lunes, 15 de junio de 2009

Acerca del método de conocimiento


 Conceptos, percepciones y representaciones




Los conceptos pueden elaborarse a partir de percepciones y representaciones. Pero esta elección no es libre. Hay cosas que no pueden percibirse y, en consecuencia, no queda más remedio que representárselas. Cuando decimos, por ejemplo, que en esta mesa en la que escribo hay encerrada 20 horas de trabajo social medio, es evidente que este hecho no es perceptible. Y así lo dice Marx: “La objetividad del valor de las mercancías se distingue de la Mistress Quickley en que no se sabe dónde está. En contraste con la burda objetividad sensible de los cuerpos de las mercancías no penetra en su objetividad de valor ni un solo átomo de material natural. De ahí que se la pueda dar las vueltas que se quiera a una mercancía, más como cosa de valor permanece inasequible”. Por lo tanto, las 20 horas de trabajo social medio que hay encerradas en mi mesa sólo puedo representármelas. Y debo admitir que es conforme a la ciencia que un concepto pueda ser elaborado con representaciones.



Ahora viene la cuestión que le planteo a Alfredo. ¿Sería correcto que algo que carece de existencia objetiva, que no contiene ni un átomo de materia natural, sea denominado propiedad? Yo particularmente creo que es inadecuado.  La categoría ‘propiedades’ se reserva para uno de los contenidos conceptuales del valor de uso: cosa que por sus propiedades puede ser útil en diversos aspectos.



La sustancia como sujeto



Yo parto de la base de que El Capital es una obra muy compleja y que hay que ir con pies de plomos. Hay muchos giros que no son fáciles de percatarse, pero que son fundamentales para la comprensión de dicha obra. No está de más recordar lo que dice Marx en el prólogo a la primera edición alemana: “Para el análisis de las formas económicas no sirve ni el microscopio ni los reactivos químicos.  Es la fuerza de abstracción la que tiene que sustituir a ambos”. De ahí que la fuerza de abstracción haya que ejercitarla. Y de ahí la importancia de estudiar a autores como Hegel, puesto que debe considerarse como uno de los pensadores que mejor ha dominado el arte del pensamiento abstracto.

De acuerdo con nuestra concepción del valor podemos hacer la siguiente serie de afirmaciones: en 1 mesa hay encerrada 20 horas de trabajo social medio o 1 mesa cuesta 20 horas de trabajo social medio, 100 kilos de trigo cuestan 20 horas de trabajo social medio, y 8 pares de zapatos cuestan 20 horas de trabajo social medio. La mesa, el trigo y los zapatos constituyen el sujeto de estas expresiones, mientras que “20 horas de trabajo social medio” constituye lo que se predica de dichos sujetos. Pero podemos invertir esta relación lógico gramatical. Y diremos: 20 horas de trabajo social medio puede existir en forma de 1 mesa, en forma de 100 kilos de trigo y en forma de de 8 pares de zapatos. Ahora 20 horas de trabajo social medio ha pasado a ser el sujeto y 1 mesa, 100 kilos de trigo y 8 pares de zapatos han pasado a ser formas particulares de existencia de ese sujeto. De ahí la necesidad de reconocer a ese sujeto como sustancia.

El Capital está lleno de estos giros. De ahí la dificultad que entraña comprender algunos de sus pasajes. Este giro se produce, por ejemplo, al final de la sección “El carácter doble del trabajo representado en las mercancías”, donde Marx dice: “Por un lado, todo trabajo es gasto de fuerza de trabajo humana en el sentido fisiológico, y en esta calidad de trabajo humano igual o de trabajo abstractamente humano constituye el valor de las mercancías. Por otro lado, todo trabajo es gasto de fuerza de trabajo humana en forma específica y determinada por su fin, y en esta calidad de trabajo útil concreto produce valores de uso”. Aquí el gasto de fuerza de trabajo humana se ha convertido en el sujeto. Pero donde la sustancia se presenta como sujeto en todo su esplendor es en la fórmula general del capital.



¿Por qué llamar humano al trabajo?



Creo que fue Alfredo quien dijo que no había necesidad de llamar humano al trabajo puesto que todo trabajo es humano. Pero en Marx, como gran pensador dialéctico que es, todo está lleno de matices. Escuchémoslo en la sección dedicada al proceso de trabajo: “No vamos a ocuparnos aquí de las primeras formas instintivas, de tipo animal, del trabajo. Detrás del estado en que el obrero se presenta en el mercado de mercancías como vendedor de su propia fuerza de trabajo, aparece, en un fondo prehistórico, el estado en que el trabajo humano no se ha desprendido aún de su primera forma instintiva. Suponemos el trabajo en una forma en la que pertenece exclusivamente al hombre”. Hay más matices. Pero por hoy basta.







Acerca del método de conocimiento (2)



Respondo a Vicenc

Habla Vicenc:

A la luz de lo que expones te planteo lo siguiente:

Si no recuerdo mal, te has referido tu mismo a la dificultad de medir el contenido de trabajo de un bien; dónde quedaría ese concepto.

