“Este “Yo”, no es un yo corpóreo, carnalmente engendrado por hombre y mujer, y que no necesita para existir de ninguna suerte de especulación; es un “Yo” espiritualmente engendrado por dos categorías, “idealismo” y “realismo”, una mera existencia discursiva”. Esta idea no es mía. Es de Marx.
¡Aviso importante! Hasta ahora cuando se pinchaba en las etiquetas no aparecían todos los trabajos publicados bajo dicha etiqueta. Ahora hay paginación y se puede acceder a todos los trabajos publicados. Otra cuestión: Soy Ingeniero Técnico y Licenciado en Filosofía, pero de forma general me considero un Investigador Independiente.
miércoles, 28 de mayo de 2003
Universidad de la Calle (6a)
Es cierto, como tú señalas, que la expresión ‘aspectos semióticos del hecho experimentado’ es equivalente a la expresión ‘clases de signos del hecho experimentado’.
Un paréntesis en la Universidad de la Calle
La cuestión clave planteada por Juan Magariños es, a mi juicio, la siguiente: ¿cuál es nuestra actitud ante las ciencias sociales, y más especialmente ante la Semiótica? Esta pregunte conserva todo su sentido ya concibamos la Semiótica como una ciencia social o la concibamos como una metodología que mejora la productividad del conocimiento proveniente de las ciencias sociales. A esta cuestión se añaden las dos cuestiones planteadas por Juan: una, la identificación rigurosa del fenómeno social cuyo significado investigamos, y dos, evaluación de la tecnología de la que disponemos para intervenir en el fenómeno social que investigamos y modificarlo.
Umberto Eco (1) - La producción de instrumentos de uso
Voy a someter a crítica unas ideas de Umberto Eco expuestas en su obra Tratado de Semiótica General, en la sección 0.8.2 bajo el título ‘La producción de instrumentos de uso’.
Sobre el origen del lenguaje
En varias ocasiones Elsa Drucaroff ha hablado de la importancia que tiene en su formación semiológica Valentin Voloshinov. Y como me ocurre siempre, se me abrió la curiosidad y me he hecho con un libro de dicho autor titulado “El marxismo y la filosofía del lenguaje”.
Sobre el estilo
1. Si puedes decir las cosas con cuatro palabras, no emplees veinte. No se explica mejor quien emplea el mayor número de palabras, sino quien escoge las más adecuadas y representativas. Quien te escucha siempre quiere ver lo que dices. De ahí que sea la representación de las cosas quien debe hacer gravitar a las palabras, y no al revés.
Signo y objeto semiótico (1)
1. Dices que no lograste captar si mi última intervención era una crítica o un comentario a las ideas de Magariños. El método que he empleado en mis dos últimas intervenciones ha sido el siguiente: situarme en la propia lógica interna de las ideas de Magariños y darle un poco de desarrollo. Aunque las ideas sean de Magariños trato de pensarlas por mí mismo, destacar lo que considero importante y limar aquello que considero erróneo. Con esto trato de evitar el discurso paralelo, esto es, moverme en un universo de discurso distinto al dominante en este foro.
Signo y objeto semiótico
Mi intervención de hoy, como la anterior, se inscribe en el apartado “1.2 Concepto y desarrollos de Semiótica general” del Archivo de Semioticians.
Semiótica visual (Alusión a Sonesson)
Iniciaré la exposición de este trabajo transcribiendo cuatro ideas de Sonesson que he tomado de un trabajo suyo titulado “De la retórica de la percepción a la retórica de la cultura”.
Semiótica del nudismo
Antes que nada quisiera decirte que no estás abusando de mi amabilidad. Aquí estamos para eso: para reflexionar. Todo lo contrario: te agradezco que hayas puesto sobre el tapete un tema para debatir, y más te agradezco que en los dos últimos mensajes hayas entrado en detalles y pormenores.
Algunas notas sobre semiología animal
1. Las definiciones que me solicitas, y que presentas como deficiencias de mi exposición, se encuentran en Reflexiones sobre Semiótica, publicadas en el Archivo Virtual de Semioticians. Allí elaboro el concepto de valor referencial o valor aparente y defino lo que es un modo de expresión, recurriendo al ejemplo de la manzana y del espejo. Este ejemplo lo empleé originariamente para explicar la Fenomenología de Husserl, en concreto para explicar la diferencia entre las dos clases de inmanencias: la inmanencia en el sentido de ingrediente y la inmanencia en el sentido de darse la cosa misma. Lo empleé después para explicar la concepción fenomenológica de Marx sobre el intercambio de mercancías. Y, por último, adquirió desarrollo propio en mis Reflexiones sobre Semiótica.
