Sigo reflexionando sobre el sentido de la vida y del mundo. http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com.es/2012/03/el-sentido-de-la-vida-y-de-las-cosas.html. Parece que hay un intento fallido en querer fijar el mundo en la forma del ser. Y aunque con mis palabras pretendo hacerlo, no lo logro. Solo fijo el concepto de las cosas. Pero con el concepto no niego el ser de la cosa, sólo lo supero, lo transformo en esencia. El concepto como las sensaciones no separa al hombre del mundo, sino que lo une. Y la esencia no es más que la transformación del ser por medio del concepto. Y del mismo modo que en el pan se encuentra la harina que sirvió de materia prima, en la esencia se encuentra el ser. No sólo hay que ver la ruptura entre los contrarios, sino también la conservación. Cada contrario conserva en su seno a su opuesto, como la vida a la muerte y la muerte a la vida.
Parece que todo cambia y nada permanece. Esta verdad es la verdad del tiempo. Pero el tiempo tiene duración. Luego admitiendo que todo cambia, no cambia todo de un instante para otro. Hay que cosas que para cambiar necesitan minutos y otras siglos. El movimiento genera el ser, pero no supone la negación del ser. Después del proceso de trabajo, después de haber transferido una parte de su valor al producto, las maquinarias siguen conservando su figura. Así que aunque las maquinarias participan en el movimiento de la producción, conservan la forma del ser.
Hay un error en concebir las cosas sólo en la forma del ser, sin pensar en el proceso que lo engendró y en los procesos de los que formará parte; pero hay igualmente un error en concebir las cosas sólo en la forma del movimiento, sin pensar que el proceso engendra el ser, los productos del trabajo, y sin pensar que el proceso no es posible sin la permanencia del ser, la maquinaria.
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