En el trabajo de hoy expondré de modo reflexivo unas
ideas de Hegel contenidas en las dos primeras páginas de la introducción de Principios de la Filosofía del Derecho.
Lo hago con el objetivo de que el lector se familiarice con el pensamiento de
Hegel y compruebe su beneficiosa influencia en el pensamiento de Marx. En la
evaluación del pensamiento de cualquier pensador hay que contemplar tres
aspectos: contenido y grado de conocimiento sobre el objeto de estudio, método
de pensamiento –si es metafísico o dialéctico–, y línea de pensamiento –si es
empirista, materialista o idealista–. Si
expresara en términos porcentuales cómo participa cada aspecto en la evaluación
total del pensador en cuestión, afirmaría que el contenido y grado de
conocimiento representa el 70 por ciento, el método de pensamiento el 25 por
ciento, y la línea de pensamiento el 5 por ciento. Es importante esta idea
puesto que muchos marxistas dogmáticos siguen creyendo que la línea de
pensamiento es el aspecto decisivo en la evaluación del pensamiento filosófico.
En Primer lugar traeré a colación dos ideas de
Engels contenidas en su obra Ludwig
Feuerbach y el fin de la Filosofía Clásica Alemana y que se refieren al
tema que nos ocupa. Primera idea: “…los sistemas idealistas fueron llenándose más
y más de contenido materialista y se esforzaron por conciliar panteísticamente
–ver a Dios en todo –la antítesis entre el espíritu y la materia; hasta que,
por último, el sistema de Hegel ya no representaba por su método y su contenido
más que un materialismo que aparece invertido de manera idealista”. Lo puesto
entre guiones es mío. De esta idea es fácil extraer una lección: Por el
contenido y el método Hegel es un pensador
materialista. Lo único a tener en cuenta es que ese materialismo aparece
invertido de modo idealista. Y ese materialismo aparece tanto en el contenido
como en el método del conocimiento. Habrá que saber si los marxistas dogmáticos
que tan a la ligera critican de idealista a Hegel son por el contenido y el
método tan materialista como lo fue el genial pensador alemán. Yo puedo afirmar
que no.
Segunda idea: “Y aquí vuelve a sorprendernos la
pobreza asombrosa de Feuerbach, comparado con Hegel. …Aquí todo lo que tiene de
idealista la forma, lo tiene de realista el contenido. (Engels se refiere aquí
al pensamiento de Hegel). En Feuerbach, es al revés. Por la forma, Feuerbach es
realista, arranca del hombre; pero como no nos dice ni una palabra acerca del
mundo en que vive, este hombre sigue siendo el mismo hombre abstracto que
llevaba la batuta en la filosofía de la religión”. De aquí también es fácil
extraer una lección: formalmente Feuerbach es materialista, esto es, atendiendo
a la línea de pensamiento, pero por el contenido Feuerbach es idealista, el ser
humano sujeto de su reflexión teórica es un ser abstracto, muy pobre en
determinaciones históricas, económicas y políticas. Por el contrario, Hegel por
la forma es idealista, pero por el contenido es realista, el ser humano objeto
de su reflexión teórica es rico en determinaciones históricas, económicas y
políticas. Solo hay que estudiar Filosofía
de la Historia y Principios de la
Filosofía del Derecho, ambas obras teóricas de Hegel, para constatar la riqueza de contenido del ser humano que es
objeto de la reflexión teórica de Hegel. Solo me resta decir en lo que se
refiere a este tema, y de acuerdo con lo afirmado por Engels, que el carácter
materialista o idealista de un pensador no solo debe referirse a la forma del
pensamiento, lo que yo he denominado línea de pensamiento, sino también al
contenido y al método de pensamiento.
Pasemos al objetivo central de este trabajo.
Expondré las ideas de Hegel numeradas para favorecer una lectura cómoda.
Recuerdo que estas ideas están contenidas en la introducción de Principios de la Filosofía del Derecho. Primera
idea: “La ciencia filosófica del derecho tiene por objeto la Idea del Derecho,
es decir, el concepto de derecho y su realización”. Aquí es importante destacar
dos aspectos: el concepto y la realización del concepto. Y Hegel engloba ambos
aspectos en lo que él denomina la idea. De este modo establece la unidad entre
el concepto y su realización. Después hablaremos de la importancia del concepto
de realización en el pensamiento de Marx. Hegel añade a continuación que la
Filosofía trata con ideas, esto es, con el concepto más su realización, y no
con meros conceptos; puesto que si en el estudio de los conceptos no incluimos
su realización, a juicio de Hegel estaríamos incurriendo en el pensamiento
unilateral y dichos conceptos estarían carentes de verdad.
