La globalización
Vivimos en un mundo global, esto es, en un mundo altamente interdependiente. El mercado mundial, iniciado con el descubrimiento de América, está viviendo un imparable desarrollo. Mercado y división del trabajo son dos conceptos que se presuponen. Todos dependemos de todos. De manera que cualquier acontecimiento que se produzca en cualquier parte del mundo, mucho más con las dimensiones de este conflicto, se refleja en todas las naciones de la Tierra. Pero la UE y EEUU actúan como si ellos fueran los representantes del mundo global y quieren que todas las naciones del mundo se alineen con sus posiciones y sus concepciones. China e India, con su neutralidad, han impedido su egoísta pretensión. Lo que sucede es que la voz de China e India no se oye en Occidente, como tantas otras voces de un sinfín de naciones. Entre los países que votaron en contra de la resolución de la ONU de condenar la invasión rusa de Ucrania y los que se abstuvieron suman dieciséis. Pero como dije antes: en la UE y en EEUU las voces de esos dieciséis países no se oyen. Y un mundo global también debería suponer que en cada nación se oyeran las voces del resto del mundo. Pero sabemos que el mundo global está gobernado, en parte, por el poder financiero mundial, y en parte, por un puñado de empresas punteras, donde una buena parte de ellas reside en EEUU. El mundo global debe ser creado en todos sus ámbitos por todas las naciones de la Tierra y no solo por un grupo de ellas.
El mundo multipolar
El mundo bipolar, que dominó el mundo desde el final
de la segunda guerra mundial hasta aproximadamente 1980, significó que
cualquier conflicto que se producía en cualquier parte del mundo se reflejaba
como pugna entre EEUU y la URSS. Pero desde ese entonces el mundo se hizo
multipolar, aunque las inercias mentales hacen que una buena parte de los
líderes mundiales sigan concibiendo el mundo de forma bipolar. La invasión rusa
de Ucrania es un ejemplo de que vivimos en un mundo multipolar, no es un
conflicto, como quiere plantear EEUU y la UE, entre el Occidente civilizado y
la barbarie rusa. Un mundo multipolar significa presentar más atención a las
diferencias particulares de las dos naciones en guerra y menos a la
contradicción entre EEUU y Rusia. No me parece adecuado utilizar el concepto de
imperialismo como tampoco el concepto de derecho a la autodeterminación para
explicar lo que está sucediendo. La constitución arquetípica de los estados
nacionales pertenece al siglo XIX, pero hubo muchas naciones que se constituyeron
en estados soberanos en el siglo XX. Las fronteras nacionales en general tienen
un carácter contingente y han sufrido a lo largo de la historia muchas
modificaciones. Ucrania como estado independiente y soberano solo existe desde
1990. Es fruto de la disolución de la URSS. Y la posición de Ucrania con la
pretensión de ser avanzadilla de la OTAN y rompiendo los lazos históricos que
le han unido a la URSS han sido dos de los desencadenantes de la guerra.
Ucrania, como la mayoría de las naciones que vivían bajo la influencia
soviética, no se convirtió en un punto de encuentro y cooperación en los
ámbitos económico, político y cultural entre Rusia y la UE, sino todo lo
contrario, en una nación que arrinconaba y aislaba a Rusia. Según Pueblo en
Línea, “la ex congresista estadounidense Tulsi Gabbard indicó que la guerra
entre Rusia y Ucrania podría haberse evitado si Estados Unidos hubiera
prometido no permitir que Ucrania se uniera a la OTAN”.
Naciones y regiones económicas
Como dije antes, no nos encontramos en la época de
las revoluciones democrático burguesas y la constitución de Estados nacionales,
sino en la época de la regionalización de la economía. En todas las partes del
mundo, con mayor alcance en el sudeste asiático, distintas naciones han llegado
a acuerdos para crear espacios económicos comunes. No todas las
regionalizaciones económicas tienen que adoptar la forma acabada de la UE, pero
esa es la tendencia dominante. De ahí que cuando los países del Este europeo se
integran en la Unión Europea y en la OTAN, en la práctica las fronteras
regionales económicas, política y militares de la UE se han extendido.
