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domingo, 19 de enero de 2014

La persona reflexiva

“Las personas reflexivas son cautelosas, no impulsivas; miran a su alrededor; son circunspectas, no se atropellan a tontas y a locas. Sopesan, ponderan,  deliberan. Estos términos implican una cuidadosa comparación  y equilibrio de evidencia y sugerencias, un proceso de evaluación de lo que tiene lugar en ellas a fin de decidir su fuerza y su peso en relación con el problema dado. Además, la persona reflexiva escudriña la materia; inspecciona, indaga, examina”. John Dewey. Cómo pensamos. Pág. 90. Paidós 2010.

Esta asignatura, ser reflexivo, mi prima Iluminada Sánchez todavía no la tiene aprobada. Es demasiado impulsiva y precipitada. No digo que no reflexione, que sí lo hace, pero le falta madurez. Se desespera con demasiada rapidez. Quiere los resultados ya. No deja que las cosas recorran todas las fases necesarias hasta su madurez. Seguro que si planta un árbol, como el fruto tardará en aparecer, arrancará las hojas para comérselas. Es importante sopesar todos los aspectos que tiene un problema. Aunque la perspectiva al principio sea muy interesante, aunque las primeras evidencias te muestren que las cosas son de un determinado modo, debes frenarte porque a lo mejor hay otros aspectos del problema que indiquen que las cosas no eran como al principio suponías. Y aunque las cosas sean como suponías al principio, así y todo necesitas conocer y sopesar todos los aspectos del problema, de manera que cuando tomes la decisión no queden cabos sin atar.  El pensamiento impulsivo se evita en parte mordiéndose la lengua y en parte escribiendo lo que en ese momento te viene al pensamiento en vez de largarlo ya.  La desesperación, no saber esperar, es otro de los errores que comete la persona de pensamiento impulsivo. Lo fundamental es que la persona de pensamiento impulsivo sepa dónde está su error y que se haga con la firme voluntad de volverse una persona de pensamiento reflexivo. Y no debe asumir esa transformación solo por ella, sino también por los demás, que sufren sus erróneos hábitos de pensamiento.

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