Reflexiones filosóficas-semiológicas
1. Los conceptos y su vigencia. Hay dos razones que obligan a cambiar los conceptos que uno tiene sobre un determinado objeto: una, que el objeto haya sufrido alguna modificación de orden cualitativo, y otra, que un nuevo análisis del objeto haya aportado aspectos nuevos no recogidos por el viejo concepto. Y como ninguna de estas dos razones se han producido, no veo la necesidad de cambiar los conceptos que he esgrimido en la Semiología del mundo animal.
Pequeña reflexión sobre el tiempo
Siento ser crítico. Pero para eso estamos aquí. Cuando empleas la expresión “a través del tiempo”, se pone de manifiesto que concibes el tiempo como si tuviera una existencia independiente de la materia. La concepción del tiempo como existencia independiente corresponde a la Física de Newton, mientras que la concepción del tiempo como propiedad no independiente de la materia corresponde a la Física de Einstein.
¿Qué es la filosofía?
Aquí cada cual arrima las ascuas a sus sardinas. Les transcribo una cita de Marx: “Allí (en Hegel) la realidad debe corresponder totalmente al pensamiento y ningún concepto debe carecer de realidad. Lo que debe decir es esto: la representación usual de la realidad debe cobrar por entero expresión filosófica”.
Percepción y mediación semiótica o qué es la mediación
En su mensaje del 29 de julio de 2003, que he estado leyendo durante estos dos últimos días, Juan Magariños dice lo siguiente: “todo conocimiento se adquiere de modo intermediado por alguna semiosis”. También he estado leyendo el libro de Umberto Eco “Kant y el ornitorrinco”, por recomendación de uno de los miembros del foro, y he visto que en su discurso son importantes los conceptos de percepción, semiosis y mediación. Creo que el concepto de mediación tiene una destacada circulación en los discursos semiológicos, pero no corresponde a la Semiótica sino a la Filosofía la elaboración de dicho concepto. No aseguro con ello que un semiólogo no pueda indagar de modo más profundo y certero en la naturaleza de la mediación que un filósofo, sino que su elaboración tiene carácter filosófico. La distinción entre sustancialismo y constructivismo, a la que a menudo se refiere Magariños, tiene también carácter filosófico, aunque sea establecida por un semiólogo. Al igual que tiene también un carácter filosófico su afirmación de que la semiosis media el conocimiento. Se lo he comentado en alguna ocasión a Juan Magariños, que algunos de sus discursos son muy filosóficos, esto es, ponen en movimiento bastantes categorías filosóficas. También le aclaro a Magariños que por gnoseología entiendo la ciencia del conocimiento, definición que está muy próxima a la que él propone de Semiótica: “estudio del proceso de producción del conocimiento”. Así, amigos míos, que entre la Semiótica y la Filosofía hay más intersección que la que pensábamos.
martes, 27 de mayo de 2003
Peirce -Las fotografías como signos icónicos
1. Aunque los conceptos elementales, primeros y básicos de la teoría semiótica de Peirce son ampliamente conocidos, con ello no se asegura que sean claros y estén bien fundamentados. Sólo basta recordar lo que pasó con los conceptos de espacio y de tiempo de Newton. Hasta una fecha determinada la gente los tenía por conceptos sólidos, inamovibles, después de la mano de Einstein se probó su falta de solidez y de claridad. Con este debate pretendo que entre todos aclaremos y fundamentemos el concepto de icono de Peirce. Pero para que seamos más concretos propongo que nuestro debate se centre sólo en una clase específica de iconos: las fotografías. De este modo, al seleccionar sólo un objeto de estudio, todos los miembros de este foro podrán formular sus propios juicios desde distintos puntos de vista y desde distintas esferas de saber.
