¿Para qué sirve la teoría económica de Marx? Para dos cosas: Primero, para demostrar que vivimos en un mundo enajenado, esto es, un mundo donde los seres humanos no ejercen un control consciente sobre las relaciones económicas que establecen entre sí; y segundo: para demostrar que, hasta ahora, todos los sistemas sociales, desde el esclavista, pasando por el feudal hasta el capitalista, se fundamentan en el hecho de que unos seres humanos se apropian del trabajo de otros seres humanos.
¿Para qué sirve la economía convencional? Para
gestionar la economía mercantil capitalista. No sirve para el estudio de la
naturaleza de las relaciones económicas de los seres humanos. La economía
convencional se limita y se ha limitado a sistematizar la experiencia de los agentes
prácticos en la gestión de la economía mercantil capitalista. De manera que
como ideología solo sirve para hacer apología del capitalismo.
¿En qué consiste la crítica de los economistas
burgueses, como es el caso de Juan Ramón Rallo, a la economía de Marx? Realizan
una tarea infructuosa. Lo esencial de El Capital de Marx estriba en el
análisis de las formas económicas, que expresan las relaciones económicas entre
los seres humanos, mientras que los economistas capitalistas se centran en
criticar la sustancia del valor al margen de las formas económicas. Quien en
verdad quisiera hacer una crítica fundamentada a la teoría económica de Marx, debería
someter a crítica los capítulos de El Capital donde se expone, en primer
lugar, la transformación de la mercancía en dinero, y, en segundo lugar, la
transformación del dinero en capital. Pero esto no lo hacen, se empecinan en
criticar la sustancia del valor al margen de sus variadas formas y
transformaciones. De ahí que esas críticas resulten aburridas, de escaso
interés teórico y nulo interés práctico. Pero la lucha ideológica es así: en
muchas ocasiones tienes que dedicarte a realizar tareas ingratas. Y esto es lo
que yo me veo obligado a hacer con la crítica de Juan Ramón Rallo a la teoría
económica de Marx.
Juan Ramón Rallo publicó el 14 de mayo de 2018 en El
Confidencial una crítica a la teoría del valor de Marx bajo el título de 10
errores básicos de la teoría económica de Marx. Procuraré ser sencillo y
directo en mi crítica. Al igual que el señor Rallo, pondré en negrita los
supuestos diez errores de Marx, y a continuación elaboraré mi crítica.
Error 1. Aunque el factor trabajo fuera el único
factor productivo, si el coste marginal de producción de una mercancía no es
constante, será la extensión de la demanda (y, por tanto, el valor marginal de
uso) lo que determinará su valor de cambio.
La esencia de la crítica del señor Rallo a Marx
consiste en oponer, como si fueran dos aspectos distintos y distantes, el valor
de una mercancía y su demanda. Pensemos en los frigoríficos, que hay de diez
clases y calidades distintas, y diez precios distintos. Imaginemos que la
demanda total en un año de frigoríficos sea de un millón de unidades y que el
precio total de dichos frigoríficos sea de mil millones de euros. ¿Qué es la
demanda de frigoríficos de acuerdo con los conceptos de Marx? La cantidad de
trabajo social que en un año los consumidores demandan que se gaste en un
millón de frigoríficos. La demanda de un bien no es lo contrario del valor,
sino su manifestación social en el mercado. De manera que cuando la demanda de
frigoríficos aumenta, aumentará la cantidad de trabajo que la sociedad dedica a
producir este bien. Así que el supuesto error del que habla el señor Rallo no
existe.
Error 2. Aunque el factor trabajo fuera el único
factor productivo y el coste marginal fuera constante, no se intercambiarán en
plano de igualdad 100 horas de trabajo arriesgado que 100 horas de trabajo no
arriesgado. Las primeras horas de trabajo lograrán sistemáticamente un mayor
valor de cambio que las segundas (plusvalía).
Aclaremos primero que Marx no dice en lado alguno
que el factor trabajo sea el único factor productivo. Marx sabe con absoluta
claridad que el suelo, las maquinarias y las instalaciones son igualmente
factores productivos. En segundo lugar, hemos de aclarar que Marx distingue el
trabajo, que en rigor es el proceso de trabajo, de la fuerza de trabajo, que es
el conjunto de capacidades y habilidades que se dan en el trabajador y trabajadora.
