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domingo, 16 de agosto de 2015

Precio, tamaño de las empresas y desigualdad

Empezaré exponiendo algunas ideas de Samuelson y Nordhaus contenidas en el capítulo II de su obra Economía. Los comentarios puestos entre paréntesis son añadidos míos. La transcripción no es absolutamente literal. Busco fluidez y cierta estética.  Todo lo que aparezca entre comillas son ideas de Samuelson y Nordhaus. “Los economistas teóricos han demostrado que una economía perfectamente competitiva es eficiente. Pero la experiencia de dos siglos ha demostrado que el mercado tiene fallos y que no siempre produce el resultado más eficiente. (Luego los economistas teóricos no tenían razón. El problema es que no estamos hablando del mercado a secas, sino del mercado con apellidos, esto es, del mercado capitalista. Y el mercado capitalista, el mercado basado en el imperio de la propiedad privada, genera muchas desigualdades, pobreza y enormes sufrimientos a extensos segmentos de la población). Dentro de esos fallos se encuentran los monopolios, los descubrimientos científicos, la contaminación y una distribución de la renta éticamente inaceptable. (Un descubrimiento científico puede permitir a una empresa colocarse en el mercado en una posición de monopolio y fijar precios abusivos. A este respecto el Estado hace muy poco por el predominio de la propiedad privada. Hay que tener en cuenta que los precios constituyen el reflejo más adecuado para saber si una economía es eficiente o no. Y los precios en una economía capitalista, sobre todo en lo que afecta a la relación entre grandes y pequeñas empresas como entre grandes empresas y consumidores, reflejan un mercado imperfectamente competitivo. El mundo del fútbol entre muchos es uno de esos ejemplos. No llego a entender cómo los teóricos de la izquierda radical piensan con los conceptos de la izquierda reformista y solo buscan la solución de la desigualdad en los instrumentos fiscales y no en impedir las posiciones monopolistas que adoptan las grandes empresas en el mercado, que se dan muchísimo más de lo que se piensa y en muchos grados. Hay muchos otros factores que explican la desigualdad en origen, pero hoy solo voy a referirme a las posiciones monopolistas).

domingo, 9 de agosto de 2015

Disolución de la ideología

En ocasiones aunque aparentemente el movimiento social va hacia adelante, esencialmente va hacia atrás.  Para ser más preciso: aunque en apariencia se están desbordando los marcos del capitalismo, en esencia se están fortaleciendo. Todo el mundo esperaba que Podemos profundizara en las diferencias ideológicas esenciales y que fortaleciera la conciencia socialista radical, lo que nadie esperaba es que promoviera la disolución ideológica de las diferencias entre izquierda y derecha y que abrazara el socialismo reformista. Y en el caso de Barcelona en Comú y Ahora Madrid el problema es más grave: la ideología, ni tan siquiera la del socialismo reformista, desempeña un papel destacado. El gran error de estas formaciones es que no hacen de la clase obrera en su conjunto su base social fundamental, sino solo las capas pobres de dicha clase. Y en las capas pobres de la clase obrera, y sobre todo en su sector más lumpen, anida la reacción. Y el sentimiento, la ideología y la política reaccionaria se están haciendo notar en esas formaciones políticas. Los partidos políticos, si no quieren promover un movimiento reaccionario, deben apoyarse en los sectores más avanzados de la clase que representan y no en sus sectores más atrasados.