”. Así, por ejemplo, en la oración ‘Juan cree que está lloviendo’, por medio de la forma verbal ‘cree’ se está expresando que Juan tiene una actitud ante la proposición ‘está lloviendo’. Ha habido un salto de las cosas a las palabras. Si Juan cree que está lloviendo, será porque Juan está oyendo un ruido que se le parece al que produce la lluvia cuando cae sobre la calzada. Y dice que cree, esto es, que no tiene certeza sensible de lo que dice, porque no puede asegurar que está lloviendo, porque esté lejos de la ventana o porque la lluvia es tan fina que su ruido es de muy poca intensidad. Así que el verbo ‘cree’, referido a esta experiencia, a la experiencia que obliga a una persona a decirnos ‘creo que está lloviendo”, expresa una actitud ante un hecho meteorológico y no ante una proposición, ante el hecho de que está lloviendo o de que no está lloviendo. Puesto que el juicio ‘creo que está lloviendo’ incluye la posibilidad de que efectivamente no esté lloviendo. Al establecer que el verbo ‘creer’ expresa una actitud ante una proposición en vez de ante un hecho, se encierra al sujeto en la esfera del lenguaje y no se le deja salir para oxigenarse con la realidad, donde uno se moja o no se moja con la lluvia y no donde uno cree que se moja o no se moja.
21 de febrero de 2004.
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