Lo que dice Marx es que la fuerza de trabajo es el único factor que crea valor.
Y es obvio que en la creación del valor nuevo también está presente el valor
viejo, el que existe en la materia prima, en las maquinarias y en las
instalaciones.
Quien haya leído la Crítica al programa de Gotha sabrá
que el principio que rige en el socialismo, donde todavía impera la ley del
valor es “a cada cual según su trabajo”. Luego, de acuerdo con Marx, un trabajo
con mayor riesgo debe ser mejor pagado que un trabajo con poco riesgo. Así que
lo que afirma el señor Rallo sobre Marx no es cierto.
Lo curioso, tal vez anecdótico, en el pensamiento de
Rallo es que llama plusvalía a la diferencia de ingreso entre el salario de una
empleada cualificada y otra empleada no cualificada. Uso del concepto de
plusvalía totalmente desafortunado y carente de sentido.
Error 3. Aunque el factor trabajo fuera el único
factor productivo y el coste marginal fuera constante, no se intercambiará en
plano de igualdad las horas de trabajo presentes por las horas de trabajo
futura.
Me pregunto dónde demontres habrá leído el señor
Rallo que Marx considera que el valor de un bien o servicio se mantiene
constante durante el tiempo. El valor de los bienes y servicios, debido en lo
fundamental al desarrollo de las fuerzas productivas, no cesa de cambiar. Es
más, el valor actual que puede tener un bien puede disminuir su valor por causa
de la competencia. Supongamos que una persona tiene 100 máquinas para producir
panes con un precio cada una de 1000 euros. Supongamos ahora que por un cambio
tecnológico aparece en el mercado una máquina que cubre el mismo fin
productivo, pero al precio de 500 euros. Automáticamente las 100 máquinas que
tenían un valor por unidad de 1000 euros, valen ahora 500 euros la unidad. Y
esto es lo que afirma Marx. El valor tiene naturaleza social, no individual.
Así que lo que dice el señor Rallo no es cierto.
Error 4. Aunque el factor trabajo fuera el único factor
productivo y el coste marginal fuera constante, dedicar 100 horas a producir
mercancías sin valores de uso (o con pobres valores de uso) sería desperdiciar
100 horas. Las horas de trabajo bien informadas se venderán sistemáticamente a
un mayor valor de cambio que las horas de trabajo malinformadas.
Haría bien el señor Rallo en leer primero a Marx de
primera mano para después elaborar su crítica, puesto que lo que supone Rallo
que ha afirmado Marx no es cierto. Además, no es riguroso combinar conceptos de
la teoría convencional sobre las mercancías con conceptos marxistas, si
previamente no se definen con claridad y distinción tanto unos como otros. Suponer
que Marx afirmó que se producían mercancías sin valor de uso es contrario a la
verdad. Me limitaré a transcribir lo que dijo Marx a este respecto en la
sección dedicada al proceso de intercambio. Después de afirmar que el dinero se
encuentra en el bolsillo del comprador, Marx dice lo siguiente: “Para sacarlo, la
mercancía tiene que ser ante todo valor de uso para el poseedor de
dinero, o sea, el trabajo gastado en ella tiene que haberse gastado en
forma socialmente útil o confirmarse como eslabón de la división social del
trabajo”. Así que no sabemos de dónde extrajo el señor Rallo la idea de que
Marx supuso que se podían vender mercancías sin valor de uso.
Error 5. En suma, ni siquiera en un mundo
monofactorial y con costes marginales constantes, las horas de trabajo
socialmente necesarias para producir una mercancía (sus valores) determinarán
sus valores de cambio. Valor no se cambia por valor. Habrá horas de trabajo
(homogéneas en complejidad) que se venderán sistemáticamente más caras que
otras. No hace que haya capitalistas para que haya plusvalías.
Aquí Ramallo repite de forma resumida lo afirmado en
los supuestos cuatro errores anteriores de Marx. Me basta con precisar algunas
cosas. En ningún lado Marx afirma que el valor de una mercancía determina su
valor de cambio, lo que afirma es que el valor de cambio es la expresión del
valor. Tampoco afirma que se cambia valor por valor, sino que se supone que las
dos mercancías que se intercambian son valores de uso distintos. Nadie va al
mercado a comprar valores, va a comprar los valores de uso que necesita. Y eso
lo tiene claro Marx y toda persona que tenga dos dedos de frente. Y que hay
horas de trabajo que se pagan más caras que otras también es una idea que tenía
muy clara Marx. Ya hablé de la Crítica al Programa de Gotha
anteriormente y aclaré este pormenor.
