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viernes, 19 de junio de 2009

Precio y valor (I)

Ya tengo en mi poder el libro “Valor, acumulación y crisis” de Anwar Shaikh.

Lo particular y lo universal

Decía Aristóteles que el ser podía entenderse en muchos sentidos.
Igual ocurre con todas las cosas, palabras y conceptos. Escuchemos a Hegel en el capítulo dedicado a la certeza sensible de su obra “Fenomenología del espíritu”: “Pero, como advertimos, el lenguaje es lo más verdadero; nosotros refutamos inmediatamente en él nuestra suposición, y como lo universal es lo verdadero de la certeza sensible y el lenguaje sólo expresa este algo verdadero, no es en modo alguno posible decir nunca un ser sensible que nosotros suponemos”. Descartando el lado idealista de este juicio, queda claro para mí dos cosas: una, que el lenguaje sólo expresa lo universal, y dos, que el lenguaje no puede decir nunca un ser sensible que nosotros suponemos.

miércoles, 17 de junio de 2009

Valores y precios

No es lo mismo analizar un árbol cuando sólo es una semilla, que hacerlo cuando su tronco y rama tiene cierto desarrollo, o hacerlo cuando está plenamente desarrollado y produce frutos.

Valoraciones sobre el trabajo de Fernández Liria y Alegre Zahonero

El propósito de estos autores es demostrar que los resultados a los que llega Marx en El Capital, apropiación de trabajo ajeno por parte del capitalista, contradice las premisas de las que parte: intercambio de equivalentes.

Valor y forma de valor

Me meto en medio de las diferencias entre Rolando y Diego.

Una pequeña crítica a "Dialéctica de la forma de valor" de Hans Gerog Backhaus

En “El Capital” Marx parte del valor de cambio. Y su análisis lo lleva a concluir que es un modo de expresión o forma fenoménica. Estudia este modo de expresión y se percata que en toda relación de cambio se hace abstracción del valor de uso.  De manera que a la mercancía le resta el valor de uso y le queda un resto: el valor. Después analiza algunas peculiaridades del valor. Y a continuación retorna al valor de cambio o formas del valor para su análisis al detalle.

Transformación de los valores de mercancías en precios de producción

Tomamos dos esferas de producción distintas con una composición orgánica distinta, las sumamos y calculamos la media

Sobre el capital ficticio

He estado leyendo las explicaciones o definiciones de Fred sobre el capital ficticio. Creo que con el intento de hablar de tantas cosas en tan poco espacio se pierde en precisión y en claridad. Creo también que se meten en el mismo saco cosas distintas: las letras de cambio  y los derivados (futuros y opciones).

Ser en sí y ser para sí (2)

Referencia de la cita

Lecciones sobre la Historia de la Filosofía

Tomo I

Página 26

Fondo de Cultura Económica



Me limito en principio a transcribirles la cita



“Para comprender qué es la evolución, es necesario distinguir dos estado: uno es el que se conoce como posibilidad, como capacidad, lo que yo llamo el ser en sí, la potencia; el otro es el ser para sí, la realidad (actus). Cuando decimos, por ejemplo, que el hombre es un ser racional por la naturaleza, la razón vive en él sólo en potencia, como una posibilidad, como un embrión; en este sentido,  ---el hombre se halla dotado de razón, de inteligencia, de fantasía, de voluntad, ya en el momento de nacer y hasta en la misma entraña materna---. Pero, en cuanto que el niño sólo posee la capacidad o la posibilidad real de la razón, ---es lo mismo que si no tuviese razón alguna; ésta no existe aún en él, puesto que no puede hacer aún nada racional ni posee una conciencia racional. Sólo a partir del momento en que el hombre es en sí deviene para él, en que, por tanto, la razón  pasa a ser una razón para sí; solo a partir de entonces puede decirse que el hombre cobra realidad en una dirección cualquiera, que es un ser realmente racional, que vive para la razón.

¿Qué quiere decir esto, más precisamente? Lo que es en sí necesariamente tiene que convertirse en objeto para el hombre, que cobrar conciencia en é; de este modo, deviene para el hombre. Lo que se convierte en objeto para él es lo mismo que lo que él es en sí; mediante la objetivación de este ser en sí, el hombre se convierte en ser para sí, se duplica, se conserva, no se convierte en otro”.



Una pequeña reflexión



He puesto entre tres rayitas en una primera idea de Hegel que aparenta puro idealismo, pues da a entender que la razón ya existe en el niño incluso antes de nacer, pero después he puesto otra idea también entre tres rayitas donde precisa que esa razón presupuesta sólo es considerada como posibilidad, hasta el punto de que le propio Hegel afirma “es lo mismo –refiriéndose al niño- que si no tuviese razón alguna”.



Estas ideas de Hegel, muy útiles para psicología y muy útiles en general para cualquier pensador especializado en la materia que sea, deben completarse con la gran aportación del psicólogo soviético Vigotsky, que en palabras de Luria queda como sigue: “Las principales actividades mentales son el resultado del desarrollo social del niño y que durante el transcurso de dicho desarrollo surgen nuevos sistemas funcionales cuyo origen no debe buscarse en la profundidad de la mente, sino en las formas de relación que el niño ha tenido con el mundo de los adultos”.

16 de abril de 2009.



Especulación y capital ficticio

He estado viendo el capítulo XXV del libro tercero de El Capital. Creo que aquí habría que aclarar los siguientes conceptos: las letras de cambio o el dinero como medio de pago, el crédito comercial, el crédito bancario en cuanto descuento de letras, especulación y capital ficticio.

La regularidad y la simetría

De Hegel me gustan todas sus obras. Pero bajo el punto de vista de la Semiótica su obra “Lecciones sobre la Estética” es la que más me apasiona.

La naturaleza del valor

Mi reflexión está motivada por el último mensaje de Alfredo Torrado. Me resultó interesante su reflexión, pero a mi juicio incurre en algunos errores teóricos. Todos esos errores están causados por  falta de precisión en algunos conceptos. Y esta imprecisión se debe, en parte, a que no sigue el orden de los razonamientos de Marx. He insistido en varias ocasiones en este problema metódico.

martes, 16 de junio de 2009

La cita de El Capital traída a colación por Diego

He  ido a El Capital para ver la cita traída a colación por Diego. La tenía señalada con la palabra “mercado”. 

Estimaciones de valores y precios

Creo que la discusión está ahora en el ámbito en el que debe estar previamente: en la transformación de la mercancía en dinero y en la circulación simple de mercancías.

¿Es la fuerza de trabajo una mercancía?

Esta cuestión esta emparentada con muchas otras cuestiones. De manera que la respuesta a esta cuestión exige responder a las otras. Yo plantearé las cuestiones que a mi juicio son necesarias. Me referiré a tres modos de producción: el esclavista, el feudal y el capitalista.

lunes, 15 de junio de 2009

El valor de uso como objeto exterior

La exterioridad es una determinación de la naturaleza.

El dinero y el oro

Permítanme meter la cuchara en este asunto.

¿Expresión monetaria de los valores?

Quisiera hacer una pequeña reflexión sobre el nombre de este concepto.

Apariencia y esencia

Según José Tapia la expresión “cuota de ganancia” es horrible frente a la expresión “tasa de ganancia”. Una gran apreciación para descartar la traducción de El Capital de Wenceslao Roces y, para de paso, despreciar mis aportes. Parece que el desprecio es consustancial al comportamiento teórico de José Tapia. Al menos en lo que se refiere a mi persona.

Acerca del método de conocimiento


 Conceptos, percepciones y representaciones

La utilidad marginal y la ley de la utilidad marginal decreciente

El concepto de utilidad marginal fue elaborado por Stanley Jevons, uno de los padres de la economía convencional. Mientras que Marx distingue con claridad la utilidad de una cosa de la satisfacción de la necesidad que procura la utilidad de dicha cosa, en la economía convencional el concepto de utilidad es equivalente al concepto de satisfacción.

