“Hay que saber que en nuestra época (de la que el
apóstol san Pablo predijo que sería peligrosa) no sólo la avaricia y la usura
se extienden con fuerza por el mundo entero, sino que, además, estos defectos
se atreven a encontrar toda clase de pretextos para dar rienda suelta a su
maldad, so capa de legitimidad”. Sobre el
comercio y la usura. Del Doctor Martín Lutero, agustino en Wittenberg.
Echo de menos en los discursos políticos de hoy día
la radicalidad en incluso la violencia de las palabras de Lutero. Los
economistas reformistas son críticos, pero les falta la dureza y la violencia
que demanda la situación socioeconómica. Los gestores de los fondos de
inversión, los gestores del capital monetario y gran parte de sus propietarios,
representan la maldad. Son el mal. Tal vez necesitamos de esta representación
religiosa para medir acertadamente el daño que causan a pueblos enteros. Son
usureros. Nos están chupando la sangre. Están sembrando la infelicidad.
Debilitan a las empresas y a las familias. Socavan al Estado. Nos roban nuestro
trabajo, destruyen el esfuerzo de muchas generaciones, atacan nuestra salud y
la supervivencia de nuestros ancianos. Cuantas más dificultades tiene un Estado
para financiarse, más alto son los intereses. Pagar intereses del 7 % ya es
usura. Pero pagar intereses del 25 % como hace el Estado griego no tiene
nombre. No puede haber pretextos para estas prácticas económicas. Son horribles
defectos, no virtudes. No son listos, son asesinos económicos. Generan enormes desgracias
a pueblos enteros. Deberían ser desterrados de la tierra.
Lutero sólo conoció las formas antediluvianas del
capital: el capital comercial y el capital productor de interés o capital usurario.
Por eso su crítica es limitada porque limitado era el desarrollo del capitalismo
que vivió. Pero captó la esencia del capital usurario: arruinar a los hombres y
a las mujeres. Apropiarse no sólo de los beneficios, sino también de las
condiciones de trabajo. Destruir las relaciones feudales y empobrecer al
pequeño campesino hasta transformarlo en un proletariado. Eso hace el capital
usurario en la actualidad: los altos intereses que paga el Estado español por
su deuda soberana se paga proletarizando a los trabajadores, reduciendo tanto
su salario directo como su salario indirecto (el salario indirecto es el que se
obtiene por medio de las prestaciones sociales).
Recuerdo cuando Almunia decía que esta crisis había
sido causada por la codicia, por las personas vinculadas al capital monetario,
al capital de préstamo, que no encontraron límites para enriquecerse hasta la
desproporción. Muchos economistas reformistas coincidían con este análisis.
Pero no es a ellos a quienes se les ha obligado a pagar los platos rotos de la
crisis. Y sus acciones siguen considerándose legítimas. Pero después de la
codicia, después del enriquecimiento sin mesura de muchos, ha llegado la
crisis: la destrucción de capital y de trabajo. Ha llegado luego la crisis
fiscal del Estado: tener más gastos que ingresos. Y ha llegado el sacrificio
del pueblo. Esto es: ha llegado el capital usurario. Ha llegado el incremento
de los intereses sin límites. Ha llegado el enriquecimiento de los dueños y gestores
del capital monetario. Y muchos lo justifican: los mercados todavía no se fían
y por eso exigen más garantías, esto es, más intereses. Pero como atinadamente
dice Lutero representan el mal y no debería haber pretextos que los excuse. El
Estado debería ponerlos en cintura y por medio de los impuestos reducir esos
intereses a la nada. Hay crisis y hay que hacer sacrificios. Han sacrificado
los salarios. Sacrifiquemos también las rentas del capital: los intereses y los
dividendos. Señalemos con el dedo a todos los asesinos económicos. Acabemos con
su legitimidad. No les dejemos vivir tranquilos. Devolvámosle el daño que nos
han infringido. Son hijos de Satanás y extienden el mal por toda la tierra. Así
que deberíamos hacerlos desaparecer de la faz de la tierra para que retorne la
paz entre nosotros.
