Una pequeña reflexión.
Observen el título de este trabajo. Dejémonos ir por
la flexibilidad, adaptabilidad y fluidez de las palabras. Y afirmo: con el todo y las partes y con lo
simple y lo complejo, agrupo en parejas las determinaciones, las diferencio y
las enfrento, mientras que con la expresión conceptual “armonía” uno las partes
en el todo y lo simple en lo complejo.
Los conceptos no están cerrados por todas partes,
siempre hay aperturas, siempre hay partes incompletas y funciones ocultas o no
desenvueltas. La completud de las partes incompletas, la actualización de las
funciones ocultas y el desarrollo de las funciones no desenvueltas solo son
posibles en las relaciones de unos conceptos con otros.
Todos los conceptos, por muy abstractos que sean,
deben ser definidos como organizadores de las representaciones y de las
percepciones. Esta es la primera función conceptual del pensamiento. Así que
los conceptos se relacionan, por una parte, con otros conceptos, y por la otra,
con percepciones y representaciones. Un concepto será tanto más abstracto y más
difícil de definir o delimitar cuanto más alejado esté de las representaciones
y de las percepciones. Así catalogo el concepto de armonía: un concepto alejado
de las percepciones y representaciones, muy dependiente de otros conceptos y
con muchas aperturas.
Cualquier ente es un todo. Cuando un todo tiene una
sola parte, afirmaremos que es un todo simple; mientras que cuando tiene más de
una parte, afirmaremos que es un todo complejo. Cuantas más partes tenga un
todo, más complejo será ese todo. Pero la complejidad de un todo no solo
depende del número de partes, sino también de sus funciones, de sus
interrelaciones y de las modificaciones que experimentan unas partes por las
funciones y determinaciones de otras partes. Hay que advertir que las partes
también pueden tener determinaciones y varias, y que sufren modificaciones
debido a los cambios de posición y de relaciones con otras partes.
Todo empezó cuando en un comercio vi una planta de
plástico de un metro de altura que me encantó. Estaba formada por ocho unidades
de un metro y de cuatro de apenas quince centímetros. Tenían tallos finos y
altos en relación con las hojas relativamente pequeñas. Había regularidad
porque todas las figuras eran iguales con pequeñas diferencias de tamaño, de
acuerdo con los dos grupos señalados, y diferencias en la orientación de las
hojas. Había muchos claros. No era un todo tupido. Y pensé: claro, cuantos
menos elementos tenga un todo y cuantas menos diferencias haya entre los
elementos, más fácil será producir un todo armónico. Y esto es lo que aconsejo
a los artistas y pensadores: en el aprendizaje de las construcciones armónicas
de un todo se debe empezar con pocas partes y con pocas diferencias entre las
partes. Y cuantas menos funciones y
menos interrelaciones haya entre las partes, mejor. Y elije funciones e
interrelaciones sencillas. Así todo irá mejor y el progreso estará asegurado.
Nadie debe ponerse como tarea espiritual algo que lo supere. En el domino de lo
simple, de las determinaciones primeras y de lo elemental está la clave para
que algún día se llegue a dominar lo complejo. No vayas más allá de lo que puedas y no busques impresionar. ¡Ah!,
y se me olvidaba, y que las partes sean lo más simples que puedas y con figuras
firmemente determinadas, de las que la geometría puede proveerte.
La armonía es un concepto que implica unidad,
correspondencia y concordancia entre las partes de un todo. De ahí que en la
construcción artística y teórica de un todo desde el principio debe dominar la
visión armónica. La armonía no es un aspecto que se suma al final de una
construcción, sino que desde el principio debe guiar la selección, posición y
función de cada parte.
Francisco Umpiérrez, como siempre el artículo se me muestra repleto de una gran riqueza conceptual.
ResponderEliminarUna pregunta: ¿Existe un todo formado por una sola parte? Si así fuera, la parte sería igual al todo y el todo igual a la parte. No serían dos determinaciones formando parejas, ni diferenciadas, ni enfrentadas. Sería una y la misma determinación.
Tengo esa duda.
¡Gracias!