El trabajo que hoy presento al lector interesa a
filósofos, semiólogos, lingüistas y seguidores del pensamiento de Marx. La
virtud intelectual de Hegel estriba en saber moverse con total soltura y rigor
por los derroteros del pensamiento abstracto. Hay un concepto motor en la
lección de hoy: la abstracción absoluta. Se trata de que algo pueda ser pensado
sin que percepción o representación alguna nos proporcione el objeto o la
situación objetiva a la que se refiere el pensamiento. Algunos podrían argumentar
que entonces nos encontraríamos, siguiendo a Kant, ante un pensamiento ciego.
Pero entonces eso tendríamos que decirlo del pensamiento matemático. Pensemos
en las series de Taylor o en cualquier cálculo de derivadas o de integrales. El
pensamiento en estos casos se mueve con total soltura, rigor y certeza sin que
la percepción o representación nos dé el objeto o situación objetiva de dichos
cálculos.
Escuchemos a Hegel en su Ciencia de la Lógica: “Si se hace abstracción de todas las
determinaciones, de toda la forma de algo, queda entonces la materia
indeterminada. La materia es un abstracto
en absoluto. (–no es posible ver,
tocar, etc., la materia –lo que se ve o se toca, es una determinada materia, es
decir una unión de la materia y la forma). Esta abstracción, de donde surge la
materia, no es, empero, solo un sustraer y eliminar extrínseco de la forma,
sino que la forma se reduce, por sí misma, como ya resultó, a esta simple
identidad.
Además la forma presupone una materia, con la que se
relaciona…Recíprocamente la forma es presupuesta por la materia”.
En principio y según el pensamiento corriente parece
que por un lado está la materia, que se presenta como el lado objetivo de la
cuestión, y por el otro lado está la forma, que reside en la mente del sujeto.
Así las cosas la materia y la forma se presentan como una relación extrínseca.
Pero las cosas ni en la realidad ni en el pensamiento son así. Pongamos un
ejemplo. Tenemos como punto de partida
un trozo de plastilina que la presentamos como materia y luego con
nuestras manos le damos la forma cilíndrica. Parece que las cosas transcurren
de acuerdo con el pensamiento corriente: materia y forma mantienen una relación
extrínseca. Pero hay un error en el punto de partida: cuando decimos que
tenemos un trozo de plastilina que presentamos como materia, en verdad ese
trozo de plastilina tiene una forma, por muy irregular que sea. No hay materia
en la existencia sensible que carezca de forma. Luego la materia es en términos
sensibles o de existencia objetiva inseparable de la forma. Lo que ha sucedido
en el ejemplo que hemos planteado es que la plastilina ha cambiado de forma: de
una forma irregular ha pasado a forma cilíndrica.
Podríamos pensar entonces que si bien la materia es
inseparable de la forma, no obstante, la forma si puede existir separada de la
materia, ya que la presuponemos existiendo en la imaginación o cerebro del
sujeto. Pero tampoco esto es cierto. Precisemos o veamos las cosas más de
cerca. Pensemos en la forma triángulo. Alguien podría decir que si con un
alambre de cobre hace un triángulo tendría así la forma triangular separada de
toda materia. Pero no es así: puesto que el alambre de cobre es materia. Diría
entonces que si con un bolígrafo dibujara un triángulo sobre un folio en
blanco, ahora sí tendría la forma triangular separada de la materia. Pero
volvería a equivocarse: puesto que la tinta también es materia. No hay modo en
la existencia sensible de separar la forma de la materia. Tampoco la
imaginación sensible podría concebir una forma sin materia, puesto que siempre
necesitaría del color.
Si bien en la práctica, en el conocimiento sensible,
es imposible separar la materia de la forma, en el conocimiento teórico, en el
reino del pensamiento abstracto, sí puede hacerse. Yo puedo pensar en la
materia sin forma y en la forma sin materia. Pero este pensamiento lo obtengo
en el primer caso haciendo abstracción de la forma en la materia, y en el
segundo caso haciendo abstracción de la materia en la forma, es decir, obtengo
este pensamiento no de modo inmediato sino por medio de un proceso de
abstracción. De ahí que Hegel afirmara
que sí hiciéramos abstracción de toda la forma de algo, quedaría entonces la
materia indeterminada. Y la materia así concebida sería un abstracto en
absoluto. De ahí también que nos advirtiera que esta materia así concebida,
abstraída de toda forma, no se pudiera ver ni tocar, lo que se puede ver y
tocar será siempre una determinada materia, es decir, una unión determinada de
la materia y la forma.
Lo importante en esta lección es saber que el
pensamiento por medio de abstracciones nos da objetos o situaciones objetivas
no en forma sensible sino en forma intelectiva. La clave después estriba en
saber mantenerse en la abstracción y no mezclarla con la existencia sensible,
esto es, no permitir que determinaciones perceptivas o representativas empañen
las esencias obtenidas mediante el pensamiento abstracto. Esto ocurre en el
ámbito de la crítica de la economía política entre los conceptos de valor de
uso y de valor, y en el ámbito de la semiótica y de la lingüista entre los
conceptos de significado y significante. Las propiedades exclusivamente
sociales, y el valor y el significado lo son, solo pueden ser captadas por el
pensamiento y no por la percepción o la representación. Esto no implica, por
supuesto, que el pensamiento abstracto constituya un reino independiente, sino
que su relación con las percepciones y representaciones esta mediada por muchos
pasos intermedios.
Interesante reflexión. Se me ha ocurrido pensar en el ámbito del pensamiento imaginativo, el ser humano es la forma, una forma perecedera, sin embargo la materia, la energía, no perece es la creadora del universo. Pero el ser humano no ve que es la forma y se identifica con él mismo como algo individual y no ve su esencia que es "Ser", materia viva en movimiento, materia indeterminada. Es como si fuera una ola del mar, no es capaz de ver la inmensidad del océano y se siente ola. Por medio de la abstracción, del intelecto, se da cuenta que hay algo más allá, que si su cuerpo es la forma y al abstraer esa forma queda lo indeterminado el "Ser" que él no puede ver, ni tocar, pero si intuir. Llega a la conclusión de que él mismo es el "Ser" a través de una forma.
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