Peirce (Icono o semejanza) (1)
1. Planteas que existe cierto riesgo en tomar una frase y tratar de extraer de ella razonamientos completos y más aún si la frase la escribió Peirce, cuyo pensamiento está en constante evolución.
viernes, 23 de mayo de 2003
Los objetos universales
Gracias por tu detallada respuesta. Coincido contigo en las categorías rectoras que empleas así como en tu alineamiento con Aristóteles. (Hay que advertir que este problema puede ser enfocado de diversos modos. Así Nieves y Miro hablan de la colonización de América como la universalización de las particularidades de Europa occidental. Es un ejemplo de cómo lo particular se transforma en universal. Al igual que las papas, que originariamente eran una particularidad de América, también se universalizaron: pasaron a ser consumidas en Europa. De manera que con respecto a este tema debemos mantener una mentalidad abierta a los diversos enfoques y modos de manifestación de lo universal)
Los nombres y sobrenombres
Leyendo a Borges observé que no llamaba al loco Hidalgo de la Mancha por su sobrenombre, Don Quijote, sino por su nombre de pila: Alonso Quijana. En principio puede parecer que este cambio de nombre no tiene transcendencia alguna, pues no modifica en lo más mínimo el ser social del hidalgo de la Mancha. Sin embargo, ese cambio de nombre si nos modifica la representación que nos hacemos de él. Pensemos en el cura y en el barbero: delante del ingenioso hidalgo lo llamaban Don Quijote, para que no entrara en cólera y arremetiera contra ellos; pero detrás de él, cuando no estaba presente, lo llamaban Alonso Quijana. Cuando lo llamaban Don Quijote se hacían partícipe de su locura, le seguían el juego y se metían en su mundo; y cuando lo llamaban Alonso Quijana se lo representaban como un hombre que se había vuelto rematadamente loco. Es obvio que aquí al menos el cambio de nombre de una persona determinada modifica la representación que tenemos de él.
2 de febrero de 2003.
La verdad
La verdad no existe. No es sustantivo ni sujeto. Lo que existe es la verdad de una teoría, de un pensamiento, de un decir. Pero el que una teoría sea verdadera o falsa no es un problema teórico, sino práctico. Es a la práctica, a la experiencia, a la que le corresponde dictaminar si nuestras apreciaciones sobre las posibilidades de la realidad son verdaderas o falsas. A la Lógica Formal no le interesa saber si una afirmación es verdadera o falsa, sólo le interesa saber que puede ser verdadera o falsa. En la lógica Formal una afirmación es verdadera o es falsa, no hay punto intermedio. Pero la experiencia de la vida nos enseña que cualquier teoría o pensamiento tiene componentes falsos y verdaderos, que entre lo verdadero y lo falso hay transiciones. ¿Hay alguna teoría que sea enteramente verdadera o enteramente falsa? Pues no, en toda teoría hay afirmaciones que son verdaderas y afirmaciones que son falsas. Por lo tanto, más que hablar de la verdad de una teoría, hablaremos de su grado de verdad. Una teoría estará más cerca o más lejos de la realidad, será más rica o más pobre en las esencias y detalles expuestos, será más profunda o más superficial, estará cargada de más razones que intuiciones o a la inversa, y así un sinfín de aspectos.
La percepción y la mediación
Por un parte, hay muchas clases de mediaciones, y por otra, las definiciones generales nunca dan mucho de sí. Así que lo mejor será poner un ejemplo concreto de percepción y sobre esa base plantear los distintos sentidos en que se puede entender el concepto de mediación.
La negación del significado
Dice José Luis en uno de sus últimos mensajes: “La negación o apartamiento del significado se manifiesta en ese deseo metonímico que hace que cuando pregunto lo que un significante significa, la respuesta es un nuevo significante. Y así sucesivamente. Fue eso lo que me hizo deshacerme para siempre de la manía de pedir definiciones, como si una definición nos diera algo más que un nuevo significante, pero jamás un significado”
La necesidad de la Filosofía
Nelson Tepedino habla de la que la crisis de la Filosofía está en la ciencia, en su notable desarrollo e impresionante aplicación tecnológica. Esta idea es confusa y nos lleva a errores de apreciación. Aunque Nelson nos habla de la ciencia, en realidad sólo se refiere a las ciencias naturales, se olvida por completo de las ciencias sociales, entre las que se incluye la Filosofía. La verdadera crisis del saber humano no se encuentra especialmente en la Filosofía, sino en todas las ciencias sociales. Las ciencias naturales han progresado muchísimo, pero las ciencias sociales sufren un estancamiento enorme. Y así nos va: en cualquier hogar podemos encontrar un potente ordenador, un prodigioso equipo de sonido, y en le garaje un impresionante coche. Pero las personas que habitan en esa casa son, en muchos casos, muy pobres de espíritu, y que no quieren pensar más allá de lo que les afecta de modo inmediato, esto es, quieren vivir enajenadas de los graves y terribles problemas sociales. La crisis que padece el saber humano, vuelvo y me repito, es la crisis de las ciencias sociales en su conjunto. Se dice que nadie toma en serio la Filosofía, pero otro tanto ocurre con la Sociología. Y debemos albergar muchísimas dudas acerca de la supuesta cientificidad de la Economía oficial, cuando es incapaz de solucionar el problema de la pobreza. Nos quieren confundir, y no lo debemos permitir.
