David Bohm en su libro La totalidad y el orden implicado dice lo siguiente: “Luego,
podemos muy bien decir que una teoría es, en primer lugar, una manera de
formarse una idea, es decir, una manera de mirar el mundo, y no una forma de
conocimiento de lo que es el mundo”.
David Bohm fue un destacado físico cuántico y que
según dicen hizo importantes contribuciones en epistemología y neuropsicología.
Yo discrepo. Los físicos son especialistas en fenómenos físicos. Y en los fenómenos
físicos el ser humano en tanto ser humano no está presente. David Bohm no es un
especialista en el estudio de fenómenos sociales, en especial en fenómenos
económicos. Y tampoco es un especialista en psicología del conocimiento. De ahí
que sus reflexiones epistemológicas y psicológicas adolezcan de muchas
deficiencias. La filosofía de Marx es tan impactante y tiene tanta influencia
social justamente porque Marx fue un gran especialista en el estudio de los
fenómenos económicos sociales.
He leído además en Youtube las conversaciones entre
David Bohm y Krishnamurti y me parecen
muy vacías e intuitivas. Entiendo por intuición la aproximación a tientas al
objeto del conocimiento. No definen ninguna de las categorías que emplean: el
yo, la conciencia, la mente, el cerebro, la imagen, y un largo etcétera. Hacen
afirmaciones como que la mente es universal sin explicar que entienden aquí por
universal, si se refieren al universal como universal abstracto o universal
concreto. Además no plantean el problema como se debe plantear, esto es, como
la contradicción entre lo particular y lo universal, entre la sensación y el
concepto, entre la práctica y la teoría, sino como si lo universal tuviera una
entidad propia separada de lo particular. No cesan de hablar de forma abstracta
y mística. No hablan para nada de la determinación social e histórica de la
conciencia. Al escucharlos siento un enorme vacío y no veo el mundo real: no
veo los migrantes llegar en sus pateras a Occidente y morir ahogados entre los
llantos de sus familiares. Solo veo categorías que se mueven alrededor de un yo
individual que lucha desde su interior por ser feliz en cualquier clase de
mundo sin ningún interés social por cambiarlo.
Analicemos detalladamente la cita que encabeza este
trabajo. Dice David Bohm que una teoría es una manera de formarse una idea.
¿Cuál es la enorme laguna en esta afirmación? Que no nos dice que es una idea.
Tal vez podríamos entender por idea un conjunto encadenado de razonamientos de
los cuales extraemos conclusiones lógicas. Pero si por idea David Bohm
entendiera lo que yo he dicho, ¿por qué no dijo lo que yo he dicho y ha
empleado un término tan vago como idea? No lo sabemos. O si lo sabemos: la
vaguedad es una forma de hablar con la apariencia de que se está diciendo algo
importante sin decir nada preciso. De todos modos la definición que yo he
proporcionado sobre la teoría no deja de ser una definición formal. Está vacía
de contenido. Y con estas definiciones no se llega muy lejos.
A continuación dice Bohm que la teoría es una forma
de ver el mundo. Esto no deja de ser una afirmación muy general, muy formal y
muy vacía. Cuando Bohm habla de forma, ¿a qué se refiere? ¿A la forma lógica, a
la forma sustancial, a la forma física,…? No lo sabemos. Y cuando habla de
“ver”, ¿a qué se refiere? ¿A la percepción, a la representación, al concepto,
al lenguaje, a los sentimientos…? No lo sabemos. Estas son las clásicas
deficiencias de ciertos científicos que se dedican a la filosofía sin el rigor
que esta esfera de saber exige.
Por último Bohm afirma que la teoría no es una forma
de conocimiento del mundo. Es evidente que esta afirmación está cargada de
idealismo y de escepticismo. Si la teoría no es una forma de conocer el mundo,
tampoco lo serán los conceptos, los juicios y los razonamientos. Y por
derivación tampoco lo serán la percepción y la representación. Dicho de otro
modo: los seres humanos a lo largo de su dilatada historia no conocen el mundo,
solo se han formado una idea del mundo. Esta es la epistemología de Bohm. Puro
escepticismo y puro formalismo.
Si estudiamos detenidamente la cita de Bohm, nos
percatamos que para este afamado físico las ideas tienen un estatuto
epistemológico no cognitivo, ya que opone las ideas al conocimiento. Otra cosa:
¿qué entiende por mundo? ¿No es “el mundo” una expresión extremadamente
general? Creo que sí. El mundo en la actualidad es la pandemia que mata a miles
de personas, que quiebra la economía, que provoca el cierre de empresas, que
causa paro y pobreza, que angustia a las personas. Y la pregunta que debemos
hacernos es la siguiente: ¿los seres humanos no pueden conocer este mundo y por
tanto proponer revolucionarlo y deben contentarse solamente con hacerse una idea
de este mundo?
Lo que dije antes: de los físicos, al no ser
expertos en fenómenos sociales, no podemos esperar grandes aportes en teoría de
conocimiento ni en filosofía en general. Y el mundo, el mundo en su realidad
social, necesita de pensadores que lo
teoricen y propongan cambios revolucionarios. No de pensadores que duden de que
las teorías sean formas para conocer el mundo. El escepticismo en este terreno
es absolutamente contrarrevolucionario y nada humano.
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