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sábado, 26 de noviembre de 2022

Pensamiento y sensibilidad

 

Le dije al señor X que cerrara los ojos y se representara o imaginara la playa de Arinaga. Después le pregunté: ¿Qué ves? El señor X titubeó. Le insistí: ¿Qué ves? ¿Ves algo? Después de una cierta demora, respondió: no veo nada. Así que cuando decimos que cerrando los ojos nos representamos o imaginamos determinada situación objetiva, en verdad es una suposición. Nuestro cerebro no dispone de un mecanismo que nosotros de forma deliberada podamos usar para producir imágenes. Si dispusiéramos de ese mecanismo, seríamos muy felices. Podríamos producir la imagen de la persona amada cada vez que necesitáramos hacerla presente en nuestra conciencia, o producir la imagen de seres queridos que hayan fallecidos. Podemos recurrir a una fotografía, pero en la fotografía notamos al instante una deficiencia: la falta de vida. No sucede así en los sueños, donde todo nuestro ser está involucrado. Así que, si siguiendo a Husserl decimos que las representaciones son actos que sirven como cumplimientos o ilustraciones de las intenciones significativas de las palabras, lo cierto es que también las representaciones tienen un carácter intencional. Aquí se nos presenta un dilema epistemológico que más tarde veremos cómo resolver.

El pensamiento contingente

 

Lo contingente es lo contrario de lo necesario. Si tengo que calentar agua, debo hacer uso de un cazo, ponerlo en la placa encendida y esperar unos minutos. La contingencia en el pensamiento se produce merced a varias circunstancias. En primer lugar, todas las personas tienen sus propios sistemas de ideas, de sensaciones y de representaciones, de percepciones y de concepciones. En toda cabeza siempre hay unas ideas más latentes que otras, recuerdos de lecturas del pasado más cercano, preocupaciones e intereses ideológicos. Y cuando leen textos ajenos o escuchan a otras personas, sus sistemas de ideas se encienden y se disparan en diversas direcciones.

El pensamiento especulativo

 

Mientras que en el lenguaje puede ocurrir cualquier cosa, romper las barreras espaciales y temporales, romper el orden y la sucesión, ignorar la fundamentación y la interdependencia entre los entes, en la realidad nada de eso es posible. Si estoy en la cama y quiero ir a la cocina, me tengo que levantar primero y atravesar el pasillo. Si estoy en mi piso, un tercero, y quiero bajar a la calle, tengo que bajar previamente las escaleras. Si estando en Las Palmas quiero estar en Bruselas, debo ir al aeropuerto y coger un avión. Si quiero ir al pasado, al tiempo de Aristóteles, no puedo hacerlo. En suma, en la realidad es imposible llegar a un punto determinado sin previamente dar pasos previos y en un orden determinado. Y todo está marcado por el tiempo, la duración, nada es instantáneo.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

El pensar reflexivo o ideativo

 

Toda persona que escribe o realiza una tarea práctica lo anima el pensamiento, pero no piensa cómo escribe lo que escribe y cómo hace las cosas que hace. De ahí que sea bueno que de vez en cuando se pare y reflexione sobre el cómo piensa y cómo lo hace. Donde hay mucho pensamiento reflexivo hay pocas palabras. ¿Por qué? Porque reflexionar es darle muchas vueltas a la misma cosa o a la misma idea.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Dos citas: una de Schiller y otra de los pitagóricos de la mano de Hegel

 

Empezamos con Schiller:

El gran Señor del universo no tenía amigos,

Sentíase solo: por eso creó los espíritus,

Espejos santos de su propia santidad.

Y, aunque el Supremo Ser no conozca nada igual a sí,

Del cáliz del reino todo de los espíritus

Le rebosa la infinitud.