Vaya por delante que la conciencia ideológico política no ocupa toda la conciencia. Hay personas a las que les ocupa mucho y hay personas a las que les ocupa poco. Pero de todas las formas de la conciencia, en las sociedades de la Unión Europea la conciencia ideológico política es la principal. Incluso las personas religiosas tienen su conciencia religiosa teñida de ideología política, en especial en todo lo que afecta a la interrupción voluntaria del embarazo y a la orientación sexual. Además, las principales autoridades religiosas están muy cerca por intereses ideológicos a las personalidades, sean hombres o mujeres, más ricas y poderosas del mundo. Es una minoría de personalidades religiosas la que está cerca de las personas más desfavorecidas. Así que las instituciones religiosas son fuerzas políticas que actúan en el ámbito de la política. Las ideologías puras, tanto las de izquierda como las de la derecha, hace tiempo que dejaron de existir.
Mi experiencia me dice
que hay personas que siendo en términos ideológico políticos de derecha, son
culturalmente de izquierda. Mientras que hay personas que siendo en términos
ideológico políticos de izquierda, son culturalmente de derechas. El caso Koldo
y Ábalos es un ejemplo de personas culturalmente de derechas, aunque en
términos ideológico políticos sean de izquierda. En estos casos la ideología
política se presenta como un simple ropaje. La supuesta liquidación de las
ideologías no es más que el hecho de que la ideología es un simple ropaje.
Incluso la ideología religiosa es un simple ropaje. La inmensa mayoría de los
católicos de la Unión Europea viven muy alejados de los valores y práctica
social que representó en su época Jesucristo. Jesucristo murió por los hombres
y defendió la caridad y el amor al prójimo. Ese contenido ético religioso no
desempeña en la actualidad ningún papel y no es consustancial a la conciencia
de la mayoría de los católicos. Por eso, en el ámbito de la ideología de la
extrema derecha se pueden decir los disparates y sinsentidos que se quiera, y
así y todo ganar adeptos.
Es evidente que, si la
ideología de la extrema derecha está fortalecida y sigue fortaleciéndose en los
últimos decenios, esto se debe en parte a la debilidad e inconsecuencias de las
ideologías de izquierda. Volvamos al caso Ábalos. Las personas de izquierda deberían
caracterizarse por tener una gran vida interior donde primen los valores
espirituales. Pero para Ábalos ha sido todo lo contrario: es el dinero lo que
se ha convertido en su valor fundamental. Al igual que para todos los católicos
adinerados: su dios es el dinero. Y el dinero se cuela como valor por todas las
rendijas posibles.
Vivimos en una sociedad
de consumo. Y Paul Krugman afirmaba: tu gasto es mi ingreso. Pero hay personas
que teniendo un poder adquisitivo diez, gastan como si tuvieran un poder
adquisitivo cinco. Pueden ser personas de izquierda y a nivel macroeconómico se
presentan como keynesianos: el Estado debe gastar para estimular el crecimiento
y el pleno empleo. Pero en su vida particular se muestran como personas de
derecha: defienden la austeridad y son propensas a primar el ahorro sobre el
gasto. Sin darse cuenta el dinero va ocupando en su alma el papel fundamental y
todo, absolutamente todo, hasta el más pequeño gasto, lo cuantifican. Gastar
les duele y su alegría fundamental proviene de cómo sus ahorros crecen. Conocí
de cerca a una persona que ingresaba mensualmente 20.000 euros. Y me contó lo
siguiente: “El otro día fui a comer a un restaurante de Tejeda. En verdad que
me gustó y lo pasé bien. Pero como fui con mi hija y mi nieto, gasté 120 euros.
Como es de suponer eso solo lo haré dos o tres veces al año”. Aquí se ve cómo
el dinero se presenta fundamentalmente como control estricto del gasto y el
ahorro se convierte en el fin primordial. Este amigo todo lo expresaba en términos
de dinero, hasta el punto que usaba zapatos que compraba por 20 euros.
En suma, lo que quiero
mostrar es que en muchas ocasiones la ideología de izquierda es un simple
ropaje, puesto que en el interior de esas personas que visten ese ropaje anida
con fuerza la ideología de la derecha económica,
donde el dinero es el valor fundamental, el aumento del patrimonio en todas sus
vertientes es la política económica que reina en sus corazones, y la
práctica económica que los anima en su vida diaria está regida por un estricto
control del gasto y un aumento incesante del ahorro.
De Marx aprendí que toda
suma de dinero es limitada y siempre es susceptible de crecer más. Me resulta asombroso
cómo tantos deportistas de élite teniendo ya un patrimonio descomunal, hacen
publicidad para seguir aumentando sus ingresos. Hasta a los supermillonarios
todo lo que ganan les parece poco. El instinto del dinero, el crecimiento
ininterrumpido de la acumulación, se apodera del alma de todo el mundo, incluso
de aquellas personas que tienen un patrimonio moderado. Toda suma de dinero les
parece limitada. De ahí que el ahorro ininterrumpido sea su meta diaria. El
dinero se ha apoderado del espíritu universal del mundo y es el mal a abatir. El dinero es
signo de trabajo, pero la moderna economía ha hecho desaparecer este valor sígnico.
De ahí que el dinero sea la potencia principal de la corrupción del alma humana
y ciegue todos los sentidos, inclusos de aquellos que viven con un ropaje ideológico político de
izquierda.
La religión del capital
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