Dos conceptos de valor de uso

Cuando leo un texto de Hegel en ningún momento estoy pensando en el carácter idealista de su pensamiento, sino en lo que me está aportando en dos niveles: uno, en el enriquecimiento del fondo de conocimiento, y dos, en la mejora en el arte de pensar.  Y esto lo hago con cualquier pensador o artista: Aristóteles, Hume, Cervantes, Einstein, Husserl, Borges, etcétera.

Contrarios "dialécticos" y unidad "dialéctica"

Me pregunta Reynaga cuándo los contrarios son dialécticos y cuándo la unidad de contrarios es dialéctica

domingo, 14 de junio de 2009

El oro y el mercado mundial

“Pero, de suyo, el dinero es mercancía, una cosa externa que puede convertirse en propiedad privada de cualquiera. Así, el poder social –el dinero – deviene poder privado de la persona privada. Por eso la sociedad antigua lo denuncia como moneda corrosiva de su orden económico y moral”. El Capital. Karl Marx.

Los economistas y los sueldos de los banqueros

La crisis financiera del año 2008 ha creado un gran cisma en el mundo capitalista. El hecho de que los Estados tuvieran que ir en ayuda urgente de los bancos e inyectar cantidades astronómicas de dinero ponía en cuestión el libre mercado.  Las miradas críticas se dirigieron en primer lugar hacia los banqueros, responsables de la crisis. Habían jugado con el dinero de todos y a todos ocasionaron pérdidas cuantiosas. Y después se dirigieron hacia los economistas: por no prever lo que sucedió y por contribuir a la ilusión de que el mercado se podía gobernar por sí mismo.

Crítica a "Cinco consecuencias filosóficas de la crisis" identificadas por BBC mundo

Ante la actual crisis financiera, BBC mundo plantea que ha entrado en crisis una particular visión del mundo. Los rasgos esenciales de esta visión del mundo son los siguientes: todo el poder al sector privado, el mercado como medio de racionalidad económica, y el individualismo más descarnado como principio ético ordenador. Y del análisis de esta crisis BBC mundo identificó cinco consecuencias filosóficas. Dicho texto fue publicado por Rebelión el 25 de julio de 2009.

Cristiano Ronaldo, Jacques Diouf y Jeff Lawrence

 ¿Quién puede imaginarse hoy día que la revolución burguesa inauguró su andadura histórica bajo la bandera de la razón?

sábado, 6 de junio de 2009

Reflexiones sobre ideas filosóficas de Marx

“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Tesis sobre Feuerbach.

Marx contra Quine

Hay muchas personas que  creen que la filosofía es un saber muy complejo al alcance de unos pocos entendidos. Según este parecer hablar filosóficamente en términos sencillos y evidentes es contrario a la propia esencia de la filosofía, ya que sus objetos de estudio no se presentan a primera vista, sino que yacen ocultos en paraderos desconocidos. De manera que sólo las mentes prodigiosas y extremadamente profundas pueden acceder a ellos y saber de su existencia.  Esta creencia fortalece la idea de que el lenguaje filosófico constituye un reino propio y soberano. Pero como dice Marx: “Los filósofos no tendrían más que reducir su lenguaje al lenguaje corriente, del que aquél se abstrae, para darse cuenta y reconocer que ni los pensamientos ni el lenguaje forman por sí mismos un reino aparte, sino que son, sencillamente, expresiones de la vida real”. (La ideología alemana)


Ontología y epistemología

Sobre estas dos disciplinas filosóficas se pueden dar definiciones muy complejas, pero también se pueden facilitar ideas sencillas y operativas. Cuando hablamos de los objetos  del mundo exterior, de los edificios, de los animales, de las montañas, etc., estamos hablando de ontología.  Mientras que cuando hablamos de las operaciones de la mente, de la percepción, de la memoria y del pensamiento, estamos hablando de epistemología. La ontología es el estudio del ser y de la existencia de los objetos mundo exterior, mientras que la epistemología es el estudio  de las funciones y formas del conocimiento.  