Ahora Hegel afirma que el concepto es lo único que
posee realidad, pues se la da a sí mismo. Esta afirmación nos parecerá en
primera impresión que tiene un carácter idealista, pero veremos a continuación
que no es así. Marx afirma en el análisis del proceso de trabajo que “lo que
distingue al peor arquitecto de la mejor abeja es que ha construido la celdilla
en su cerebro antes de construirla en la realidad. Al final del proceso de
trabajo se obtiene un resultado que existía ya al comienzo del mismo en la
imaginación del obrero en forma ideal”. Lo que Marx llama aquí existencia del
objeto en la imaginación del obrero es lo que debemos entender por concepto, y
lo que denomina resultado es lo que hemos denominado realización del concepto.
La clave aquí es que el concepto es anterior al ser o a la realidad; es así
como se presenta en el proceso de trabajo. De manera que todos los valores de uso que
pueblan nuestra vida y sean productos del trabajo han existido primero como
conceptos y después como realidad. Hay valores de uso como los ríos o los
árboles que no han existido previamente como conceptos. De ahí que Hegel afirme
que los conceptos es lo único que posee realidad, puesto que se la da a sí
mismo. Dicho en otras palabras: el ser de la realidad la ha recibido del
concepto. Debemos advertir que si nos comportáramos como pensadores dogmáticos,
esto es, pensadores atados a ideas fijas, afirmaríamos que en lo que atañe a la
línea de pensamiento materialista primero existe el ser o la realidad y después
el concepto o el pensamiento. De manera que en esta atadura a la línea de
pensamiento materialista expresado como consigna rígida de que primero es la realidad y luego el concepto, tendríamos que catalogar las ideas de Marx
formuladas en el proceso de trabajo de idealistas.
Más adelante Hegel hace esta gratificante
afirmación: “La configuración que se da el concepto en su realización es, para
el conocimiento del concepto mismo, el momento esencial de la idea, que difiere
de su forma de ser solo como mero concepto”. La elaboración del concepto, la
casa que hace el arquitecto primero en su cabeza, pertenece a la etapa teórica
del conocimiento, mientras que la construcción de la casa en la realidad, esto
es, la configuración objetiva del concepto elaborada por el arquitecto en su
cabeza, pertenece a la etapa práctica del conocimiento. Luego cuando Hegel
afirma que para el conocimiento del concepto mismo la configuración que se da
el concepto en su realización es el momento esencial, está afirmando que la
etapa práctica del conocimiento es el momento esencial para comprender el
concepto en su etapa teórica. Por lo tanto, en este caso Hegel está formulando
un principio materialista de primer nivel.
Ilustraré con un ejemplo las ideas expuestas hasta
aquí. La mesa en la que escribo puedo concebirla como un mero objeto exterior.
Así proceden los empiristas: el objeto está fuera de mi conciencia y mi
capacidad para conocerlo está salpicado de obstáculos insalvables. Pero si la
mesa en la que escribo la concibo como la realización del concepto de mesa,
esto es, la realización del concepto que previamente elaboró el carpintero en
su cabeza, mantendré la unidad del concepto y de la realidad, puesto que la
realidad se me presenta como la realización del concepto. La realización del
concepto es un momento del concepto, al decir de Hegel, el momento esencial.
Solo me resta hablar del concepto de realización.
Marx afirma en El Capital que el
valor de uso se realiza en el consumo y el valor se realiza en el mercado. Y si
el valor no se realiza en el mercado, esto es, la mercancía que contiene dicho
valor no se vende, entonces el trabajo gastado en producir esa mercancía no es
socialmente necesario. Y si el trabajo humano abstracto en producir esa
mercancía no es socialmente necesario, entonces el trabajo concreto productor
de ese valor de uso es inútil. Por lo tanto, el momento de la realización es el
momento esencial para demostrar, por una parte, que el trabajo social empleado
en producir una mercancía es socialmente necesario, y por la otra, que el valor
de uso portador del valor es útil. Así que Marx heredó de Hegel, entre otras
cosas, la idea de que la realización es el momento esencial del valor y del valor de uso. Lo que Hegel afirmó del
concepto, Marx lo trasladó al ser.
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