Podríamos hablar en este caso en vez de estados nacionales de regiones
nacionales. Y el nacionalismo hoy imperante es el de las grandes regiones
económicas. Hablamos de soberanía de los Estados nacionales, pero una gran
parte de la soberanía existe como soberanía de las regiones económicas. Esta es
la razón por lo que no me parece adecuado hablar de imperialismo o de derecho
de autodeterminación de las naciones para explicar la invasión de Rusia de
Ucrania ni las tendencias dominantes en el mundo de hoy. Si consideramos que
EEUU, Rusia, China y la India, tanto por su extensión territorial como por su
valor económico, pueden ser consideradas como regiones económico nacionales, el
mundo de hoy está determinado por la rivalidad de la regiones económico
nacionales. Y la fuente del nacionalismo hoy día tiene ese carácter regional. Y
ese nacionalismo regional es el que en la actualidad domina la política de guerra de la UE y
EEUU con Rusia.
Hegemonía
Desde que se desencadenó la guerra entre Rusia y
Ucrania algunos analistas e ideólogos capitalistas se han congratulado del
fortalecimiento de la alianza entre EEUU y la UE en el ámbito militar. Pero
esto es un mal enfoque. Hasta el propio Zelenski hablaba de que Occidente
estaba interesada en debilitar a Rusia, aunque Ucrania desapareciera. EEUU
busca fortalecer la hegemonía en la Unión Europea, pero los intereses regional
nacionales de la UE pasan por tener autonomía e independencia frente a EEUU. La
Unión Europea no puede seguir dominada por la herencia de la segunda guerra
mundial y por el mundo bipolar que vino después. El hecho de que Alemania
quiera aumentar su gasto militar es buena noticia si con ello se pretende
fortalecer la independencia de la UE respecto de EEUU. Pero EEUU busca, y lo
hace desde hace décadas, debilitar a Rusia, debilitar su alianza con China y acabar
con un futuro de relaciones de cooperación económica y ayuda mutua de la UE y
Rusia. Yo soy más partidario de hablar de luchas por las hegemonías que hablar
de imperialismo, incluso en el caso de EEUU. No nos encontramos en la época
donde un puñado de naciones ricas se repartían el planeta.
El terror y el horror de la guerra
La invasión de Rusia de Ucrania nos está mostrando
unas imágenes de terror y horror extremadamente duras. Pero esto sucede con
todas las guerras. Este terror y horror que genera toda guerra fue notablemente
mayor en la guerra contra Irak y en la guerra de Afganistán. También este
horror y terror lo encontramos en la guerra en Siria, en la guerra contra el
Estado Islámico, y en el conflicto entre Israel y Palestina. La única
diferencia está en cómo se informa en la UE de estos conflictos. Los medios de
comunicación de la UE emplean una enorme carga informativa sobre la guerra en
Ucrania y ponen muchos ejemplos particulares del horror y del terror de la
guerra, mientras que de la guerra en Irak la carga informativa era notablemente
menor y la información tenía un carácter muy general en lo que afectaba al
sufrimiento de civiles. Bajo el punto de vista puramente humano el régimen de
Putin debe ser señalado como el mayor mal del mundo, pero es que EEUU y la UE
deberían ser igualmente señalados como el mayor mal del mundo si solo
consideramos su responsabilidad en la guerra de Irak. No hay nación del mundo
que no tenga las manos manchadas de sangre en su constitución histórica. Pero
si consideramos los últimos 100 años de historia, EEUU y la UE están a la
cabeza en esta materia. Resulta también del todo un sinsentido que EEUU se
presente como el principal garante de la paz y de la defensa de los derechos
humanos, cuando representa el 40 por ciento del gasto militar mundial y dispone
de 250 bases militares fuera de su país.
Estado y mercado
Desde que se inició la guerra, la UE y EEUU, también
Japón y algunas naciones más, han tomado medidas económico estatales: exclusión
de Rusia de la red internacional de pagos, conocida como SWIFT, e
inmovilización de los activos del Banco Central ruso. No han dudado en emplear
la economía estatal para castigar a Rusia por su política de guerra, y no hemos
oído voz alguna de políticos liberales argumentando que esas medidas van
contra la libertad de mercado. Pero si les pidiéramos a la UE y EEUU que
empleen la economía estatal para intervenir el mercado de la vivienda, el
mercado energético, el mercado farmacéutico, el mercado de la alimentación, el
mercado de los medios de comunicación de masas, y otros mercados más, con el
fin de mejorar la vida de las grandes mayorías sociales, los políticos
liberales, de derecha y de izquierda, nos dirán que no, puesto que atentan
contra la libertad de mercado. De manera que aquí se demuestra que lo que manda
son los intereses y valores del sistema capitalista y no el bienestar de las
personas. Y hay una enorme hipocresía ideológica y política a la hora de
decidir qué valores económicos y sociales son los importantes para las
“democracias” y cuándo deben emplearse y cuándo no.
La libertad de expresión
La libertad de expresión, si fuera verdadera, debería
ser plena y reflejar distintos pareceres y concepciones. Pero la UE y EEUU han
cortado las emisiones de las cadenas informativas de Rusia: Rusia Today y
Sputnik. La causa: que servían para hacer propaganda de los intereses militaristas
del régimen de Putin y porque eran medios para emitir noticias falsas. Pero no
hay un solo día en que la UE y EEUU no hagan propaganda de sus propios valores
y concepción del mundo a través de sus infinitos medios de comunicación e
información. Y en lo que afecta a noticias falsas, todos sabemos que la invasión
de Irak se basó en información falsa. Y todos los que vivimos en España, y es
solo un ejemplo de los países “democráticos”, sabemos que los políticos y
medios de comunicación propagan un sinfín de informaciones e ideas falsas todos
los días. Luego la prohibición de suspender las emisiones de las cadenas
informativas de Rusia nada tienen que ver con la libertad de expresión.
Sencillamente es un terreno más donde la UE y EEUU mantienen la lucha por la
hegemonía contra Rusia. Este hecho pone de manifiesto que la libertad de
expresión es la libertad de expresión de una minoría de pueblos del mundo y un
mecanismo ideológico puesto al servicio de los intereses geoestratégicos de la
UE y EEUU.
La economía
Todos sabemos que detrás de todas las guerras están
los intereses económicos. Y también sabemos que los grandes capitalistas, con
todas sus ramificaciones e instrumentos, aprovechan cualquier crisis para
enriquecerse. Y esta guerra está siendo aprovechadas para que, como siempre,
unos pocos puedan enriquecerse aún más de lo que están. Y todas las medidas que
han tomado la UE y EEUU contra Rusia, la han hecho sin tener en cuenta los
enormes perjuicios económicos ocasionados a todas las naciones que mantienen
relaciones económicas con la URSS y que no son la UE ni EEUU. Estas dos
regiones económicas no son el centro del mundo ni deben dictar al mundo cuando una
guerra es justa y cuando no lo es. Todos estamos a favor de que la guerra acabe
y que Rusia no aumente sus fronteras nacionales, pero para ello la UE y EEUU
deben tomar medidas que mejoren las relaciones económicas, políticas y
militares con Rusia. Todas las naciones tienen su dignidad, y en el caso de las
grandes naciones, y Rusia lo es, su dignidad es aún mayor. Pero la UE y EEUU no la respetan, sino la
denigran. La guerra pueda acabar, pero para ello EEUU y la UE tienen que crean
puntos de encuentro y cooperación con Rusia, y no arrinconarla, asfixiarla y
socavar su dignidad nacional. La UE
necesita de Rusia y Rusia necesita de la UE. Es impensable que ambas regiones
económicas lleguen a tener un exitoso futuro económico y cultural sin
cooperación y respeto mutuo.
Tan fácil de explicar y tan difícil de difundir.
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