Del capítulo XII de la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” de John Maynard Keynes, extraemos dos citas. Primera: “Cuando el desarrollo del capital en un país se convierte en subproducto de las actividades propias de un casino, es probable que aquél se realice mal”. Y segunda: “La implantación de un impuesto fuerte sobre todas las operaciones de compraventa podría ser la mejor reforma disponible con el objeto de mitigar en Estados Unidos el predominio de la especulación sobre la empresa”.
Desde ciertos círculos intelectuales se suelen vincular los nombres de Marx y de Keynes, como si pertenecieran al mismo equipo. Pero aquí hay una confusión que es necesario despejar, y viene generada por la palabra “izquierda” y su sustantivación. A mi juicio los sustantivos deberían ser las clases sociales y los sistemas económicos: clase trabajadora y clase capitalista, y socialismo y capitalismo. Creo que se hace mal cuando se cuestiona la condición de izquierda del PSOE. El PSOE sí es un partido de izquierda, lo que sucede es que es un partido burgués de izquierda. Bajo el punto de vista de clase el PSOE representa a la misma clase que el PP, a la burguesía, pero mientras aquél representa a su ala izquierda este último representa a su ala derecha. Del mismo modo que es necesario saber lo que tienen de común, del mismo modo hay que señalar lo que tienen de diferentes.
Lo mismo sucede con Keynes. Es un economista que representa a los intereses de la burguesía, pero a la burguesía de izquierda. Mientras que Marx representa a los trabajadores y al socialismo científico. Marx luchó por la transformación del capitalismo en socialismo, mientras que Keynes luchó por reformarlo. Keynes no luchó por la desaparición de la especulación, sino para que no convirtiera al capital en un subproducto; según queda claro en la cita que les transcribí. Y tampoco luchaba por la transformación de las relaciones capitalistas de producción, sino por reformarlas. La esencia reformista del burgués de izquierda siempre sale a relucir por la receta que emplea: los impuestos. Y en esa cita queda igualmente clara su política: no quiere con los impuestos acabar con la especulación, sino mitigar el predominio de la especulación sobre la empresa.
Es importante, no obstante, que los dirigentes y líderes de la izquierda radical sepan distinguir la burguesía de izquierda de la burguesía de derecha. Y cuando más débil sea la izquierda radical, más clara debe tener esa diferencia. Y debe en consecuencia, frente a las medidas neoliberales de la derecha, apoyar a la burguesía de izquierda y a sus políticas reformistas. En este sentido Keynes representa para la izquierda radical un punto de apoyo para luchar contra la burguesía conservadora.
Si hiciéramos un pequeño análisis semiótico de esas dos citas de Keynes, hay dos palabras que delatan la mentalidad reformista y débil de sus propuestas: “probable” y “mitigar”. No quiere cambiar las cosas de raíz, no quiere hacer tambalear el sistema, sólo mejorarlo. No obstante, es de aplaudir que lo quiera mejorar frente a la burguesía conservadora que no quiere hacerlo.
14 de febrero de 2009.
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