¿Cómo debemos llamar a los objetos del mundo exterior?

En su ensayo “Hablando de objetos” Quine se expresa en los siguientes términos: “Acostumbramos hablar y pensar acerca de objetos. Cuando adoptamos el modo ilustrativo, el ejemplo obvio son los objetos físicos; pero también están todos los objetos abstractos y que comprenden los estados y cualidades, los números, los atributos, las clases”. Quine ha tomado una determinada posición ontológica al denominar objetos físicos a los objetos del mundo exterior. Deja en manos de la física lo que puede decirse de los objetos del mundo exterior. Y la física es la ciencia más abstracta que existe o una de las más abstractas. De manera que Quine con su acto de catalogación o nominación ha reducido el mundo exterior a un mundo abstracto.
Pero podemos no adoptar la posición de Quine y apostar por una posición más concreta más rica, más colorida. ¿Cómo llamaremos entonces a los objetos del mundo exterior? Usemos en principio términos singulares: Carreteras, edificios, automóviles, vestimentas, hortalizas, frutas, panes, dulces, flores, etcétera. Pero cada uno de estos entes que hemos nombrado con términos singulares, podemos nombrarlo también con un término específico y así adoptar una visión de conjunto. ¿Cuál es ese nombre específico y qué esfera de saber nos lo suministra? El término en cuestión es el de valor de uso y la esfera de saber que nos lo suministra es la economía.  ¿Y qué es un valor de uso? Una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas y que, en su mayor parte, es producto del trabajo humano.
Con “objeto físico” no sólo presentamos al mundo exterior de un modo abstracto, sino que además creamos una distancia enorme entre los objetos del mundo exterior y el hombre. Mientras que con “valor de uso” no sólo presentamos el mundo exterior en todo su colorido y plenitud, sino que además vinculamos los objetos del mundo exterior con las necesidades y el trabajo humano. De ese modo los objetos del mundo exterior no son presentados como objetos exteriores a los que sólo cabe acceder mediante actos complejos de la mente, sino que son presentados como objetos integrados en la vida del hombre y sin los cuales éste no podría exteriorizar ni afirmar su vida.

La relatividad ontológica

Les expondré sucintamente lo planteado por Quine a este respecto en su ensayo “La relatividad ontológica”. Imaginemos que se ha descubierto una tribu cuyo lenguaje nos es desconocido por completo. Supongamos que enviamos  a un lingüista español con la tarea de que aprenda el lenguaje de esa tribu. Comenzará por hacer una lista de términos nativos que corresponderán a determinados objetos circundantes. Pero según Quine desde el inicio el lingüista está imponiendo sus propios patrones ontológicos. Pues a su juicio los patrones de individuación e identificación de la tribu son distintos que los de la comunidad de hablantes españoles. Expliquémonos.
Supongamos que ante la presencia de un conejo, los nativos emiten el término “gavagai”. El lingüista se apresurará a escribir en su cuaderno  “gavagai” como un término de significado equivalente al término “conejo”. El lingüista, dominado por su propio patrón ontológico, cree que los nativos se están refiriendo con el término “gavagai” al conejo en su totalidad, pero según Quine puede que se estén refiriendo a cualquier segmento temporal del conejo o a cualquiera de sus partes no separadas.  Lo que trata de demostrarnos Quine es que la ontología  de esa tribu es diferente  de la ontología de los españoles. De ahí que hable de relatividad ontológica.  (Presten atención a estas dos expresiones extremadamente abstractas y formales de las que hace uso Quine: segmento temporal del conejo y parte no separada del conejo. Más adelante las llenaré de contenido y concreción)

La ontología marxista

Escuchemos a Marx  en su  primera tesis sobre Feuerbach: “El defecto fundamental de todo el materialismo anterior (incluyendo el de Feuerbach) reside en que sólo capta la cosa, la realidad, lo sensible, bajo la forma de objeto o de contemplación, no como actividad humana sensorial, como práctica; no de un modo subjetivo”. En este mismo defecto incurre Quine. Nos habla del conejo como un puro objeto externo al que sólo nos une la experiencia perceptiva y nominativa, él está ahí delante y nosotros nos limitamos a verlo y nombrarlo.  Concibe el  conejo en forma contemplativa, no de un modo práctico. Demos pues un giro a esta concepción y pasemos de la visión contemplativa del objeto a la visión subjetiva. Llenemos de concreción las expresiones abstractas de Quine: “segmentos temporales” y “partes no separadas”. Pensemos en las pinturas de las cuevas de Altamira y en los bellos bisontes allí representados. Sin duda que los bisontes constituyeron ingredientes fundamentales en la vida de las comunidades vinculadas con dichas cuevas.
Aquellas comunidades humanas eran cazadoras. Los bisontes debían ser cazados y debió ser una tarea dura y arriesgada. Podemos distinguir dos “segmentos temporales claves del bisonte”: el bisonte libre y vivo y el bisonte cazado y muerto. (El bisonte pastando, el bisonte echado, el bisonte corriendo y un largo etcétera son otros tantos segmentos temporales del bisonte) Es posible que el lenguaje de esa comunidad no distinguiera en principio el bisonte vivo del bisonte muerto, pero de lo que no cabe duda es que la práctica sí había establecido ya  dicha distinción. Y si la práctica ya estableció esa distinción, más tarde o más temprano esa distinción se debió fijar en el lenguaje. Y si así ocurrió, entonces la diferencia y la mismeidad ocuparon su puesto y desempeñaron su papel en el mundo lingüístico de esa comunidad. Llamaban “bisonte” tanto al bisonte muerto como al bisonte muerto, tanto al bisonte pastando como al bisonte corriendo. Así el nombre “bisonte” conservaba su esencia, su función de identificar a uno y el mismo ser independientemente de las formas accidentales de su ser. Y al tiempo que quedaba fijada la mismeidad respecto del término “bisonte”, también quedaba fijada en el ámbito del lenguaje la diferencia entre vivo y muerto.
Después que el bisonte era cazado y muerto, lo trasladaban al poblado y allí lo despiezaban: separaban la piel que la utilizaban como vestido o abrigo, la carne que la utilizaban para comer, algunos de sus huesos que a lo mejor los usaban como utensilios y adornos, y otras partes del cuerpo a las que seguramente le daban otros usos. Vemos que las partes no separadas del bisonte, la piel, la carne y los huesos, eran separadas mediante diversas formas de la práctica.  Y como la práctica ya había separado estas partes del cuerpo de bisonte, más tarde o más temprano esas diferencias se reflejaron en el lenguaje. De manera que la comunidad en cuestión terminó por hacer uso de un nombre distinto para cada una de las partes separadas: uno para la piel, otro para la carne y otro para los huesos.

¿Cuál es el error de Quine?

El error de Quine consiste en que sólo se pregunta qué dice el nativo cuando ve un conejo y no qué hace el nativo con el conejo. Ve en el conejo un objeto puramente exterior del que sólo cabe decir si está presente o no lo está y al cual un determinado término puede convertirlo en objeto referido. No ve en el conejo un ingrediente vinculado con las necesidades y el trabajo de la comunidad. Quine cometió el fallo de enviar a esa tribu a un lingüista que concebía el mundo de modo contemplativo, mientras que debió enviar también a un antropólogo que concibiera el mundo de un modo práctico o subjetivo.  El conejo vivo, el conejo correteando por los parajes, es en principio un objeto separado del sujeto o un objeto aparentemente independiente del sujeto. Pero el conejo cazado y muerto es un objeto donde está representado el sujeto, donde está representado el trabajo útil de cacería de los miembros de esa tribu. Así que la concepción ontológica marxista, en cuanto concibe el objeto de forma práctica, tiene como principio la existencia del sujeto en el objeto.  Y de ese modo se supera la concepción de los empiristas e idealistas metafísicos que hacen que entre sujeto y objeto haya un abismo infranqueable.
25 de mayo de 2009.




La interpretación y transformación del mundo

“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Tesis sobre Feuerbach. Karl Marx.