La izquierda y la derecha
Se dice que la izquierda es la defensora de la propiedad pública mientras que la derecha lo es de la propiedad privada. Pero esto no es cierto. Todas las economías del mundo son mixtas. Y por muy de derechas que sea un partido, como puede ser el caso del Partido Popular en España, no transformará toda la economía pública en privada. La diferencia entre la izquierda y la derecha es puramente cuantitativa en este respecto. Ahora vivimos en una época de liberalización y una parte de la economía estatal se ha vuelto privada. Y esta liberalización, al menos en Europa, puede ser llevada a cabo tanto por un partido de derecha como por un partido de izquierda. Lo que le interesa ver a la izquierda es que es la propia economía capitalista, desde principios del siglo XX, quien se vio abocada a hacer público muchos sectores de la economía. Así que la propiedad estatal es un fruto del propio capitalismo y no un deseo de los socialistas.
La intersección de la Semiótica con otras esferas de saber
“Lo que comúnmente se denomina el problema del significado parece que concierne de igual manera, si no en un grado mayor, a la filosofía, la lógica y la psicología, y quizá también a disciplinas tales como la antropología y la sociología. Los filósofos, en particular, han prestado siempre una gran atención al significado desde el momento en que se encuentra necesariamente implicado en cuestiones filosóficas tan vitales y tan obviamente controvertibles como la naturaleza de la verdad, la situación de los conceptos universales, el problema del conocimiento y el análisis de la realidad”. (John Lyons, Introducción en la Lingüística Teórica, pag. 414. Teide 1979)
jueves, 22 de mayo de 2003
Imagen visual material, perceptual y mental
Juan Magariños suele señalar con reiteración la necesidad de que seamos rigurosos en nuestra actividad teórica, entendiendo aquí por riguroso que definamos previamente los conceptos que empleamos. Yo añado la necesidad de que seamos precisos en las distinciones que establecemos en los fenómenos que investigamos. En su último mensaje Paula Winkler señala, a propósito de la lógica entre el signo y el objeto semiótico, la necesidad de establecer tres distinciones claras: “1) La imagen material visual, la mesa que está colocada en el salón comedor, 2) la imagen perceptual, la que el interpretante percibe con sus sentidos, y 3) la imagen mental, la que archiva en su memoria”. Las reflexiones que expondré a continuación tendrán como objetivo optimizar la precisión de esas distinciones y el rigor en la nominación de los objetos conceptuales. Ese será mi propósito, otro será el resultado, que concordará en más o en menos con los propósitos, y otro será el acuerdo o desacuerdo de los demás con mis reflexiones.
Frederic Bastiac o la esencia del discurso liberal frente al sol socialista
“A LA CAMARA DE DIPUTADOS: Estamos sometidos a la competencia intolerable de un rival extranjero, que disfruta de unas instalaciones tan superiores para la producción de luz que puede inundar nuestro mercado nacional a un precio ínfimo. Este rival no es otro que el sol. Pedimos una ley que ordene cerrar todas las ventanas, aberturas y rendijas por las que suele penetrar la luz solar en nuestras viviendas y que perjudica a la lucrativa industria con que hemos dotado el país”.
(Esta cita de Frederic Bastiat la he tomado del capítulo 35, titulado La ventaja comparativa y el proteccionismo, del tratado de economía de Samuelson y Nordhaus)
¿Es Saussure un idealista o un realista ingenuo?
Aldo Mazzucchelli declara que Saussure es un idealista por tres razones. La primera razón la descubre Aldo en la siguiente afirmación de Saussure: antes de que exista el lenguaje, la mente no es más que una “masa amorfa e indistinta”. Saussure parte de la base de que el signo lingüístico está formado por dos elementos: ideas y sonidos, pensamiento y materia fónica. Una vez sentada esta base debemos preguntarnos: ¿en qué forma existían el pensamiento y la materia fónica antes de estar unidos? Y Saussure responde que el pensamiento era nebuloso e indistinto, y los sonidos, indeterminados. Sólo cuando se unen, sonidos y pensamiento quedan firmemente determinados. Creo que no es tan importante catalogar a Saussure de idealista, como plantear y tratar de responder a aquella pregunta: ¿en qué forma existían las ideas y los sonidos antes de estar unidos y constituir el signo lingüístico? De todos modos creo que esta concepción de Saussure tiene que ver más con la antigua teogonía que con el idealismo, donde se planteaba que al principio era el Caos (lo indeterminado) y que luego sobrevino el Orden y la Ley (lo determinado).
