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martes, 31 de diciembre de 2019

Pensamiento lineal y pensamiento contingente


La filosofía es un saber muy complejo y, al decir de Bertrand Russell, exige más rigor que la matemática. Como las categorías de la filosofía son muy abstractas, esto es, como mucha extensión, las posibilidades del pensamiento contingente son mayores que en cualquier otra clase de saber. Ciencias como la física o la fisiología tienen la ventaja que la experimentación concentran la percepción y la representación y las posibilidades del pensamiento contingente son notablemente menores. Las dificultades del pensamiento filosófico se derivan de que no se apoya en la experimentación y, por consiguiente, el conocimiento sensible no guía su devenir. De ahí que las posibilidades de la especulación y del pensamiento contingente sean muy difíciles de reducir.

domingo, 22 de diciembre de 2019

El proceso de valorización (Algunas aclaraciones)


Una cosa es el pensamiento y otra “el espíritu”. El espíritu es el nombre colectivo que uso para nombrar un sinfín de fuerzas subjetivas como, además del pensamiento, la conciencia, la inteligencia,  la percepción, la representación, el entusiasmo, la ilusión, el temor, la esperanza, la alegría, el ánimo, los impulsos, la contención, el sentimiento, la planificación y muchas otras potencias. En verdad los rendimientos intelectuales dependen de todas las potencias y fuerzas espirituales y no solo del pensamiento. Pero como sucede con todas las fuerzas naturales y sociales,  hay que saber cuánto las tenemos desarrolladas y capacitadas y cuánto control ejercemos sobre ellas. Aprendí por Nietzsche que el conocimiento también es un instinto. Hay que saber que no solo nuestras pasiones sino incluso nuestro pensamiento pueden estar fuera de control.  Así que el control sobre nuestras fuerzas y potencias subjetivas se vuelve decisivo en el rendimiento y éxito de nuestra actividad intelectual.

sábado, 21 de diciembre de 2019

Con pocas cosas y harto más asequibles se ha contentado mi corazón desde niño


El título de este trabajo lo he extraído con leves modificaciones de un poema de Robert Frost titulado El pozo del buen desear. Entre paréntesis quiero antes que nada agradecer las colaboraciones de Ramón Galán, pues me permiten reflexionar sobre asuntos de método y estilo de trabajo.

jueves, 19 de diciembre de 2019

El todo y las partes, lo simple y lo complejo, y la armonía (6)


Al leer toda la serie de estos trabajos he comprobado que no he redondeado. Primero quiero hablarles de un problema metodológico que Ramón y Jerónimo conocen bien. Nunca hay que perder de vista el objetivo y no hay que desviarse mucho del camino, por muy atractivos que nos resulten los parajes adyacentes. Nos podemos desviar un poco, pero al momento tenemos que retornar al camino principal y no perder de vista el objetivo final. Solo así nuestro discurso estará animado de un sentido inmanente. Por eso cuando puse el ejemplo de la caja desmontada y después montada, añadí: no quiero ir más allá. Como yo soy el autor de esta serie, yo sé a donde quiero llegar. Conozco los estímulos que me llevaron a esta reflexión y conozco la base conceptual en la que me apoyo. Y combino siempre elementos sensibles con elementos teóricos.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

El todo y las partes, lo simple y lo complejo, y la armonía (5)


Me veo en la obligación de hacer otra entrega por el último aporte de Ramón Galán. Le aclaro en primer lugar que cuando mantengo un debate con otra persona hablo para los terceros,  y es el propio tema, enunciado por el título de esta serie, quien debe determinar de qué debe hablarse.

lunes, 16 de diciembre de 2019

El todo y las partes, lo simple y lo complejo, y la armonía (4)


Este es el último trabajo de esta serie. Una advertencia: los conceptos de la lógica pura, como el todo y las partes, tienen la característica de ser extremadamente extensos y, por consiguiente, muy abstractos. Cuando los aplicamos, como hizo Ramón Galán, al proceso de valorización, muy poco o nada nos pueden aportar en esa materia. Esto hay que tenerlo muy claro. De ahí que esos ejemplos solo sirvan para ilustrar el concepto, no para indagar en la naturaleza del proceso de valorización. De ahí también que una vez ilustrado el concepto debamos volver al contenido del concepto que estamos indagando.

domingo, 15 de diciembre de 2019

El todo y las partes, lo simple y lo complejo, y la armonía (3)


Aconsejo al lector que lea previamente la aportación de Ramón Galán al número dos de esta serie. Si no lo leyera, no entendería el sentido de este trabajo. El aporte de hoy afecta al método. Si bien en el primer trabajo de esta serie se abordó los tres aspectos que figuran en el título, en el segundo trabajo me centré solo en el problema teórico del todo y las partes. Y el problema específico era el siguiente: Según Ramón Galán, en su primera aportación, cuando nos encontrábamos con el caso de que un todo solo tuviera una parte, entonces el todo sería  igual a la parte. La objeción teórica que observé desde el principio era la siguiente: en tal caso no habría modo de diferenciar el todo de la parte y no tendríamos una definición del todo que no fuera la suma de las partes. Como no quería seguir en el ámbito de la lógica pura, puse un ejemplo: el de la caja de cartón con una sola ventana sin hojas. Ramón Galán no abordó este asunto. Así que advierto que es decisivo, bajo el punto de vista metódico, tener claro dónde nos encontrábamos en nuestras pesquisas conceptuales y no perder de vista el objetivo teórico planteado y que debemos resolver.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

El todo y las partes, lo simple y lo complejo, y la armonía (2)


Pregunta Ramón: “¿Existe un todo formado por una sola parte?”  Y añade: “Si así fuera, la parte sería igual al todo y el todo igual a la parte. No serían dos determinaciones formando parejas, ni diferenciadas, ni enfrentadas. Sería una y la misma determinación. Tengo esa duda”.