lunes, 15 de junio de 2009

Apariencia y esencia

Según José Tapia la expresión “cuota de ganancia” es horrible frente a la expresión “tasa de ganancia”. Una gran apreciación para descartar la traducción de El Capital de Wenceslao Roces y, para de paso, despreciar mis aportes. Parece que el desprecio es consustancial al comportamiento teórico de José Tapia. Al menos en lo que se refiere a mi persona.


También dice que la idea de que “la ciencia debe buscar la esencia en vez de las apariencias es bastante ajena a la ciencia moderna”. Habría que preguntarle a José Tapia qué es la ciencia moderna y quiénes son sus portadores. Tal vez él deba ser uno de ellos. En primer lugar, la realidad está constituida por apariencias y por esencias. Y la ciencia se ocupa tanto de las apariencias como de las esencias. Además, y apuntemos una idea hegeliana, la apariencia es la manifestación de la esencia. Y esto se muestra con absoluta claridad en El Capital de Karl Marx. Así la sección primera  del libro tercero se titula “La transformación de la plusvalía en ganancia y de la cuota de plusvalía en cuota de ganancia”.

Plusvalía es una categoría que expresa la relación esencial entre el capital y el trabajo, muestra cómo la plusvalía brota del capital variable, mientras que la categoría ganancia expresa una relación aparente: muestra cómo la plusvalía brota del capital total, tanto del capital variable como del capital constante, y de las habilidades del capitalista en el mercado, puesto que la ganancia se presenta como la diferencia entre el precio de venta y el precio de costo.

La manifiesta hostilidad de José Tapia contra Hegel llega al extremo de aconsejar que se deba evitar la contradicción entre apariencia y esencia, como si fuera una contradicción maldita. Sin darse cuenta, o dándose cuenta, incurre en un pensamiento reaccionario en el terreno de la filosofía. Querer desprenderse de Hegel en el terreno de la filosofía es idéntico a querer desprenderse de Newton o Einstein en el terreno de la física. ¿O es que José Tapia no vive en el mundo actual y no habrá comprobado que hay frutas y plantas de plástico? ¿Nunca ha sufrido este engaño? ¿Nunca se ha visto en la necesidad de tocar una planta para cerciorarse de que no es una planta? Y qué son las plantas y frutas de plástico sino frutas y plantas aparentes. ¿Cómo se puede despreciar la contradicción apariencia y esencia en un mundo dominado por la imagen y por la moda?

Pero entremos en el terreno de la física y veamos un ejemplo de apariencia y esencia. Aparentemente el Sol sale por el este y se oculta por el oeste. Aparentemente el Sol da vueltas alrededor de la Tierra. Durante muchos miles de año la humanidad pensó que esto era así. Sin embargo, sabemos que es el movimiento de rotación de la Tierra sobre si misma quien genera el movimiento aparente del Sol sobre la Tierra. El movimiento esencial es el de rotación de la Tierra sobre sí misma y el movimiento aparente es el del Sol alrededor de la Tierra. Y sabemos que el movimiento esencial genera el movimiento aparente – en términos hegelianos: la apariencia es la manifestación de la esencia-. Y otra cuestión aún más importante: por mucho que conozcamos el movimiento esencial no evitamos con ello que el movimiento aparente deje de producirse.

Hablemos ahora de gnoseología o teoría del conocimiento. Hablemos de un texto elemental. Hablemos de la obra “Sobre la práctica” “Sobre la relación entre el conocimiento y la práctica, entre el saber y el hacer”, de Mao Zedong. Escuchemos algunas de sus sabias palabras: “En el proceso de la práctica, el hombre no ve al comienzo más que las apariencias, los aspectos aislados y las conexiones externas de las cosas…. A medida que continúa la práctica social, las cosas que en el curso de la práctica suscitan en el hombre sensaciones e impresiones, se presentan una y otra vez; entonces se produce en su cerebro un cambio repentino (un salto) en el proceso de conocimiento y surgen los conceptos. Los conceptos ya no constituyen reflejos de las apariencias de las cosas, de sus aspectos aislados y de sus conexiones externas, sino que captan las cosas en su esencia, en su conjunto y en sus conexiones internas”.

No estaría de más aconsejar un libro de un pensador no marxista, de Bertrand Russell, en concreto el titulado “Los problemas de la filosofía”, y la lectura de su primer capítulo titulado “Apariencia y realidad”. Y a este respecto no sobra escucharlo un poco: “En la vida diaria aceptamos como ciertas muchas cosas que, después de un análisis más riguroso, nos parecen tan llenas de evidentes contradicciones, que sólo un gran esfuerzo de pensamiento nos permite saber lo que realmente nos es lícito creer”.


Apariencia y esencia (2)

Corto y pego para regocijo de José Tapia.
Y señalo las referencias para Sebastián.

Cuadernos Filosóficos
Vladimir Ilích Ulianov
Ediciones Estudio
Pagina 98

¿No se quiere significar aquí que también la apariencia es objetiva, porque contiene uno de los aspectos del mundo objetivo? No solamente la esencia, sino también la apariencia es objetiva. Hay una diferencia entre lo subjetivo y lo objetivo, PERO TAMBIEN ELLA TIENE SUS LÍMITES.

Una cita más donde Ilích Ulianov muestra su amor y admiración por Hegel:

Bella fórmula: ¡¡”No sólo un universal abstracto, sino un universal que abarca en sí la riqueza de lo particular, de lo individual, de lo singular” (¡toda la riqueza de lo particular y lo singular!)!! Tres bien!

José Tapia, al contrario de Ilích Ulianov, muestra rechazo y desprecio por Hegel.

16 de abril de 2009.

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