La filosofía contenida en El Capital

En ocasiones ciertas discusiones filosóficas parecen no ser del todo prácticas. Se da la impresión que se discute más de categorías que de realidades. Así que me permito darle un pequeño giro práctico al debate filosófico. Hablemos de ontología marxista y busquemos concreción.  Sólo haré una pequeña reflexión.

La existencia

Después de indicar  que la inscripción “conócete” está grabada en el templo del dios sapiente, en Delfos, y afirmar que es el mandamiento absoluto que expresa la naturaleza del espíritu, Hegel, en la introducción de sus “Lecciones sobre la historia de la filosofía”, añade lo siguiente: “Pues bien, la conciencia entraña, esencialmente, el que yo sea objeto para mí, mi propio objeto. Con este juicio absoluto, con la distinción entre yo y yo mismo, cobra existencia el espíritu, se establece como algo exterior a sí mismo; se coloca en el plano de lo exterior, que es precisamente la modalidad general y característica de la existencia de la naturaleza”.

La disolución de la teología en antropología

Les transcribo las dos primera tesis de “Principios de la Filosofía del futuro” de Ludwig Feuerbach:

El ser en sí, la existencia y el ser por sí

En ocasiones doy a leer a mi hija y a mi pareja textos de Hegel. Se ríen de mala manera. No entienden nada. Pero poco a poco he ido despertando en ellas la curiosidad. Lo que  sí pueden observar en las ideas de Hegel, aunque apenas entiendan lo que dicen, es un gran armazón teórico, una compleja sintaxis y una enorme riqueza categorial.

De la crítica del cielo a la crítica de la tierra

“El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre”.

Crítica de Marx al pensamiento de Hegel

Amador me facilitó un extracto de un texto de Marx titulado “Critica a la dialéctica y la filosofía hegeliana en general”. Dicho extracto versaba específicamente sobre una obra determinada de Hegel: “La Fenomenología del Espíritu”. Amador me planteó que le proporcionara un análisis sobre ese fragmento.

Algunas reflexiones filosóficas

La capacitación

Valores y precio

El problema que nos planteamos es cómo determinar que en un bien o valor de uso se haya gastado el trabajo socialmente necesario. Yo defiendo que esto sólo puede decidirse en el mercado. Este problema es estudiado por Marx en la sección titulada “2. Medio de circulación” del capítulo “El proceso de intercambio”.

La mediación en la religión cristiana

Si la religión cristiana hubiera carecido de mediación, de un acto de producción de creación humana, difícilmente hubiera tenido la aceptación que tuvo. La creencia en un Dios que existe en el más allá y que carece de sensibilidad, hubiera terminado por cansar y desanimar a la gente. De ahí que el hecho de que Dios se hiciera hombre, de que  tuviera que nacer como cualquier otro hombre, de que tuviera que ser concebido en el vientre de una mujer, ha sido la clave para el éxito de masas que tiene la religión cristiana.

Valor de uso, valor, capital y Hegel

La función de trabajo y la función de propiedad

Trabajo útil o actividad conforme a un fin

Es conveniente en principio no extrapolar los conceptos. Situémonos en la esfera de la economía y en concreto en el concepto de valor de uso. Marx nos habla de una clase de valor de uso en particular: de los trajes. Porque cuando hablamos de valores de uso debemos hacer hincapié sobre la particularidad. Al contrario, cuando hablamos del valor debemos hacer hincapié en la generalidad. Nosotros en vez de hablar de los trajes, hablaremos de otra clase particular de valores de uso: las mesas.

El limitado consumo de las masas como razón última de la crisis

¿Qué razones hay para cuestionar esta idea de Marx? Para mí es una idea clara y fácilmente demostrable. Esa idea está expuesta en El Capital. Pero en “Teorías sobre la plusvalía” podemos leer algunos títulos esclarecedores. En el capítulo XVII, bajo el título “Teoría de la acumulación de Ricardo”, podemos leer en la sección diez el siguiente título “La posibilidad de la crisis se convierte en realidad. La crisis como manifestación de todas las contradicciones de la economía burguesa”. Este solo título ya nos aclara una cuestión básica: la crisis capitalista, incluida la crisis actual, debemos concebirla como manifestación de todas las contradicciones del capitalismo y no sólo como la contradicción entre el crecimiento ilimitado de la producción y el limitado consumo de las masas.

