Si la religión cristiana hubiera carecido de mediación, de un acto de producción de creación humana, difícilmente hubiera tenido la aceptación que tuvo. La creencia en un Dios que existe en el más allá y que carece de sensibilidad, hubiera terminado por cansar y desanimar a la gente. De ahí que el hecho de que Dios se hiciera hombre, de que tuviera que nacer como cualquier otro hombre, de que tuviera que ser concebido en el vientre de una mujer, ha sido la clave para el éxito de masas que tiene la religión cristiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario