Convoco a una reunión a tres personas. Les comunico con antelación que en la reunión hablaremos de la pandemia Covid 19. En el inicio de la reunión les comunico un dato: en España han muerto por la Covid 90.000 personas, en Europa 1.500.000 personas, y en el mundo cerca de cinco millones de personas. Les pregunto: ¿qué sienten? Yo les adelanto la respuesta: Nada. Uno de ellos me quiere poner reparos, pero no lo dejo hablar. Le digo: no te estoy preguntando qué piensas, sino qué sientes. Les pregunto ahora: ¿Por qué ustedes y yo mismo no sentimos nada? Porque hemos tenido la suerte de que ningún familiar o persona cercana ha muerto por esa causa. En nuestro caso, la esencia del problema está separada de la existencia. Ser consciente de la esencia de un hecho es un asunto del pensamiento conceptual, mientras que ser consciente de la existencia de un hecho es un asunto de la percepción sensible. La esencia de un hecho la captamos en el ámbito de lo general, mientras que la existencia de un hecho la captamos en el ámbito de la particularidad. ¿Cuál es la esencia de lo que hablamos? Hay dos esencias: una cuantitativa, el número de muertos, y otra cualitativa: estar muerto. Si tenemos dudas acerca de lo que es estar muerto, lo buscamos en el diccionario y obtendremos una respuesta general pero suficiente de los que es estar muerto. Así que nuestra percepción de los muertos por la Covid 19 es una percepción abstracta. Y es abstracta porque nuestra percepción está separada de la vivencia de ese hecho. Tal vez una persona con una alta sensibilidad y una conciencia muy profunda pueda sentir la gravedad del hecho y superar los límites de su percepción abstracta. Pero esto se produce en muy contados casos, y habría que explicar las razones por las cuales esa persona en cuestión está dotada de esa especial sensibilidad y de esa especial conciencia.
Hablemos ahora de los sanitarios y sanitarias que
han vivido esa experiencia en primera persona. Han vivido cómo han muerto
decenas de pacientes, han vivido el dolor y el llanto de los familiares de las
víctimas, y han vivido sin apenas descanso la desesperación, la tensión y la
impotencia de no poder hacer más de lo que han hecho. Muchos de ellos, después
de esa experiencia, han sufrido depresión o les ha quedado una huella de
tristeza para siempre. Para estas personas las cifras de los muertos por la
Covid están estrechamente vinculados con sus vivencias particulares. En estas
personas están estrechamente vinculadas la existencia del hecho con su esencia.
En estos casos hablaremos de percepción concreta.
De manera que hablaremos de percepción concreta de
un hecho cuando la esencia del hecho está unido a su existencia, cuando la
vivencia del hecho está unido a la percepción del hecho. Y hablaremos de
percepción abstracta cuando la esencia del hecho está separada de su
existencia, cuando la vivencia del hecho está separada de su percepción. También
podemos plantear esta contradicción en los siguientes términos. Cuando la esencia
de un hecho está estrechamente vinculada con su existencia, la percepción es
fundamentalmente sensible y poco mental. Por el contrario, cuando la esencia de
un hecho está separada de su existencia, la percepción es fundamentalmente
mental y poco sensible. Otro añadido más: cuando la percepción está
dominantemente mediada por los conceptos, nos encontramos ante una percepción
preferentemente mental; mientras que cuando la percepción está dominantemente
mediada por la experiencia, nos encontraremos ante una percepción
preferentemente sensible.
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