Reproduzco lo que inicialmente dice Marx al respecto: “M-D. Primera metamorfosis de la mercancía o venta. El salto del valor de la mercancía desde el cuerpo de ésta la cuerpo en oro es, como yo digo en otro sitio, el salto mortal de la mercancía”.
1. Para que el poseedor de la mercancía (M) saque del bolsillo del comprador el dinero, el trabajo gastado en ella tiene que haberse gastado en forma socialmente útil o confirmarse como eslabón de la división social del trabajo. (Para facilitar la exposición supondremos que M son 20 varas de tela y su poseedor un tejedor)
2. Supongamos que M se confirma como un eslabón patentado de la división social del trabajo. No obstante, esto no garantiza el valor de uso de M. Si la necesidad social de la tela viene satisfecha por tejedores rivales, las 20 varas de tela de nuestro tejedor resulta sobrante, superfluo y, con ello, inútil. Y si es inútil, el trabajo gastado en producirlo no es socialmente necesario.
3. Se supone ahora que el valor de uso de ese producto se mantiene y que atrae dinero. Nos preguntaremos entonces: ¿cuánto dinero? La respuesta ya viene dada en el precio. Copio ahora literalmente a Marx “Prescindamos de cualquier error de cálculo, puramente subjetivo, por parte del poseedor de mercancías, error que se corrige en el mercado de una manera objetiva”. Así que de momento partimos del supuesto de que sólo se ha gastado en su producto el promedio socialmente necesario de tiempo de trabajo. Pero puede suceder que cambien las condiciones técnicas de producción y lo que antes se hacía en ocho horas ahora se haga en seis. De manera que la tela atraerá menos dinero del supuesto inicialmente.
4. Dice, por último, Marx que podemos suponer que cada pieza de tela existente en el mercado contiene sólo el tiempo de trabajo necesario. A pesar de ello la suma total de estas piezas puede contener tiempo de trabajo gastado de manera superflua.
No he dicho cosa alguna que no se encuentra en el texto referido. Es evidente que el valor de un bien, la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo, no se puede determinar en el interior de la empresa. Su determinación se establece en el mercado. El mercado dirá: si la mercancía en cuestión es útil, si el trabajo gastado en producirla es necesario, y cuánto de ese trabajo es necesario.
Algunas ideas últimas sobre el precio. En el precio se objetiva el valor, se fija el valor, aunque pueda a nivel individual haber diferencias entre precio y valor. Facilito una definición de precio contenida en esta sección de El Capital: “Así que el precio de la mercancía no es más que el nombre en dinero de la cantidad de trabajo social objetivado en ella”.
Una idea última acerca del proceder científico en las ciencias sociales tomadas de El Capital de Karl Marx, que se encuentra en un pie de página de la sección dedicada a la contradicción de la fórmula general del capital: “Si los precios difieren realmente de los valores, entonces hay que reducirlos primeramente a estos últimos, es decir, prescindir de esta circunstancia como algo casual, para enfocar en su pureza el fenómeno de la formación de capital sobre la base del intercambio de mercancías y no dejarse extraviar en su observación por circunstancias secundarias perturbadoras ajenas al proceso propiamente dicho. Sabemos, además, que esta reducción no es un procedimiento meramente científico. Las continuas oscilaciones de los precios de mercado, su alza y su baja, se compensan, se nivelan mutuamente, y se reducen por sí mimas al precio medio como su norma interna”.
14 de abril de 2009.
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