martes, 31 de diciembre de 2019

Pensamiento lineal y pensamiento contingente


La filosofía es un saber muy complejo y, al decir de Bertrand Russell, exige más rigor que la matemática. Como las categorías de la filosofía son muy abstractas, esto es, como mucha extensión, las posibilidades del pensamiento contingente son mayores que en cualquier otra clase de saber. Ciencias como la física o la fisiología tienen la ventaja que la experimentación concentran la percepción y la representación y las posibilidades del pensamiento contingente son notablemente menores. Las dificultades del pensamiento filosófico se derivan de que no se apoya en la experimentación y, por consiguiente, el conocimiento sensible no guía su devenir. De ahí que las posibilidades de la especulación y del pensamiento contingente sean muy difíciles de reducir.


¿De qué modo podemos evitar la contingencia en el pensamiento filosófico? Pues estudiando mucho pensamiento abstracto. Yo aconsejo a dos pensadores: Hegel y Husserl. Quien haya estudiado Ciencia de la Lógica de Hegel, sabrá que la asimilación de ese texto es muy difícil. Se espera en vano ejemplos sensibles donde apoyar y referir las categorías abstractas, que no cesan de modificar su sentido y de experimentar transformaciones. Los ejemplos ilustrativos de las categorías abstractas contenidas en ese texto de Hegel se encuentran por debajo del uno por ciento. Así que se padece mucha sed. No es nada  fácil mantenerse en el texto y avanzar sin penderse y sin perder el sentido de lo que Hegel nos explica.

¿Qué entendemos por pensamiento lineal? No un pensamiento en línea recta. En el pensamiento lineal puede haber curvas, desniveles, lugares de reposo y lugares desde donde avistar muchos panoramas conceptuales y representacionales. También pueden producirse pequeñas desviaciones, pero deben ser muy pequeñas para poder retornar con prontitud a la línea principal. Al seguir una línea podemos descubrir otras líneas de investigación teórica, pero no debemos seguir por ella sino registrarlas en nuestra libreta de notas y decir: en otro momento indagaré por estas líneas.

¿Qué se entiende por pensamiento contingente? La contingencia se opone a lo necesario. Como nuestra cabeza está llena de percepciones, representaciones y conceptos de muchas de las esferas de saber que hemos estudiado, cada vez que iniciamos una nueva línea de investigación en una esfera de saber determinada nos vemos asaltados de forma inconsciente por los conocimientos de otras esferas de saber, fundamentalmente por aquellas donde más nos hemos empleado y especializados. La contingencia solo se evita con la más férrea disciplina que impida esa invasión “foránea”.



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