Supongamos que nos enfrentamos a un texto teórico complejo, por ejemplo, un texto de Edmund Husserl. Supongamos que seleccionamos un fragmento de 12 renglones. Una persona puede emplear una hora o dos horas en estudiar ese fragmento. Luego expone por escrito, con mayor o menor análisis, lo que ha entendido. Expone el sentido general y enumera categorías básicas. Al menos que la persona en cuestión tenga una capacidad intelectiva fuera de lo común, cuando haya pasado un mes, nada o casi nada de lo que estudió estará en su mente. Las ideas no habrán tenido tiempo para asentarse en su mente y no tendrán carácter operativo. A este método lo denomino mucho tiempo, una hora o dos horas, en poco tiempo, un solo día.
Mi método es distinto. Yo
empleo 20 minutos en estudiar hoy ese texto, y mañana y durante diez días hago
lo mismo. A este método lo denomino poco tiempo, veinte minutos, en mucho
tiempo, diez días. Con las lecturas del primer día solo obtengo una impresión y
solo capto aspectos aislados del fragmento teórico en cuestión. Con cada día
que añado de estudio, voy mejorando mi visión de conjunto, voy destacando las
categorías rectoras y aprehendo la forma lógica de ese fragmento. Al cabo
de los diez días ya habré hecho mío dicho fragmento. Dispongo ya de una visión
de conjunto y puedo exponer por mi mismo y en el orden pertinente los juicios
fundamentales del fragmento y con los conectores lógicos debidos. Por muchos
meses que pasen, esas ideas permanecerán activa en mi mente o volviendo a leer
el texto las activo al instante. Después pasaré a estudiar el siguiente
fragmento y entenderé una parte del sentido del primer fragmento. Y cuando haya
estudiado el capítulo en su conjunto comprenderé el sentido que tiene ese
fragmento en la totalidad de la exposición.
Las teorías son unidades
explicativas y el mejor método, a mi juicio, es aquel donde se les dedica mucho
tiempo a los primeros capítulos siguiendo el principio expuesto: poco tiempo en
mucho tiempo y no mucho tiempo en poco tiempo.
Paco, gracias por el trabajo. Con él nos haces visible tu procedimiento a la hora de encarar el estudio y de primeras se ve que no es una cosa que nadie pueda hacer. Al alcance de todos está. Y desnudándote de esta manera quitas ese velo de misterio con que te envolvemos en tu acumulación intelectual y te sitúas a nuestro lado, con la sola diferencia de que en ese procedimiento eres frente a nosotros, perro viejo.
ResponderEliminarUn abrazo.