viernes, 14 de abril de 2023

El objetivista y el subjetivista

 

El objetivista está plenamente volcado en aquello de lo que habla o piensa y casi se olvida de sí mismo. Tal vez se descuida en ocasiones en la formulación de su expresión y no se cuida del estilo. Tal vez se precipita y cometa errores de apreciación. Tal vez incluso produce un pensamiento descontrolado y carente de mesura. Pero es apasionado y busca sin cesar cambiar el mundo.

jueves, 13 de abril de 2023

Función intelectual incompleta o deficiente

 

El concepto que expondré a continuación fue elaborado por Goethe. Está contenida en su obra Máximas y reflexiones. Yo le daré un pequeño desarrollo. Lo primero que he hecho es modificar el nombre del objeto del concepto: Allí donde Goethe escribió “hombre incompleto o deficiente”, yo he puesto “función intelectual incompleta o deficiente”, puesto que una persona puede tener una función intelectual incompleta o deficiente y, sin embargo, eso no implicaría que la persona como totalidad fuera incompleta o deficiente. Máxime teniendo en cuenta que todos y todas en alguno o varios aspectos de nuestra vida somos incompletos o deficientes.

miércoles, 5 de abril de 2023

¿Cómo puedo convertirme en un filósofo?

 

 

Mi inclinación hacia la filosofía se inició cuando tenía 23 años, hacía la mili en Melilla, y lo hice de la mano de Nietzsche. Ya de regreso al barrio de San José, en Las Palmas de Gran Canaria, me angustiaba vivir en un sitio tan periférico, aislado de las instituciones académicas y de las grandes metrópolis de Europa. Cuando tenía 25 años, me pregunté: ¿Cómo sería posible que, viviendo en un lugar tan aislado y llevando una vida personal con tantas limitaciones culturales, pudiera convertirme en un filósofo? Me alivió en principio una idea de Nietzsche: el filósofo es una especie que puede brotar en cualquier lugar. Después vino en mi socorro Marx. Me iluminaron dos de sus obras filosóficamente más grandiosas -de las que participó también Engels-: La ideología alemana y La Sagrada Familia. Ahí aprendí que el mercado mundial creaba personas histórico universales. Ya no me sentía ni pensaba tan aislado. Después caí en la cuenta de la suerte cultural de la que disponía: vivo en Europa y hago uso de una de las lenguas más universales del mundo, y tengo acceso a una cantidad ingente de libros de los grandes pensadores del mundo filosófico, del mundo científico y del mundo literario. Ya no me sentía tan vacío ni tan abandonado. Y, por último, comprendí que, si me sumergía en la gran corriente del movimiento socialista mundial, del que formaba parte desde los 18 años, aunque yo intelectualmente y socialmente fuera pequeño, formaría parte de una gran fuerza social. Así superé mi conciencia de aislamiento y de pequeñez.

domingo, 2 de abril de 2023

Poco tiempo en mucho tiempo y no mucho tiempo en poco tiempo

 

Supongamos que nos enfrentamos a un texto teórico complejo, por ejemplo, un texto de Edmund Husserl. Supongamos que seleccionamos un fragmento de 12 renglones. Una persona puede emplear una hora o dos horas en estudiar ese fragmento. Luego expone por escrito, con mayor o menor análisis, lo que ha entendido. Expone el sentido general y enumera categorías básicas. Al menos que la persona en cuestión tenga una capacidad intelectiva fuera de lo común, cuando haya pasado un mes, nada o casi nada de lo que estudió estará en su mente. Las ideas no habrán tenido tiempo para asentarse en su mente y no tendrán carácter operativo. A este método lo denomino mucho tiempo, una hora o dos horas, en poco tiempo, un solo día.