Por otro lado, en que momento, según tu opinión  aparece o conectamos con esa verdad subyacente que el detentador de los medios de producción desatiende: el coste en trabajo de los bienes - y el beneficio en trabajo -. Porque, queda claro que algo oculto no sirve para fijar precios y tasa de ganancia y esta no tienen porqué coincidir con la que medimos en valor. Que influencia tiene  sobre la realidad el concepto del valor de las mercancías.

Respondo:

El valor concebido como trabajo acumulado en la mercancía es el valor en su forma natural. Y bajo esta modalidad el valor carece de objetividad. ¿Cómo se resuelve el problema de la objetividad del valor? Responde Marx: “Recordemos, sin embargo, que las mercancías sólo poseen objetividad de valor en tanto son expresión de la misma unidad social, del trabajo humano; que su objetividad de valor, por tanto, es puramente social, y se sobreentiende entonces que solamente puede presentarse en la relación social de una mercancía con otra”.

Esa es la cuestión: el valor se hace objetivo en la relación de una mercancía con otra, esto es, en el mercado. Mientras que la sustancia del valor es obra de la producción, la forma del valor es obra del mercado. ¿Y cual es el resultado último de la relación social entre las mercancías? El dinero: la forma objetivamente social del valor.

¿Y cuál es la primera función del dinero? Medir el valor de las mercancías. Y si tengo el dinero para medir el valor de las mercancías, qué necesidad tengo de usar el tiempo de trabajo. Todos los componentes que participan en el valor de una mercancía tienen su precio: el capital constante, el capital variable y la plusvalía.

La pregunta a plantearse ahora sería: ¿Para que demonios sirve entonces el valor? Respondo con una cita de Marx: “Este modo de concebir las cosas es tanto menos sorprendente cuanto que se ajusta a las apariencias de los hechos, y cuanto que la relación capitalista oculta efectivamente la conexión interna en la completa indiferencia, exterioridad y extrañeza en que coloca al obrero frente a las condiciones de la realización de su propio trabajo”. El Capital. Libro III. Tomo I. p. 109.

El concepto de valor es necesario, es fundamental, porque con él se descubre la conexión interna, oculta, que explica cómo el capitalista se apropia de trabajo ajeno. El precio es observable y, por tanto, aparente; el valor, por el contrario, no es observable en su forma natural, es una esencia y permanece oculto. Marx no hace desaparecer las apariencias para quedarse con las esencias, sino que expone las apariencias como manifestación de las esencias.



Acerca del método de conocimiento (3)



Respondo a Vicenc.



Esto es lo que plantea Vicens:



Entonces, Francisco, el valor no incide sobre la realidad económica, sino que es únicamente una manera de explicar la extracción de plusvalía.
No existe en Marx,  por tanto, un intento de transformar valor en precio como interpretó, por ejemplo P. Sweezy, puesto - que tal como también dicen los autores neoricardiaonos como Steedman -, el valor es algo redundante, ajeno  o innecesario cuando se describe el sistema económico; [ sistema económico que debe ser "reproducible"; si no,  no lo podríamos considerar ni siquiera sistema]



1.     La realidad se compone de esencia y apariencia. Y es más: la apariencia es una manifestación de la esencia. Así el precio es la expresión del valor de las mercancías en dinero. No puede separarse el objeto expresado de la expresión.  Por lo tanto, el valor forma parte de la realidad económica. La economía convencional se caracteriza justamente por no ir más allá del precio o explicar el valor en términos de utilidades.

2.     Pero hay más: el dinero es la forma objetiva de existencia del valor, no es una cosa ajena o distinta del valor. Así que se equivoca Steedman cuando dice que el valor es ajeno cuando se describe el sistema económico.

3.     En la primera página del tercer libro de El Capital puede leerse lo siguiente: “Las configuraciones del capital, tal como se desarrollan en este libro, se van aproximando gradualmente a la forma en que aparecen sobre la superficie de la sociedad, en la acción recíproca de los distintos capitales, la competencia, y en la conciencia habitual de los agentes de la producción”. Si nos guiáramos por tu afirmación, Marx sólo debió haber escrito el tercer libro de El Capital. Pero este tercer libro es el desarrollo del segundo y primer libro. Tú no eres sólo el Vicenc de ahora, tú eres todo lo que has sido desde que naciste.

4.     En la sección primera de este libro Marx expone la transformación de la plusvalía (una categoría de esencia) en ganancia (una categoría de apariencia). Y en esta misma sección también muestra cómo el precio de la mercancía no se presenta de acuerdo con su esencia, c + v + p, sino de acuerdo con su apariencia, la ganancia se presenta como la diferencia entre el precio de venta y el precio de costo.

5.     Marx no intentó sino demostró cómo los valores se transforma en precios de producción, que lo que único indica es que cada capitalista se apropia no de la plusvalía que genera en su propia empresa, sino la que le corresponda como parte alícuota del capital total.

6.     Así que valor y precio son inseparables. Y sucede lo que ha señalado en un par de ocasiones Rolando: entre valor y precio hay diferencias cuantitativas y diferencias cualitativas.



3 de mayo de 2009.





 
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