El valor de uso
Marx elaboró el concepto de valor de uso de dos modos. Primera elaboración: el valor de uso es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas. Segunda elaboración: cada una de estas cosas (el hierro, el papel, etcétera) es un conjunto de muchas propiedades y, por eso, puede ser útil en diversos aspectos. En todo concepto hay que distinguir dos aspectos: el objeto y el contenido. De modo que en el ámbito lingüístico hay que distinguir igualmente dos aspectos: el nombre del objeto del concepto y el sintagma que expresa el contenido del concepto. En nuestro caso el nombre del objeto del concepto es ‘valor de uso’ y las expresiones del contenido del concepto son dos: ‘cosa que por sus propiedades puede satisfacer necesidades humanas’ y ‘al ser cada cosa un conjunto de muchas propiedades, puede ser útil en diversos aspectos’.
El lenguaje en la vida animal
Los animales tienen que enfrentar dos luchas básicas en su vida: la lucha por los medios de subsistencia y la defensa frente a los depredadores. En el marco de la defensa frente a los depredadores, el mono cercopiteco ha desarrollado un elemental sistema de comunicación. Frente a un depredador aéreo el mono avizor emite una vocalización determinada; el resto de los monos sube a los árboles. Frente a un depredador aéreo el mono avizor emite otra vocalización determinada, tras la cual los monos restantes bajan de los árboles y se protegen entre los matorrales. Y frente a una serpiente, el mono avizor emite otra vocalización determinada, distinta a las dos anteriores, y tras la cual los monos restantes rodean a la serpiente y tratan de expulsarla valiéndose de ramas. La totalidad que aquí estudiamos es la defensa del mono cercopiteco frente a los depredadores, y uno de sus ingredientes, partes o momentos son las tres llamadas de alarma: la del depredador terrestre, la del depredador aéreo y el siseo de serpiente.
miércoles, 21 de mayo de 2003
El influjo del signo en la propiedad
(Las ideas que expondré a continuación están tomadas, con leves modificaciones, de la obra de G.W.F. Hegel titulada Principios de la Filosofía del Derecho)
Partimos de la base de que la Tierra en su origen tenía la condición negativa de no ser propiedad de nadie. A continuación establecemos la premisa de que el hombre en tanto voluntad libre tiene el derecho de apropiarse de cualquier cosa. Pero para que exista la propiedad no basta con que una persona diga que una cosa es suya, es necesario además que tome posesión de ella, único modo en que su voluntad será reconocible por los otros. Expresado en términos semióticos lo diremos así: si digo que algo es mío, le estoy dando a ese algo el predicado de que es mío. Pero ese predicado no aparece en ese algo de forma objetiva, y por lo tanto no resulta reconocible por los otros. De ahí que además del acto de voluntad de que algo es mío, sea necesaria la toma de posesión de ese algo, haciendo así objetivo aquel predicado.
El exceso como signo
Hay obras de arte que tienen precios astronómicos. La economía convencional explica estos precios diciendo que sus compradores así lo han valorado. Las razones subjetivas que explican este comportamiento no son importantes ni decisivas. Lo cierto es que esas obras de arte adquieren esos precios desorbitados porque sus compradores lo quieren así. Pero antes de que los compradores lo quieran así, sería conveniente preguntarse si pueden comprarlas. Y si pueden, será porque tienen grandes excedentes monetarios. Dicho de forma popular: les sobra el dinero. Los grandes excedentes monetarios son signos de que sus poseedores pertenecen a la clase de los grandes ricos. Y los precios desorbitados que adquieren ciertas obras de arte sólo se explican porque hay compradores con grandes excedentes monetarios. Y como con estos excedentes monetarios se compran dichas obras de arte, éstas se convierten en signo de que sus poseedores pertenecen a la clase de los grandes ricos.
