jueves, 13 de octubre de 2005

Economía marxista y economía convencional

En su mensaje del 11 de octubre dice María lo siguiente: “En mi opinión, lo que hace Umpiérrez es tratar de conciliar dos visiones de la realidad que son inconciliables: la visión de la burguesía con la del proletariado. Una característica fundamental del método marxista es la de explicar las contradicciones de la realidad y no soslayarlas. Toda teoría que trate de ver una armonía en la sociedad capitalista tiene necesariamente que caer en contradicciones internas”.



No es estrictamente cierto que la economía convencional trate de las apariencias mientras que la economía marxista trata de las esencias. Lo rigurosamente cierto es lo siguiente: la economía convencional estudia las apariencias de las cosas sin ver en ellas las manifestaciones de relaciones esenciales, mientras que en la economía marxista se estudia la transformación de las categorías esenciales en categorías aparentes. Como la economía marxista también incluye  las categorías aparentes, por dicha razón afirmo que la economía convencional está integrada en la economía marxista.  La realidad se compone de apariencias y de esencias, y no sólo de esencias. Dicho de otro modo: las apariencias también forman parte de la realidad. Son los empiristas y positivistas quienes oponen la apariencia a la realidad, no así Hegel y Marx, que presentan la realidad como la unidad de la esencia y de la apariencia.



Pero pongamos un ejemplo para no dejar el asunto en manos del pensamiento generalista. El valor de toda mercancía producida en régimen de producción capitalista se representa con la fórmula   M =  C + (V + P). Los marxistas ponen el capital variable y la plusvalía juntas,  entre paréntesis, porque representa el valor nuevo creado, mientras que el capital constante es el valor transferido. No obstante, las cosas no se presentan así para el capitalista, sino de este otro modo: primero calcula lo que le ha costado producir la mercancía, cuánto le ha costado el trabajo y cuánto le ha costado el capital (los medios de producción). Esto representa el precio de costo de la mercancía. Y después la ganancia la calcula restándole el precio de costo al precio de venta.



Pasemos ahora a transformar las categorías esenciales en categorías aparentes. La fórmula M =  C  (V + P)   se transforma en esta otra: M =  (C + V) + P. Como C + V representa lo que le ha costado al capitalista producir la mercancía, y por eso van juntas entre paréntesis, la fórmula queda ahora como sigue:   M =  Precio de costo  +  plusvalía. Se borra así la diferencia esencial que hay entre capital constante y capital variable, ambos aparecen bajo una misma rúbrica.  Pero ahora la plusvalía parece brotar tanto del capital constante como del capital variable; y cuando este es el caso, la plusvalía adopta la forma de ganancia. De manera que  tenemos ahora esta fórmula: M  = Precio de costo + ganancia. Como una cosa es el valor que tiene una mercancía y otra es el precio al que se vende, y casi siempre hay diferencias cuantitativas entre el valor y el precio, la fórmula adopta definitivamente esta forma: Precio de venta – precio de costo = ganancia.  Esta fórmula, Precio de venta =  Precio de costo +  Ganancia, debemos considerarla una forma de manifestación de esta otra fórmula: Valor de la mercancía =  Capital Constante  +  (Capital variable  + Plusvalía).



Queda por lo tanto claro que las categorías esenciales pueden transformarse en las categorías aparentes, en las categorías con las que se maneja la economía convencional, y esto es lo que hace Marx a partir del libro III, donde en su inicio puede leerse lo siguiente: “Las configuraciones del capital, tal y como se desarrollan en este libro, se van aproximando gradualmente a la forma en que aparecen sobre la superficie de la sociedad, en la acción recíproca de los distintos capitales, la competencia, y en la conciencia habitual de los agentes de la producción”. Y estas configuraciones del capital que se aproximan gradualmente a la forma en que aparecen sobre la superficie de la sociedad son las configuraciones con las que se maneja la economía convencional. Sólo me resta señalar que la fórmula antes vista, Precio de Venta =  Precio de costo  +  Ganancia, invierta las propiedades esenciales: El plusvalor parece brotar, en parte, de todo el capital, y en parte, de las habilidades del capitalista en el mercado. Y por eso es importante El Capital de Marx, porque pone de manifiesto las inversiones y ocultaciones que provocan las categorías aparentes.



13 de octubre de 2005.   

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