Error 6. El factor trabajo no es el único factor
productivo capaz de generar nuevo valor.
He leído varias veces los argumentos de Juan Ramón
Rallo sobre este supuesto error número seis de Marx, pero, francamente, no
tengo manera de entenderlo. Además, lo que afirma Marx es que la fuerza de
trabajo es la única que genera valor. La distinción entre valor viejo y valor
nuevo se refiere a lo siguiente: uno, mediante el trabajo útil (no mediante el
trabajo abstracto) la trabajadora transfiera el valor de los medios de
producción al producto final, y dos, en su condición de gasto de fuerza de
trabajo sin tener en cuenta la forma de su gasto, la trabajadora crea nuevo
valor. Pero todo esto lo ignora el señor Rallo. De ahí que su crítica a este
sexto error de Marx sea un enredo.
Error 7. En un mundo multifactorial, los otros
factores productivos complementarios serán remunerados por su aportación
relativa al proceso productivo (por sus productividades marginales).
En la crítica a este error, el señor Rallo empieza
haciendo la siguiente afirmación: “Si a efectos prácticos no es solo el factor
trabajo el que contribuye a producir mercancías -sino que el factor trabajo se
complementan con otros factores que son más que trabajo abstracto
cristalizado-, entonces nos encontramos en un mundo multifactorial, esto
es, un mundo donde los factores productivos se complementan para fabricar
mercancías”. En este tipo de ideas se
pone de manifiesto lo absurdo de la crítica del señor Rallo. Si el señor Rallo
hubiera leído, aunque solo fuera el primer tomo del primer libro de El
Capital, editado por AKAL, sabría que Marx dedica una sección a explicar el
proceso de trabajo, donde se expone de modo práctico cómo se combinan o
complementan los medios de producción y la fuerza de trabajo para producir
valores de uso; y otra sección a explicar el proceso de valorización.
Y cuando Juan Ramón Rallo habla de que los otros
factores productivos que no son la fuerza de trabajo deben ser remunerados,
solo nos está diciendo que los dueños del capital tienen derecho a cobrar
dividendos. Pero en ningún momento el señor Rallo nos explica cómo se genera el
valor. Así que poco hay que discutir.
Error 8. No toda mejora en la productividad es atribuible
al trabajo, dado que el tiempo de trabajo socialmente necesario para fabricar
una mercancía depende del contexto institucional y económico en el que se halle
el trabajador… y parte de ese contexto depende de las decisiones de inversión
que adopta el capitalista.
Aquí vuelve a ponerse de manifiesto que Juan Ramón
Rallo no ha leído El Capital. El señor Rallo supone que Marx atribuía la
mejora en la productividad en exclusividad al trabajo, pero eso no es cierto.
Solo leyendo hasta la página 7 de El Capital, el señor Rallo sabría que
en esa página 7 Marx dice lo siguiente sobre la fuerza productiva del trabajo:
“Por tanto, la magnitud de valor de una mercancía se mantendría constante si
fuese constante el tiempo de trabajo requerido para su producción.
Pero este último (el tiempo de trabajo requerido
para su producción) viene determinado por múltiples circunstancias, y,
entre otras, una, por el grado medio de destreza de los trabajadores, dos, por
el grado de desarrollo de la ciencia y de su aplicación tecnológica, tres, por
la combinación social del proceso de producción, cuatro, por la amplitud y
eficacia de los medios de producción, y cinco, por las condiciones naturales”.
En suma, de un total de cinco circunstancias que determinan la fuerza productiva
del trabajo, solo a una Marx la atribuye al trabajador, mientras que las cuatro
restantes se la atribuye a factores que no son el trabajador. No sé qué opinará
el lector. Pero la falta de rigor y honestidad intelectual del señor Rallo
clama al cielo.
Error 9. El capitalista no explota al trabajador,
sino que únicamente actúa como un agente especializado en tres campos: a)
dirigir la fuerza de trabajo hacia la creación de valores de uso; b) ahorrar
parte de sus ingresos para reinvertirlos en la creación de medios de producción
complementarios al factor trabajo; c) centralizar en su patrimonio los riesgos
de equivocarse en a) y b).