El estudio de lo elemental
Te agradezco la cordialidad y la mesura con que siempre respondes a mis mensajes. Aunque en tu última respuesta no has podido evitar un cierto enfado, manifiesto cuando dices que yo te acuso de coquetear con el idealismo. Puesto que afirmar y acusar no es lo mismo. No obstante, salvando estas diferencias insignificantes, quisiera aclarar algunas cosas elementales del saber filosófico.
Aunque los números fueron creados hace más de dos mil años, su esencia vino a aclararse a principios del siglo XX de la mano de Gotlob Frege. Pero no sólo es eso, aunque los números sean ciertamente muy viejos, no podemos prescindir de ellos en nuestra vida diaria. Sabes, además, que el conocimiento de los números y sus operaciones básicas sigue siendo un saber tan necesario como hace siglos. No todo lo viejo desaparece. Dicho de otra manera: lo nuevo se edifica sobre lo viejo y conserva parte de lo viejo. Igual sucede con Pavlov y su estudio de la actividad nerviosa superior. Aunque las ciencias del comportamiento hayan avanzado muchísimo, no por ello podemos prescindir del conocimiento de la fisiología del cerebro aportado por Pavlov. Me aconsejas que cuando me canse de leer a Pavlov, lea a pensadores modernos. Yo no vivo esa contradicción como la existente entre el conocimiento viejo y el conocimiento moderno, sino como la existente entre el conocimiento de las cosas elementales y la ignorancia sobre esas cosas elementales, que domina muchísimo en el pensamiento moderno. Igual sucede en el terreno de la Filosofía: hay muchos filósofos modernos que se dedican al estudio de las formas de conciencia más complejas, como puede ser el lenguaje humano, sin dominio riguroso de los problemas básicos de la filosofía y de la fisiología. Al igual que hay muchos semiólogos dedicados a estudiar la semiología del dinero sin conocimientos básicos de economía. Hay mucha apariencia de saber en muchos pensadores modernos, y mucho intento de ser originales, pero no dejan de ser unos especuladores que ignoran y desprecian el conocimiento de las cosas elementales. Es esta clase de pensadores quienes convierten los conceptos de materialismo e idealismo en palabras que no tienen firmemente fijado su sentido, pudiendo ser empleados de las formas más arbitrarias posibles.
Cuba y su revolución
Los principios y la pena de muerte. No cabe duda que los principios son muy importantes en nuestra vida ética. Guían nuestra conducta y nuestras actuaciones. Pero nunca deberían determinar nuestras decisiones. (Esto es lo que les ha sucedido a Saramago, Sergio Ramírez y Galeano: han tomado la decisión de condenar al Gobierno cubano porque están por principio en contra de la pena de muerte.) Pero lo cierto es que las decisiones deben tomarse sobre la base de una evaluación rigurosa de los hechos y de la correlación de fuerzas. No estoy por principio en contra de la pena de muerte, pero si desearía que la pena de muerte no existiera. Creo que algunos intelectuales convierten sus deseos en principios; y esto es un grave error. Es mucho más riguroso explicar la necesidad y las causas que mueven a un Estado a aplicar la pena de muerte, como puede ser incluso el caso de los propios Estados Unidos, que expresar nuestro deseo de que no exista la pena de muerte como principio ético. Puesto que es en el pueblo donde reside la soberanía y no en los intelectuales.
martes, 20 de mayo de 2003
Teoría del valor de Marx
PROLOGO
Este trabajo interesa a todos aquellos investigadores que hacen uso, por una parte, de los conceptos de forma y de valor, y por otra parte, de la distinción filosófica entre esencia y fenómeno. Así que creo que interesará a economistas, sociólogos, filósofos, lingüistas y semiólogos. También será de mucho interés para todas aquellas personas dedicadas a la defensa de los intereses de los trabajadores y a propagar la necesidad del socialismo. Y será de interés igualmente para todas aquellas personas que quieran conocer el pensamiento de Marx en origen, cuya riqueza en contenidos conceptuales y en formas categoriales no tiene parangón. Este trabajo se compone de dos secciones: en la primera se expone la transformación de la mercancía en dinero, esto es, la teoría del valor de Marx, y en la segunda, una crítica a los detractores de Marx. Para las personas inquietas, las que desde el principio quieren saber cuál es el sentido, el estilo y el modo de este trabajo, les recomiendo que lean, en la segunda sección, el artículo titulado: ¿Es Marx metafísico o científico? Pero para comprender a ciencia cierta toda la parte crítica, es necesario leer previamente la primera sección. Es imposible entender la crítica a Baudrillard sin conocer la primera sección.