Un fuerte aplauso, es lo menos que puedo hacer por tus palabras para después decirte gracias por brindar la oportunidad de aprender a quienes hemos puesto la mirada en otro sector de la realidad, pero que aún tenemos interés en buscar respuestas practicando preguntas. Desde hace unos días, por mis vacaciones de invierno, presto atención a temas de tu blog y no me he atrevido a comentarlos por quedar mudo al leerlos (y corto de dedos para escribir). De mis 50 años de vida desde sólo 2 mi línea aprendizaje tuvo un giro inesperado, la tecnología me llevó a la psicología social por un camino muy corto, el emocional. Prometo leer mucho y estudiar de todas tus publicaciones para comenzar a realizarte preguntas sobre éstos temas que dedicaste gran parte de tu vida, felicitaciones! Gastón
ResponderEliminarUn poderoso artículo, construído desde el pensar y el sentir. Mirando a la historia. Acudiendo a la representación religiosa, cuando esta se muestra como portadora de luz. Apuntando hacia donde nadie apunta. Señalando a aquellos que apenas son señalados: "Los dueños y gestores del capital monetario". Aportando ciencia. Abandonando el mundo de lo abstracto, que tanto gusta a los ideólogos del inmaculado capitalismo, y entrando de lleno, con hercúlea fuerza, en el mundo de lo concreto: la inmensa parte del mundo ahogada por los asesinos económicos, el capital usurario.
ResponderEliminarEspero siempre con ansias tus trabajos referidos a la situación socioeconómica actual. Me conectan con un pensamiento más profundo y trascendente al respecto, además de sensibilizarme por lo crudos y radicales que son. Gracias.
ResponderEliminarExcelente artículo Paco, como siempre. Con la lectura del mismo haces que las ilusiones ópticas del laberinto de espejos, al que gobernantes y poseedores del capital nos quieren condenar, queden en eso, tan solo ilusiones engañosas. Al leer tu artículo iluminas el laberinto de mentiras y das luz a la verdad.
ResponderEliminarEstimado Francisco,
ResponderEliminarBuen articulo sobre la usura que se añade a los trabajos que ya en su día iniciaron filósofos como Platón o Aristóteles incluidos como parte de la ética. De todas formas Lutero no dejo de ser una persona controvertida y hasta cierto punto incoherente con lo que predicaba en parte debido a su condición de clase. No cabe duda de que Lutero, al igual que otros muchos, supo ver las contradicciones de su tiempo pero no superarlas. Al hilo de unos anteriores artículos tuyos sería como el Krugman de su tiempo, espíritu reformista que le impide desprenderse de su piel burguesa.
Lutero se quedó únicamente en la mera denuncia que posteriormente desembocó en una actitud claramente reaccionaria frente a una parte del movimiento reformista más revolucionaria que lidero su pupilo Thomas Muntzer. Ruptura por otro lado normal dentro de una masa que por las condiciones materiales de su existencia ocupaban posiciones opuestas en intereses y demandas. Esta polarización del movimiento dio lugar a un agudo antagonismo entre Lutero y Muntzer que determino el destino del mismo. Mientras por el lado de Muntzer se adhirieron las clases desposeídas, campesinos y plebeyos, por el lado de Lutero tuvo a su lado a la burguesía y a la nobleza. Finalmente y de triste recuerdo para la emancipación del ser humano todo desemboco en la guerra campesina en Alemania (1524-1525) que tan bien describiría Engels. Y así tenemos por enésima vez otra revolución internamente traicionada, no finalizada.
Así es Pako, Lutero era un pensador y representante de la burguesía.
ResponderEliminarMe extrañó ver este texto publicado en Rebelión, ¿qué tiene, no de revolucionario ya, sino siquiera de progresista, oponerse a la usura? Los fascistas siempre se han opuesto a la usura, al menos de palabra, por ejemplo.
Un pequeño comentario:
EliminarLutero pertenecio al siglo XVI. Murió en 1546.
En ese tiempo la burguesía no existía. Lutero en
todo caso representaba a la nobleza; pero no es
en ese ámbito y dimensión donde debe valorarse
su papel en la historia. No podemo con los conceptos de hoy día mirar lo que ocurrió hace
cinco siglos. Cuando tenga tiempo le dedicaré
unas palabras a las guerras campesinas y al papel
de Muntzer. Sólo diré que no podemos esperar que se produzca una guerra exitosa en el sentido socialista en una época donde el capitalismo estaba dando sus primeros pasos.