La dialéctica y las transiciones

Primero les transcribo una cita de Vladimir Ilích contenida en la sección “La subjetividad” de sus reflexiones sobre la “Ciencia de la Lógica” de Hegel. Después de decir que Kuno Fischer “no muestra al lector cómo buscar la clave de las difíciles transiciones, matices, flujos y reflujos de los conceptos abstractos de Hegel”, añade lo siguiente: “Evidentemente también aquí lo principal para Hegel es señalar las TRANSICIONES. Desde cierto punto de vista, en ciertas condiciones, lo universal es lo individual, lo individual es lo universal. No sólo conexión, y conexión inseparable, de todos los conceptos y juicios, sino transiciones de uno a otro, y no transiciones, sino además identidad de los contrarios –eso es lo principal para Hegel”.

Forma mercantil y forma de capital de la riqueza

“Por valor de uso debe entenderse una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas o una cosa que por sus propiedades puede ser útil en diversos aspectos”

Enajenación religiosa y enajenación económica

“El reflejo religioso del mundo real sólo puede desaparecer, en general, cuando las relaciones de la vida práctica cotidiana representen, día a día, para los hombres, relaciones claramente racionales entre sí y con la naturaleza. La figura del proceso social de la vida, o sea, del proceso material de la producción, se arranca su velo místico de niebla tan sólo cuando, en calidad de producto de hombres libremente socializados, se halla bajo su control consciente y sistemático”. El Capital. Karl Marx.

El misticismo del dinero

“Tan pronto como nos mudamos  a otras formas de producción, desaparece inmediatamente todo el misticismo del mundo de las mercancías, toda la magia y fantasmagoría que rodean de niebla a los productos del trabajo sobre la base de la producción de mercancías”. El Capital, Karl Marx.

El capital productor de interés como disolución de las formas especiales del capital

Victoriano, miembro del foro Ideas y Cultura, me preguntó hace ya meses por los mercados de derivados. Desde aquel instante me hice con varios libros especializados en dichos mercados. Estudié las opciones y los futuros. De ahí fui despedido hacia El Capital de Karl Marx, en concreto hacia el dinero y hacia el capital productor de interés. Llevo tiempo reflexionando sobre el carácter fetichista de la mercancía. Y estos días he estado rondando de nuevo sobre el capital productor de interés, del que Marx dice que representa la forma pura del fetiche.

Dos frases de John Maynard Keynes

Del capítulo XII de la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” de John Maynard Keynes, extraemos dos citas. Primera: “Cuando el desarrollo del capital en un país se convierte en subproducto de las actividades propias de un casino, es probable que aquél se realice mal”. Y segunda: “La implantación de un impuesto fuerte sobre todas las operaciones de compraventa podría ser la mejor reforma disponible con el objeto de mitigar en Estados Unidos el predominio de la especulación sobre la empresa”.

Economía política y economía vulgar

“Para que quede claro de una vez para siempre, por economía política clásica entiendo toda economía que, desde W. Petty, investiga el nexo interno de las relaciones de producción burguesa en contraste con la economía vulgar, que sólo se mantiene dentro de la conexión aparente, cuidándose tan sólo de ofrecer una explicación plausible de los fenómenos más burdos, por así decirlo, y rumiando una y otra vez, para el uso doméstico de la burguesía, el material suministrado hace ya tiempo por la economía científica, y que, por lo demás, se limita a sistematizar, pedantizar y proclamar como verdades eternas las ideas banales y fatuas que los agentes de la producción burguesa se forman acerca de su propio mundo como el mejor de los mundos posibles”. El carácter fetichista de la mercancía y su secreto. Nota a pie de página. Karl Marx.