Con respecto al apartado a), aclaro lo siguiente. El
señor Rallo debería saber que desde que surgieron las sociedades anónimas la
propiedad se separó de la gestión. No debería hablar como si ser empresario o
gestor fuera lo mismo que ser capitalista. Empresario o gestor es una función
del trabajo, y capitalista es una función de la propiedad. El gestor o
empresario percibe un salario que habitualmente es más alto que la del
trabajador medio, mientras que el capitalista percibe dividendos siempre que la
empresa en cuestión arroje beneficios. Así que el gestor o empresario forma
parte de la clase trabajadora. Otra cuestión es que los gestores ganen sueldos
desproporcionados y también que sean propietarios de acciones de la compañía
que gestionan.
Con respecto al apartado b), preciso lo siguiente.
Todo el mundo sabe que la parte de ahorros propios que el capitalista arriesga
en su negocio es notablemente menor que la facilitada por los bancos mediante
préstamos. Hoy día la economía basa gran parte de su actividad en el sistema de
crédito. Solo un dato: En diciembre de 2021 la deuda de las sociedades no
financieras españolas ascendía a 962 mil millones de euros, el 79,8 % del PIB.
Así que hablar como si el ahorro personal fuera la fuente principal de la
inversión capitalista es hablar como si estuviéramos al principio del
capitalismo y en contra de los datos que suministra la realidad. Ni en su
origen el capitalismo brotó de ese modo, hubo una acumulación originaria del
capital donde primó la violencia y el expolio. Lo mismo que ocurrió en la
transformación de la Rusia socialista en la Rusia capitalista: las empresas de
propiedad estatal fueran entregadas a precios de saldo a una minoría de
personas que se transformaron de la noche a la mañana en personas inmensamente
ricas.
Y con respecto al apartado c), afirmo lo siguiente.
Todo el mundo sabe que los “buenos” capitalistas protegen su patrimonio
personal frente a los vaivenes de la empresa de la que son propietarios. De
manera que, si la empresa entra en quiebra técnica, su patrimonio personal estará
a salvo.
Error 10. Si el capitalista no actuara como agente
especializado en esos tres campos, tales tareas tendrían que desempeñarlas cada
trabajador, soportando en sus carnes los consiguientes costes.
Esto no es más que la misma argumentación crítica
del supuesto error 9 de Marx. Así que nada he de añadir.
El mercado
Para aclarar cómo entienden los burgueses la
economía, les transcribiré un argumento de Saifedean Ammous en su libro
titulado El patrón Bitcoin. Después de suponer que un terremoto dañó una
mina de cobre en Chile que hizo subir los precios en un 6,2 por ciento por la
contracción de la oferta, el señor Ammous dice lo siguiente: “El propio
incremento del precio contiene toda la información relevante que se necesita
saber. Enseguida, todas las empresas que querían cobre tenían ahora un motivo
para comprar menor cantidad de ese metal, retrasar compras no necesarias
inmediatamente y encontrar sustitutos. Por otro lado, la subida del precio
ofrecía un incentivo para producir más cantidad a todas aquellas empresas
productoras de cobre de cualquier lugar del mundo, a fin de sacar partido del
incremento de precio”. Esto es lo que está sucediendo ahora mismo en el mundo
con el incremento de los precios de la energía y de las materias primas. Los
economistas burgueses creen que el mercado lo resuelve todo e idealizan lo que
supuestamente resuelve. La pregunta clave sería: Hasta que la oferta vuelva a
corresponder con la demanda, hasta que se vuelva al “mercado perfecto”, al
mercado equilibrado, ¿qué sucederá? La respuesta es clara: se destruye capital,
se destruye puestos de trabajo y una buena parte de los trabajadores de todo el
mundo se empobrecerán. Así que el mercado capitalista no funciona sino a base
de destruirse a sí mismo.
Descarte exigía para la ciencia pensamientos claros
y distintos. Pero el señor Rallo, como una buena parte de los economistas
burgueses, por una parte, no proporcionan ideas claras y distintas, sino ideas
oscuras y confusas, y, por otra parte, idealizan el mercado.
Antes de creer lo que te cuentan que "dice" El Capital, convine leerlo con mucho cuidado. Claro que eso lleva tiempo y esfuerzo.
ResponderEliminar¡Menudo ejemplar!
ResponderEliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Ram%C3%B3n_Rallo