“La Reforma –Luterana y calvinista – es la revolución numero uno de la burguesía, en la que la Guerra campesina fue el episodio critico”. Friedrich Engels -Bosquejos a efectos de revisar su obra “La Guerra campesina en Alemania”.
Eliminar“Pero el recinto urbano no ha servido solamente para el emblema de la ciudad, de él también proviene el nombre que se utilizó, y que todavía hoy se utiliza, para designar la población. En efecto, por el hecho de constituir un lugar fortificado, la ciudad se convertía en un burgo. El área comercial, ya lo dijimos, era conocida, por oposición al viejo burgo primitivo, con él nombre de nuevo burgo. Y de ahí les viene a sus habitantes, desde comienzos del siglo xi ( a más tardar, el nombre de burgueses (burgenses). La primera mención que yo conozco de esta palabra corresponde a Francia, donde aparece a partir del 1007. La encontramos en Flandes, en Saint-Omer, en el 1056; posteriormente se difunde por el Imperio a través de la región del Mosa donde se la ve citada en el 1066 en Huy. Por tanto, son los habitantes del burgo nuevo, es decir, del burgo comercial, los que recibieron, o más probablemente los que se dieron, la denominación de burgués”. HENRI PIRENNE - La formación de las ciudades y la burguesía en la Edad Media
Estimado Francisco,
Discrepo de tu primera afirmación. Si nos vamos al sentido etimológico de la palabra “burguesía” encontramos que esta deriva de “burgo” que eran las partes nuevas que surgían en las ciudades bajo medievales de la Europa occidental. Con esta palabra se identificaba a la emergente clase social que se podía identificar con los mercaderes, artesanos u otras profesiones liberales como los juristas que surgieron por la decadencia del feudalismo y su transito al capitalismo. Por ello si podemos afirmar que en la época de Lutero si existía la burguesía como clase y a la que el mismo en el desarrollo del movimiento reformista finalmente se adhirió. Este tema da para hablar mucho y ahora me coges corto de tiempo por estar de vacaciones, no obstante intentare seguirte y darte mi punto de vista.
A tu última observación aclarar que en ningún momento apunte a una revolución socialista que desde un punto de vista marxista solo puede darse en un determinado punto de desarrollo socio-histórico y evidentemente en la edad media no existía las condiciones materiales para ello, pero si surgió una revolución mesiánica bajo una forma de comunismo espiritual que si estaba acorde a su tiempo.
Un saludo.
Estimado Pako:
ResponderEliminarLa etimología no da para mucho. El capital comercial y capital productor de interés también existían en el esclavismo y no por ello eran las clases esenciales de ese
entonces. Que en el siglo XVI pudiera haber un sector de la burguesía -yo lo llamaría pequeña burguesía- no implica que fuera una de las clases esenciales de aquel entonces.
La clave en el trabajo que yo planteé era la contradicción entre el capital monetario y los pueblos que se ven sometidos a pagar altos intereses. Mientras que el problema
que tu planteaste tenía que ver con la contradicción entre la nobleza y el campesinado independiente, que es de lo que trata el libro de Engels.
Y el movimiento encabezado por Müntzer pertenece a la época de la revolución burguesa aunque su programa sea un programa comunista. No se trata de lo que dices que haces
sino de lo que haces.
Un saludo y que disfrutes de las vacaciones,
Francisco Umpiérrez
En cualquier caso, esa burguesía no desplazará a la nobleza hasta bien entrado el Siglo XVIII.
ResponderEliminarEn los albores del primer milenio (dc) se inició la construcción de las Catedrales Góticas. Ello es, en mi opinión, el momento inicial del ciudadano del burgo. Las clases de la ciudad frente a las campesinas. El artesano se beneficia -aparentemente- de la protección del Rey, mientras deja al campesino fuera de las murallas, desamparado ante la codicia de los Señores Feudales. De ello resultaría que, tras el esplendor de los gremios, la Edad Media se disuelve en la historia posterior al Siglo XIII. Conviene no olvidarnos de que la oscura Edad Media surge de un período luminoso en el que el genio humano iluminó aquél su presente, descuidando su futuro.
Gracias por el artículo.
Jesús Díaz Formoso