martes, 15 de octubre de 2024

La imagen como parte de la realidad

 

Tuve una conversación con mi hija sobre un curso al que estaba asistiendo. Ella es directiva de la empresa en la que trabaja. Sus compañeros y compañeras la halagaban mucho, decían que era un crack. Ella pensaba que lo que decían de ella era muy exagerado y que su puesto de trabajo le quedaba grande. Yo le puse el siguiente ejemplo. Supongamos una mujer vestida de por ir por casa, con chancletas, sin maquillar y sin peinar. Supongamos ahora a esa misma mujer con un vestido maravilloso, con tacones, maquillada, peinada y hermosos complementos. Pregunta: ¿Cuál es la mujer real? Respuesta: ambas. Tanto la mujer no especialmente vestida y sin maquillar como la mujer con un bonito vestido y maquillada. La realidad global se compone de la realidad y de la imagen.

Todas las personas que se enamoran idealizan a su pareja. Pero también en los laboratorios donde se realizan experimentos se idealiza la realidad: se seleccionan los factores que se van a analizar y se aíslan de los miles de factores que están presentes en el mundo. Los conceptos también suponen una idealización. En el arte, muy especialmente en el cine, se idealiza. Lo mismo sucede en la religión, donde la idealización llega a sus máximos extremos. Los actores, actrices y deportistas también son idealizados, incluso idolatrados. Así que llegamos a la misma conclusión: las imágenes e idealizaciones forman parte de la realidad global. Por la misma razón le dije a mi hija que ella era ella misma y la imagen que los demás se hacían de ella. Le falta a mi hija orgullo, que es sentirse más de lo que uno es, o por lo menos no sentirse por debajo de nadie. Ella conoce a una persona muy cercana que es una experta en esta materia. Debería aprender de ella.

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