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martes, 12 de julio de 2005

Lógica fenoménica

“La esfera de la circulación o del intercambio de mercancías, dentro de cuyos límites se mueve la compra y la venta de la fuerza de trabajo, era en realidad un verdadero edén de los derechos innatos del hombre. Lo único que impera aquí es la libertad, la igualdad, la propiedad y Bentham. ¡Libertad! Pues comprador y vendedor de una mercancía, por ejemplo de la fuerza de trabajo, vienen determinados únicamente por su libre voluntad. Contratan como personas libres, iguales ante la ley. ¡Igualdad! Pues sólo se relacionan como poseedores de mercancías y cambian un equivalente por otro. ¡Propiedad! Pues cada uno sólo dispone de lo suyo. ¡Bentham! Pues a cada uno de ellos no le preocupa más que lo suyo”. 




Antes de decir esto Marx había dicho esto otro: “El consumo de la fuerza de trabajo, lo mismo que el de cualquier otra mercancía, se efectúa fuera del mercado. Por eso abandonamos esa esfera ruidosa, situada en la superficie y visible para todos, junto con el poseedor de dinero y el de fuerza de trabajo, a fin de seguir a ambos en los lugares ocultos de la producción.  Veremos aquí no sólo cómo produce el capital, sino cómo se produce él mismo. Y se nos revelará por fin el secreto de la plusvalía”.



Qué claro queda lo que hemos venido discutiendo de fondo en este foro: en la esfera del mercado es imposible determinar  cómo se produce el capital  y descubrir el secreto de la plusvalía.  Queda claro, por enésima vez, que no deben confundirse las determinaciones mercantiles,  el mercado, donde reina la libertad y la igualdad, con las determinaciones de capital, el capitalismo, donde reina la explotación y la diferencia.   Sin duda que el mercado es una esfera ruidosa situada en la superficie de la economía, como dice Marx, pero es necesaria para el socialismo. Lo peculiar de los economistas convencionales es que conocen muy bien esa superficie. Y lo peor de los marxistas es que buscan en esa superficie cosas que están en el fondo. Y para descubrir ese fondo es necesaria la lógica fenoménica que Marx con excelente maestría aplica al estudio de las formas del valor.



12 de julio de 2005.

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