Translate

jueves, 16 de junio de 2011

¿Es la fuerza de trabajo un objeto exterior?

Creo que en Adolfo están mezclados, tal vez confundidos, la determinación de la objetividad con la determinación de la exterioridad. 
Si admitimos el carácter objetivo de la fuerza de trabajo, si suponemos que la objetividad pertenece a su esencia, la exterioridad está supuesta. Porque la objetividad se asocia con la exterioridad y la subjetividad con la interioridad. Y no es lo mismo hablar de objetividad que de objeto, porque los objetos pueden ser exteriores e interiores. Creo que las preguntas deben brotar de las propias condiciones que determinan el planteamiento del problema. También creo importante que se sepa a qué blanco se apunta para saber qué medio vamos a utilizar para disparar y dar en dicho blanco. Los medios deben adecuarse a los fines.

Vamos primero por el concepto de fuerza de trabajo según Marx. Primero concepto: “Por fuerza de trabajo o capacidad de trabajo entendemos el compendio de aptitudes físicas e intelectuales que se dan en la corporeidad, en la personalidad viva de un ser humano, y que éste pone en movimiento al producir valores de uso de cualquier clase”. Este concepto está extraído de la sección “Compra y venta de la fuerza de trabajo” de El Capital. En la sección Proceso de trabajo encontramos otro concepto de fuerza de trabajo que incluye aspectos contenidos en el primero: “El trabajo es un proceso entre hombres y naturaleza, un proceso en el que, mediante su acción, el hombre regula y controla su intercambio  de materias con la naturaleza. Se enfrenta a la materia de la naturaleza como un poder natural. Pone en movimiento las fuerzas naturales pertenecientes a su corporeidad, brazos y piernas, manos y cabeza, para apropiarse de los materiales de la naturaleza en una forma útil para su vida”.

Por último, recurriremos a una cita de Marx, contenida en su trabajo “Crítica de la dialéctica y de la filosofía hegeliana en general” donde se pone en circulación los conceptos que interesa a Adolfo: objetividad y exterioridad: “Si el hombre real, corpóreo, que pisa sobre la tierra firme y redonda y que respira y aspira todas las fuerzas de la naturaleza estatuye su exteriorización como objetos ajenos, el estatuir no es sujeto; es la subjetividad de las fuerzas esenciales objetivas, cuya acción tiene que ser necesariamente una acción objetiva. La esencia objetiva actúa objetivamente, y no actuaría objetivamente si lo objetivo no residiera en su determinación esencial”.

Expliquémonos: La fuerza de trabajo, el compendio de las fuerzas naturales del hombre, los brazos y las piernas, las manos y la cabeza, constituyen las fuerzas esenciales objetivas del hombre. Pero como el hombre está dotado de conciencia y de voluntad, estas fuerzas esenciales objetivas están animadas de subjetividad.
Al poner en movimiento sus fuerzas esenciales objetivas crea necesariamente un mundo objetivo, un mundo de objetos, porque pertenece a su esencia la objetividad. Sólo lo objetivo puede ser creado por lo objetivo. Pero como el hombre es un ser con subjetividad, con conciencia, con ideas de lo que quiere, el mundo objetivo que crea se presenta como la exteriorización de su conciencia.
Pertenece a la naturaleza las determinaciones de la objetividad y de la exterioridad. Y como el hombre es un ser natural, un ser corpóreo, dotado de fuerzas naturales, pertenecen a su esencia, por tanto, las determinaciones de la objetividad y de la exterioridad.
 27 de abril de 2009.



¿Es la fuerza de trabajo un objeto exterior?

Fuerza de trabajo y trabajo

Dice Adolfo que el trabajo es la fuerza de trabajo en movimiento. Y recurre a una cita de Marx donde confirma esa idea: “el uso de la fuerza de trabajo es el trabajo mismo”. Sin duda que el concepto de trabajo incluye el concepto de fuerza de trabajo, pero esto no significa que este último desaparezca en el primero. Porque el concepto de trabajo además de la fuerza de trabajo tiene otro contenido: los medios de producción. Así que el concepto de trabajo es más extenso que el concepto de fuerza de trabajo.  

Facultades físicas y mentales

Dentro de las facultades físicas humanas podemos mencionar las siguientes: los brazos, las piernas y la espalda. Y dentro de las facultades mentales mencionaremos a estas otras fuerzas: los órganos de los sentidos y la conciencia.

Hablemos primero de la conciencia. Para ello recurriremos a Marx: “El lenguaje es la conciencia práctica,  la conciencia real, que existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza a existir también para mí mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de los apremios del intercambio con los demás hombres”. Así que la conciencia en tanto lenguaje, por una parte, es exterior y objetiva, y por otra parte, nace de los apremios del intercambio entre los hombres.

Hablemos ahora de los órganos de los sentidos. Dentro de los órganos de los sentidos debemos distinguir los órganos de los sentidos teóricos, la vista y el oído, que actúan a distancia y no procuran modificación al objeto; y los órganos de los sentidos prácticos, las manos y el gusto (la boca), que actúan por contacto y sí procuran una modificación al objeto. Y en el proceso de trabajo participan tanto los órganos de los sentidos teóricos como los órganos de los sentidos prácticos.  (La distinción entre órganos de los sentidos teóricos y prácticos se la debo a Hegel)

El proceso de trabajo

Para responder a la correlación que existe entre las facultades físicas y mentales, no hay mejor modo de hacerlo que escuchando a Marx: “Una araña ejecuta operaciones que se parecen a las del tejedor, y la abeja avergüenza con la construcción de sus celdillas a más de un arquitecto. Pero lo que distingue al peor arquitecto de la mejor abeja es que ha construido la celdilla en su cerebro antes de construirla en cera. Al final del proceso de trabajo se obtiene un resultado que existía ya al comienzo del mismo en la imaginación  del obrero en forma ideal. No es que efectúe solo un cambio de forma del elemento natural, sino que al mismo tiempo realiza su fin en el elemento natural, pues sabe que la modalidad de su acción rige como ley, y a la cual tiene que supeditar su voluntad”.
Ya dije en un mensaje anterior que las fuerzas esenciales objetivas humanas estaban animadas de subjetividad. Pero son importantes las determinaciones destacadas aquí: primero se hace la mesa, por ejemplo, de forma ideal y después de forma real; el resultado del trabajo existe al comienzo del proceso de trabajo en forma ideal en la imaginación del obrero; el obrero no sólo modifica la forma del elemento natural sino que realiza su fin en el elemento natural.

1 de mayo de 2009.


No hay comentarios:

Publicar un comentario