Hoy he empezado a escribir esta reflexión sin
ponerle aún un título. Se lo pondré al
final aunque ustedes lo lean al principio. Llevo algún tiempo sin publicar. Me
sentía saturado por todo lo que tiene que ver con la economía. La repetición de
las mismas ideas sobre la crisis me genera un cierto aburrimiento intelectual.
Se vuelven las cosas de color gris y el estímulo para pensar decae
estrepitosamente. Se desciende en el nivel intelectual y sobreviene el
descontento. Pero ante estas situaciones reacciono con premura: cambio de
tercio. Me refugié en principio en una obra de Vygotsky: La imaginación y el arte en la infancia. Me recuperé un poco. Luego
salté a una obra de Jerome Bruner: Actos
de significado. De ahí, y porque Jerome Bruner lo citaba, pasé a una obra
de John Dewey: El arte como experiencia.
Ya me sentí más liberado. Recuperé el tono intelectual. Y desde ahí he saltado
a una obra de Roger Fry: Cézanne: un
estudio de su evolución. Ya empiezo a estar contento. Estoy estudiando con
más ritmo y nuevas ideas me afluyen a la mente. Me he hecho con más textos,
siempre quiero disponer de todos los textos que necesito, todo autor que leo
hace referencia a otros autores que me llaman la curiosidad y el interés. Tengo
en lisa los siguientes textos: Diario de
un bebé de Daniel N. Stern; La
elaboración del sentido de varios autores; Realidad mental y mundos posibles de Jerome Bruner; La víspera de Santa Inés de John Keats;
y Giotto de Roger Fry. Y tengo en mi
libreta más anotaciones de nuevos libros que quiero comprar. Amo a los libros.
Son mi vida. Quiero reflexionar en estas próximas semanas sobre filosofía del
arte y sobre psicología del
conocimiento. No sé cuánto durará este cambio de rumbo. Tampoco me importa. Para
mí lo importante es trazar siempre metas y objetivos; pero si después de haber
planeado todas las metas tengo que cambiar al día siguiente de rumbo, lo hago
sin sombra de duda. Ilích Ulianov tenía una gran destreza en los cambios de
rumbos si la situación así lo exigía.
No quisiera despedirme sin transcribirles una
pequeña cita, de las tanto que marco, de Roger Fry contenida en su obra Cézanne: un estudio de su evolución: “Pero
todo artista que está destinado a llegar a las verdades más profundas, un
Rembrandt, un Velázquez, o un Daumier, requiere una humildad excepcional”. Sólo
basta con subrayar dos sintagmas, “las verdades más profundas” y “humildad
excepcional”. Jamás había oído esta última expresión. Parece que la humildad es
una virtud que también hay que trabajar y que no todas las personas pueden
poseerla de forma excepcional. Les transcribo otra cita del mismo texto: “Así,
tenemos a la vez la noción de excepcional sencillez en el resultado general y
de variedad infinita en cada parte. Es esta calidad, infinitamente cambiante,
del propio material de la pintura lo que transmite una sensación vital tan
intensa”. Interesantísima me resulta esta apreciación de la pintura de Cézanne
por parte de Fry. Lograr una variedad infinita en cada parte al tiempo que
obtener una sencillez excepcional en el resultado. A eso deberíamos aspirar
todos.
Gracias Paco por este artículo. Con él se aprende lo importante que es alejarse de la rígidez personal para mantener siempre el estímulo por el estudio y la creación intelectual. Un artículo, como tantos otros que escribes, que me libera de prejuicios y cargas personales. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarEstimado Francisco, este nuevo rumbo me parece de lo más interesante. Estos temas me servirán de estímulo para leer y escribir y para ser más humana. GRACIAS.
ResponderEliminarFrancisco siempre agradeceré, por lo que me toca, tu amplia obra ensayística sobre cualquier campo de producción de la conciencia humana. Por mi parte es correspondido decirte que eres para mí un maestro en el amplio sentido de la palabra y la pena que llevo es no tenerte más cerca para seguir creciendo intelectualmente.
ResponderEliminarUn abrazo.